DIOS CRISTO JESUS, en Lucas capítulo 5 de la Biblia, nos nuestra el rumbo exacto e ineludible al que fue en forma directa hace unos 2,000 años, para cumplir los designios de la Trinidad Santísima en la eternidad, a favor de todos los pecadores.
En efecto este Señor Salvador prosiguió entonces su rumbo al Calvario, pleno de Amor para las criaturas humanas de todos los tiempos, porque entre ellas, nos encontramos todos nosotros, aquí ahora, según 1 Pedro 1:25 conforme a la palabra de Dios que permanece para siempre, porque sólo teniendo a este Jesús que fue al Calvario para derramar su sangre preciosa, tendremos la oportunidad grandiosa de entrar al Cielo de Dios.
Porque de tal manera nos ama Dios Padre que nos da a Cristo crucificado en el Calvario, para que todo aquel que en El cree, no se pierda en el castigo del infierno, sino que se salve por toda la eternidad al lado de Dios con todo gozo y alegría, según Juan 3:16.
Lo más importante, por lo tanto, en estos días de preparación de la conmemoración del Sacrificio de Cristo, es observarlo a través de la palabra de Dios, predicando su Santa Palabra de Salvación, pero también sanando enfermos, tal como lo hizo con aquel paralítico, según Lucas 5:17-24, quien fue sanado por Jesús de sus pecados, pero también de su cuerpo físico, lo cual maravillaba a los seguidores de Cristo.
Vemos también a Cristo caminando hacia el Calvario, pero asimismo, escogiendo a sus discípulos tal como lo hizo con Levi que era cobrador de los tributos públicos, al cual llamó, diciéndole: “sígueme”, y así nos llama a todos aquí ahora, en el tiempo aceptable, en el Día de Salvación, según 2 Corintios 6:2.
Cristo, por ende, anhela con todo su Amor que todos nosotros, dejemos atrás el pecado, previo arrepentimiento ante El de toda maldad, para darnos el gran Banquete Espiritual de nuestra Salvación según Apocalipsis 3:20
Estimado Lector: Jesús te invita a hacer tuyo su Rumbo del Calvario con sólo decirle: “Cristo, Señor mío y Dios mío, ¡SALVAME!, me arrepiento ante Ti de mis pecados, perdóname, y límpiame con tu Sangre Divina derramada en la cruz del Calvario, creo en Ti y te recibo como Único, Suficiente y Perfecto Salvador Personal”.
Dios los bendiga ricamente, y si El permite continuaremos el viernes siguiente. Mi teléfono: 444-815-39-73.
