/ viernes 27 de abril de 2018

Entorno Empresarial

El Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica fue rebautizado como Acuerdo Progresivo y Global para la Asociación Transpacífica, más conocido como TPP 11, en alusión a la cantidad de gobiernos que decidieron sostener la iniciativa, destinada al libre comercio entre algunos países del océano Pacífico: Australia, Brunei, Canadá, Chile, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam.

Pues bien, uno de los grandes atractivos de este acuerdo es la inserción de temas completamente nuevos que en acuerdos como el TLCAN, no estaban contemplados porque ni siquiera existían, tal es el caso del e-commerce, de la propiedad intelectual e industrial, la corrupción, entre otros.

Para México, el acuerdo tiene varios atractivos. En primera, porque se abre paso con países con los que no tenía acuerdos previos, como lo son Vietnam y Malasia, también Australia y Nueva Zelanda.

Estaríamos dando un giro entero en la anhelada diversificación de mercados, que se queda a veces solo en el discurso.

Analistas que se oponen a este tipo de acuerdos coinciden en que el TPP hace perder mercados internos a los países latinoamericanos, pero bajo la promesa de compensar la balanza con las exportaciones.

Una vez en operación el TPP 11, México liberalizará su comercio con seis naciones: Australia, Nueva Zelanda, Brunei, Malasia, Singapur y Vietnam, al tiempo que establecerá reglas de nueva generación, tanto con este grupo de naciones como con otras cuatro, con las que ya tiene tratados de libre comercio, Japón, Canadá, Chile y Perú, incluidas reglas de origen conjuntas.

La firma del TPP 11 llega en un momento en el que ha convergido el auge exportador de China, con quejas sobre el papel de sus empresas del Estado en el comercio internacional, por un lado, y medidas proteccionistas del presidente Donald Trump, por otro.

Será de suma importancia vigilar en este tratado sectores, tales como el del calzado y el textil por las prácticas que han realizado algunos países asiáticos en el mercado nacional.

Sin embargo, se abre una ventana de oportunidades para el sector exportador y emprendedor de México, éste último principalmente en el comercio electrónico. Además de que abrirá una vía a México para reducir la alta dependencia de su comercio exterior con Estados Unidos.