Por Sara Guerrero Arias
Asimismo, recopilar información por medio de encuestas a tus clientes actuales, o a quien tú consideras que puede llegar a serlo. También puedes realizar entrevistas a un menor número de personas, para conocer más a fondo lo que tienen por decir sobre tu producto o servicio y así encontrar hallazgos que no conocías. Por último, puedes hacer uso de los canales donde tengas presencia, ya sea digitales o tradicionales, estos pueden proporcionarte información sobre las interacciones de los clientes con tu negocio.
De esta manera podrás tener una visión general sobre las características de tu cliente. Cómo es su personalidad, y esos rasgos que tienen en común todo aquel que se interesa y consume de tu producto o servicio.
1. Crea el perfil de tu cliente ideal
Es momento de utilizar toda esa información que recopilaste para crear un “buyer persona”, que será la personificación de tu cliente ideal.
El buyer persona es una herramienta para ayudarte a “diseñar” a tu cliente ideal como una persona real, y así entenderlo mejor.
Para crear el tuyo, considera los siguientes elementos:
Nombre del cliente: Asigna un nombre ficticio a tu cliente ideal para darle personalidad.
Características sociodemográficas: Define la edad, género, lugar de residencia, nivel de estudios, rango de ingresos y estado civil.
Descripción de personalidad: Describe su carácter, temperamento y comportamiento.
Intereses y objetivos: Identifica sus intereses personales y objetivos de compra.
Canales de comunicación: Determina los medios que utiliza, tanto digitales como tradicionales.
2. Segmenta tu mercado
Una vez que hayas creado tu primer buyer persona, te darás cuenta que un solo perfil del cliente no es suficiente. Pues tu producto o servicio puede ser para más de una persona.
Es momento de segmentar, lo cual consiste en dividir el mercado en grupos más pequeños que compartan características similares en gustos, necesidades e intereses.
Saber quién es tu cliente es la base fundamental para cualquier negocio. Es el punto de partida que guía todas tus decisiones.
Así que no subestimes el poder de comprender a tu cliente, pues es mucho más que una fuente de ingresos; es una fuente de conocimiento y aprendizaje que puedes utilizar para su deleite y así mantener tu negocio como la mejor opción.
¡Empieza hoy mismo y observa cómo tu negocio crece!
Sara Guerrero Arias es estudiante de la Escuela de Negocios.