Dios Jesucristo en Hebreos 10:19 de la Biblia, así como invitó a sus creyentes judíos a continuar su fe en El, hacia el año 70 de la era vigente, también llama a todos nosotros, aquí ahora, para que mediante su Sangre Preciosa derramada en el Calvario, entremos y estemos con El en el Lugar Santísimo, o Cielo de Dios, porque su Palabra Permanece para Siempre, según 1 Pedro 1:21.
En efecto, nos invita Cristo, para que teniendo toda la Libertad Divina que El nos proporciona, entremos por el Camino Nuevo y Vivo que El nos abrió a través del Velo, o sea, de su Carne Divina ofrendada en la cruz de su sacrificio, para tenerlo como como Gran Sacerdote Nuestro de la Casa de Dios, según Hebreos 10:20-21.
Por lo tanto, si así lo decidimos, nada ni nadie nos puede impedir aceptar el llamado de Cristo quien nos señala que, basta que nos acerquemos a El con corazón sincero, en plena certidumbre de Fe, (creyendo en El), según Hebreos 10:22, y arrepentidos, pedirle perdone nuestros pecados, recibiéndolo como Salvador Personal, según Juan 3:16, para que El nos salve de inmediato y para siempre, purificando nuestros corazones de toda maldad, y lavándonos con el Agua Pura Espiritual con la cual forma ríos de Agua Viva Divina, para nosotros según Juan 7:38.
Cristo, por ende, nos santifica al ser salvos en El, porque nos separa del pecado, por la Ofrenda de su Cuerpo, hecha un vez para siempre, porque Cristo con su Unico Sacrificio, hizo Perfectos y Santificados a sus creyentes conversos y salvos en El, a quienes perdona, y nunca más se vuelve a acordar de sus pecados y transgresiones según Hebreos 10:14 a 18, y como El es Sumo Sacerdote de sus creyentes y tiene un Amplio y Perfecto Tabernáculo, y por su Propia Sangre entró en el lugar Santísimo, El da Eterna Redención a sus seguidores, según Hebreos 9:11.12.
Estimado Lector: ¡Te llama Cristo a Su Camino Nuevo y Vivo de Vida Eterna!, para lo cual basta que le digas con valentía, reflexión y decisión:
“Mi Señor Dios Cristo, ¡SALVAME!, me arrepiento ante Ti de mis pecados, perdóname, y límpiame con tu Sangre Divina derramada en la cruz del Calvario, creo en Ti y te recibo como Unico, Suficiente y Perfecto Salvador Personal”.
Si Dios permite continuaremos el viernes siguiente.