/ domingo 10 de febrero de 2019

Un Camino hacia Dios

“¿Qué hacer? ¿Qué seré yo?”. Moisés Lira Serafín

Art. 634 Pbro. Armando Oliva Varela

Entonces Jesús le dijo a Simón: “No temas; desde ahora serás pescador de hombres”, luego llevaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron (Lc 5,10-11).

Todos nosotros recibimos la llamada para ser pescadores de hombres, no solo Simón y sus compañeros. A través de Pedro y los Doce toda la iglesia deviene una comunidad apostólica. Lo mismo que en la Pascua o Pentecostés recibimos el don y la vocación de ser una iglesia profética, una comunidad profética y sacerdotal, lomismo estamos enfocados a la tarea apostólica todos los bautizados, y no solo la jerarquía eclesiástica.

Es así que cuando Dios elige y llama a alguien a vivir y a realizar su vocación, lo hace desde siempre y para siempre, encomendándole una misión. Así aconteció con el Venerable Siervo de Dios Moisés Lira Serafín, que a muy tierna edad dio pruebas de lo que Dios tenía deparado para él.

El Siervo de Dios Moisés Lira, siendo muy joven, se preguntaba: “¿qué hacer? ¿qué seré yo?”, pues le llamaba la atención principalmente ser sacerdote. Al mismo tiempo recordaba las palabras sabias de la madre Victoria, religiosa josefina: “Moisés, no tomes una decisión trascendental sin antes orar y pedir consejo”. Después de discernir el Venerable Siervo de Dios, se decidió: “me voy al seminario”. Con esto, se inició para el padre Moisés, la más bella etapa de su vida y dentro de su corazón, Jesús le decía: ¡Sígueme!

Este pasaje del Evangelio de Lucas es un capítulo decisivo de nuestra biografía personal como creyentes. Nosotros somos cristianos, discípulos de Cristo, porque hemos tenido, un día, la experiencia misteriosa de un encuentro personal con el Maestro.

El Venerable Siervo de Dios Moisés Lira, el “Apóstol de la bondad”, manifestó desde el momento que decide seguir a Cristo, que el “solo quería darse a Dios y a las almas”.

Todos tenemos una vocación; mejor dicho, todos andamos a la búsqueda de nuestra vocación, pero todos corremos el peligro de olvidar que vocación quiere decir llamada personal, pero también envío. El padre Moisés respondió alegremente al llamado de Jesús para ser pescador de hombres de manera especial en la dirección espiritual en el confesionario.

El Venerable Siervo de Dios Moisés Lira Serafín se encuentra en proceso de ser reconocido por la iglesia como santo, encomiéndate a su intercesión y comunica tus testimonios a Misioneras de la Caridad de María Inmaculada, Naranjo 157, Col. Sta. María la Ribera, 06400 Ciudad de México, Tel. 01(55)55 47 3139 e-mail: apostoldelabondad@gmail.com

“¿Qué hacer? ¿Qué seré yo?”. Moisés Lira Serafín

Art. 634 Pbro. Armando Oliva Varela

Entonces Jesús le dijo a Simón: “No temas; desde ahora serás pescador de hombres”, luego llevaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron (Lc 5,10-11).

Todos nosotros recibimos la llamada para ser pescadores de hombres, no solo Simón y sus compañeros. A través de Pedro y los Doce toda la iglesia deviene una comunidad apostólica. Lo mismo que en la Pascua o Pentecostés recibimos el don y la vocación de ser una iglesia profética, una comunidad profética y sacerdotal, lomismo estamos enfocados a la tarea apostólica todos los bautizados, y no solo la jerarquía eclesiástica.

Es así que cuando Dios elige y llama a alguien a vivir y a realizar su vocación, lo hace desde siempre y para siempre, encomendándole una misión. Así aconteció con el Venerable Siervo de Dios Moisés Lira Serafín, que a muy tierna edad dio pruebas de lo que Dios tenía deparado para él.

El Siervo de Dios Moisés Lira, siendo muy joven, se preguntaba: “¿qué hacer? ¿qué seré yo?”, pues le llamaba la atención principalmente ser sacerdote. Al mismo tiempo recordaba las palabras sabias de la madre Victoria, religiosa josefina: “Moisés, no tomes una decisión trascendental sin antes orar y pedir consejo”. Después de discernir el Venerable Siervo de Dios, se decidió: “me voy al seminario”. Con esto, se inició para el padre Moisés, la más bella etapa de su vida y dentro de su corazón, Jesús le decía: ¡Sígueme!

Este pasaje del Evangelio de Lucas es un capítulo decisivo de nuestra biografía personal como creyentes. Nosotros somos cristianos, discípulos de Cristo, porque hemos tenido, un día, la experiencia misteriosa de un encuentro personal con el Maestro.

El Venerable Siervo de Dios Moisés Lira, el “Apóstol de la bondad”, manifestó desde el momento que decide seguir a Cristo, que el “solo quería darse a Dios y a las almas”.

Todos tenemos una vocación; mejor dicho, todos andamos a la búsqueda de nuestra vocación, pero todos corremos el peligro de olvidar que vocación quiere decir llamada personal, pero también envío. El padre Moisés respondió alegremente al llamado de Jesús para ser pescador de hombres de manera especial en la dirección espiritual en el confesionario.

El Venerable Siervo de Dios Moisés Lira Serafín se encuentra en proceso de ser reconocido por la iglesia como santo, encomiéndate a su intercesión y comunica tus testimonios a Misioneras de la Caridad de María Inmaculada, Naranjo 157, Col. Sta. María la Ribera, 06400 Ciudad de México, Tel. 01(55)55 47 3139 e-mail: apostoldelabondad@gmail.com