/ miércoles 12 de abril de 2023

Opinión | ¡En el Desarrollo de las Competencias Digitales que nadie se quede detrás!

Al hablar de Competencias Digitales, muchas son las definiciones. En lo personal, estimo que la más reciente propuesta hecha por la Unión Europa, conocida como DigComp 2.2 sirve como referente. Esta versión incluye cinco grandes áreas: 1) Información y alfabetización de datos, 2) Comunicación y colaboración, 3) Creación de contenidos digitales, 4) Seguridad, y 5) Resolución de problemas.

Me gusta porque además de clarificar de qué estamos hablando, también se orienta a la ciudadanía. Más aún, permite la contextualización y personalización de las competencias. Además, fomenta el uso confiable, responsable y crítico de la tecnología. No obstante, pretender desarrollar todas las áreas de DigComp es toda una faena, se requiere priorizar. Por lo mismo, nadie debe quedarse detrás. Todos tendríamos que evaluar nuestro nivel de desarrollo actual, aquel que necesitamos y así buscar cómo mejorar de manera continua a través de la vida.

Me refiero a los gobiernos federal y estatal, a la iniciativa privada, a las organizaciones de la sociedad civil y a los centros educativos que coadyuvan en el desarrollo de estas competencias. También, invito a los trabajadores, las amas de casa y a los jóvenes a buscar oportunidades de capacitación y a aquellos que ya las han encontrado, los exhorto a aprovecharlas.

La transformación digital no es cosa del futuro, sino del presente. Hoy necesitamos de competencias digitales para realizar actividades tan cotidianas como reservar boletos, comprar bienes, transferir dinero, consultar información, comunicarnos con otros, proteger nuestra privacidad y hasta para entretenernos. También las requerimos para ejercer nuestros derechos democráticos. En algunos sectores laborales, más del 80% de los trabajos demandan algún tipo de habilidad digital. En fin, a la transformación digital no la detiene nadie. Por lo tanto, debemos tomar medidas para capitalizar las nuevas oportunidades de la Economía Siglo 21.

Cito el nuevo acuerdo comercial T-MEC entre México, Estados Unidos y Canadá como ejemplo. Hoy, la preparación digital en estos tres países es extremadamente dispareja y hay un gran camino que recorrer. Mientras que los Estados Unidos se encuentran en 2o lugar en el ranking de competitividad digital 2022 y Canadá le sigue con el 10o lugar, México está al final de la lista, en el lugar 55 de 63 países evaluados. Esta importante inequidad digital también la podemos encontrar dentro de nuestro país por entidad federativa, segmento de la población y sector industrial.

El capítulo de comercio digital de T-MEC y la relocalización de los procesos productivos y de proveeduría representan oportunidades para México. Pero, si las competencias digitales de los mexicanos no se mejoran más allá de las básicas, las virtudes de coyunturas como éstas no podrán aprovecharse. México necesita poner a funcionar la política industrial que genere un crecimiento inclusivo a través de la actualización tecnológica y el desarrollo del capital humano. Se necesita que más personas comprendan este imperativo y apoyen para que nadie se quede detrás en el desarrollo de las competencias digitales.

Semblanza: Dra. Olivia Hernández-Pozas

Profesora investigadora en la Unidad de Educación Basada en Competencias del Instituto para el Futuro de la Educación del Tecnológico de Monterrey. Colaboradora en proyectos de investigación con el Grupo de Investigación de Diseño Organizacional, Cultura y Futuro del Trabajo y profesora asociada en Negocios Internacionales de la Escuela de Negocios del Tecnológico de Monterrey. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores, nivel 1 (Conacyt). Autora de diversas publicaciones a nivel internacional. Coordinadora electa de investigación en Management Education & Development Division, Academy of Management.

Al hablar de Competencias Digitales, muchas son las definiciones. En lo personal, estimo que la más reciente propuesta hecha por la Unión Europa, conocida como DigComp 2.2 sirve como referente. Esta versión incluye cinco grandes áreas: 1) Información y alfabetización de datos, 2) Comunicación y colaboración, 3) Creación de contenidos digitales, 4) Seguridad, y 5) Resolución de problemas.

Me gusta porque además de clarificar de qué estamos hablando, también se orienta a la ciudadanía. Más aún, permite la contextualización y personalización de las competencias. Además, fomenta el uso confiable, responsable y crítico de la tecnología. No obstante, pretender desarrollar todas las áreas de DigComp es toda una faena, se requiere priorizar. Por lo mismo, nadie debe quedarse detrás. Todos tendríamos que evaluar nuestro nivel de desarrollo actual, aquel que necesitamos y así buscar cómo mejorar de manera continua a través de la vida.

Me refiero a los gobiernos federal y estatal, a la iniciativa privada, a las organizaciones de la sociedad civil y a los centros educativos que coadyuvan en el desarrollo de estas competencias. También, invito a los trabajadores, las amas de casa y a los jóvenes a buscar oportunidades de capacitación y a aquellos que ya las han encontrado, los exhorto a aprovecharlas.

La transformación digital no es cosa del futuro, sino del presente. Hoy necesitamos de competencias digitales para realizar actividades tan cotidianas como reservar boletos, comprar bienes, transferir dinero, consultar información, comunicarnos con otros, proteger nuestra privacidad y hasta para entretenernos. También las requerimos para ejercer nuestros derechos democráticos. En algunos sectores laborales, más del 80% de los trabajos demandan algún tipo de habilidad digital. En fin, a la transformación digital no la detiene nadie. Por lo tanto, debemos tomar medidas para capitalizar las nuevas oportunidades de la Economía Siglo 21.

Cito el nuevo acuerdo comercial T-MEC entre México, Estados Unidos y Canadá como ejemplo. Hoy, la preparación digital en estos tres países es extremadamente dispareja y hay un gran camino que recorrer. Mientras que los Estados Unidos se encuentran en 2o lugar en el ranking de competitividad digital 2022 y Canadá le sigue con el 10o lugar, México está al final de la lista, en el lugar 55 de 63 países evaluados. Esta importante inequidad digital también la podemos encontrar dentro de nuestro país por entidad federativa, segmento de la población y sector industrial.

El capítulo de comercio digital de T-MEC y la relocalización de los procesos productivos y de proveeduría representan oportunidades para México. Pero, si las competencias digitales de los mexicanos no se mejoran más allá de las básicas, las virtudes de coyunturas como éstas no podrán aprovecharse. México necesita poner a funcionar la política industrial que genere un crecimiento inclusivo a través de la actualización tecnológica y el desarrollo del capital humano. Se necesita que más personas comprendan este imperativo y apoyen para que nadie se quede detrás en el desarrollo de las competencias digitales.

Semblanza: Dra. Olivia Hernández-Pozas

Profesora investigadora en la Unidad de Educación Basada en Competencias del Instituto para el Futuro de la Educación del Tecnológico de Monterrey. Colaboradora en proyectos de investigación con el Grupo de Investigación de Diseño Organizacional, Cultura y Futuro del Trabajo y profesora asociada en Negocios Internacionales de la Escuela de Negocios del Tecnológico de Monterrey. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores, nivel 1 (Conacyt). Autora de diversas publicaciones a nivel internacional. Coordinadora electa de investigación en Management Education & Development Division, Academy of Management.