/ domingo 24 de septiembre de 2023

Un camino hacia Dios | Hay que ganar a Jesús por el corazón, haciéndonos pequeñitos

Moisés Lira Serafín

Nacer de Jesús es recibir un renuevo poderoso de gracias, el alma que nace en Él debe ser niña, es decir debe tener las cualidades de un niño, sin voluntad propia, sin arrogancia, sin soberbia, siendo feliz en recibirlo todo de arriba o de abajo, en conformarse siempre con todo, con el candor, la sencillez y la transparencia del alma en los niños.

La Infancia Espiritual en el padre Moisés fue su camino de santificación, encontró en la pequeñez espiritual el camino de transformación para llegar a la santidad: «Es necesario ser muy pequeño para ser un gran santo». Experimentarse, vivirse como hijo pequeño del Padre se fue acrecentando en la medida en que fue interiorizando y profundizando la experiencia de la filiación, hasta quedar fascinado por este misterio, al que se entregó por el camino de la pequeñez, siendo para él el medio de unión con Jesús.

«He aquí mi ideal tan bello y profundo, se reduce a olvidarme uniéndome más a Dios, por una vida de abandono total a él, realizando cuento pueda mi pequeña vía, por todos los medios que pueda. Hazme como tú me quieras, muy humilde».

Ya en 1921 escribía al padre Félix de Jesús Rougier: «¡Oh, padre mío! Cómo quisiera y con qué ansias suspiro por ser muy pequeñito, viviendo siempre en los brazos de mi buen Dios».

Escribe en su Diario: «Para llegar a las alturas del amor, es imposible lograrlo por nuestros propios pies de barro o nuestros grandes esfuerzos o ciencia vana, si no llevados en brazos de la omnipotencia divina y que para esto felizmente no necesitamos crecer sino empequeñecernos más y más».

«En medio de los sufrimientos no tengo que hacer otra cosa que permanecer pequeño y muy pequeñito en el corazón de Dios, tratando de darle gusto sin preocuparme de más».

En la medida en que fue creciendo en el padre Moisés Lira, el Apóstol de la bondad, la certeza de que el secreto de la santidad está encerrado en ese hacerse como niños, su vida fue de total entrega para alcanzar el ideal de la pequeñez.

«Hay que ganar a Jesús por el corazón, haciéndonos pequeñitos».


Hoy el Venerable Siervo de Dios Moisés Lira Serafín, goza de la presencia de Dios, lo proponemos como modelo e intercesor, encomiéndate a su intercesión y si Dios quiere, pronto pueda la Iglesia declarar beato al Primer Misionero del Espíritu Santo y Fundador de las Misioneras de la caridad de María Inmaculada. Comunica gracias y favores a: secretariageneralmcmi@gmail.com

Moisés Lira Serafín

Nacer de Jesús es recibir un renuevo poderoso de gracias, el alma que nace en Él debe ser niña, es decir debe tener las cualidades de un niño, sin voluntad propia, sin arrogancia, sin soberbia, siendo feliz en recibirlo todo de arriba o de abajo, en conformarse siempre con todo, con el candor, la sencillez y la transparencia del alma en los niños.

La Infancia Espiritual en el padre Moisés fue su camino de santificación, encontró en la pequeñez espiritual el camino de transformación para llegar a la santidad: «Es necesario ser muy pequeño para ser un gran santo». Experimentarse, vivirse como hijo pequeño del Padre se fue acrecentando en la medida en que fue interiorizando y profundizando la experiencia de la filiación, hasta quedar fascinado por este misterio, al que se entregó por el camino de la pequeñez, siendo para él el medio de unión con Jesús.

«He aquí mi ideal tan bello y profundo, se reduce a olvidarme uniéndome más a Dios, por una vida de abandono total a él, realizando cuento pueda mi pequeña vía, por todos los medios que pueda. Hazme como tú me quieras, muy humilde».

Ya en 1921 escribía al padre Félix de Jesús Rougier: «¡Oh, padre mío! Cómo quisiera y con qué ansias suspiro por ser muy pequeñito, viviendo siempre en los brazos de mi buen Dios».

Escribe en su Diario: «Para llegar a las alturas del amor, es imposible lograrlo por nuestros propios pies de barro o nuestros grandes esfuerzos o ciencia vana, si no llevados en brazos de la omnipotencia divina y que para esto felizmente no necesitamos crecer sino empequeñecernos más y más».

«En medio de los sufrimientos no tengo que hacer otra cosa que permanecer pequeño y muy pequeñito en el corazón de Dios, tratando de darle gusto sin preocuparme de más».

En la medida en que fue creciendo en el padre Moisés Lira, el Apóstol de la bondad, la certeza de que el secreto de la santidad está encerrado en ese hacerse como niños, su vida fue de total entrega para alcanzar el ideal de la pequeñez.

«Hay que ganar a Jesús por el corazón, haciéndonos pequeñitos».


Hoy el Venerable Siervo de Dios Moisés Lira Serafín, goza de la presencia de Dios, lo proponemos como modelo e intercesor, encomiéndate a su intercesión y si Dios quiere, pronto pueda la Iglesia declarar beato al Primer Misionero del Espíritu Santo y Fundador de las Misioneras de la caridad de María Inmaculada. Comunica gracias y favores a: secretariageneralmcmi@gmail.com