Deseo comenzar diciendo que en la Biblia se nos da una definición precisamente en Santiago 3:14-18, y empieza diciendo lo que no debe ser la sabiduría: “Si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad; porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica.”
Y concluye la definición lo que sí debe ser, y en el versículo 17 dice: “Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía.” Aquí tenemos de manera clara y sencilla en qué consiste la sabiduría divina con la cual Dios quiere que vivamos. Ahora, si somos honestos, habremos de reconocer que lo que hay en nuestras vidas, no es la sabiduría de lo alto, sino la que es descrita como terrenal, animal y diabólica, la cual tiene que ver con celos amargos y contención en el corazón; y claro que nunca será la voluntad de Dios que vivamos con esa sabiduría.
Para continuar con la enseñanza es importante saber que en Santiago 1:5 dice: “Y si alguno tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual dará abundantemente y sin reproche, y le será dada.” Esto me ánima, ya que no solo Dios está dispuesto a darnos sabiduría, pero Él dice que le da a todos, eso incluye a mí y a usted también. El versículo culmina diciendo “Abundantemente” y es así como necesitamos la sabiduría de lo alto. Si en verdad vamos a ser el esposo y el padre que Dios desea, los hijos que Él quiere, no necesitamos poca sabiduría; lo cierto es que la necesidad es de forma abundante, y gloria a Dios, así es como él nos la da. Concluye diciendo “Sin reproche” es decir, el Señor no le va a molestar que durante el día se la pidamos una y otra vez; Él no va a decir: ¿otra vez? No se va a molestar y mucho menos nos lo va a reprochar, pues él se agrada que dependamos de Él para todo; y eso incluye que le pidamos sabiduría.
Los versículos del 1 al 4 de Santiago, están hablando a los que estamos pasando por persecución, por pruebas, por necesidades; en todo tiempo necesitamos sabiduría, en forma especial, en medio de la adversidad. En la Biblia se nos dice acerca del rey Salomón, el cual pidió sabiduría al Señor, y se lo concedió, y si por algo fue conocido Salomón, es porque era un hombre sabio, que sabía tomar decisiones, y por eso fue prosperado y recibió la bendición de Dios; lo lamentable de esto es que al final de su vida, Salomón terminó dándole la espalda al Señor, pues tomó la decisión de tener 700 esposas y 300 concubinas, y muchas de estas mujeres eran idólatras e inclinaron el corazón del rey a practicar la idolatría, lo cual nos hace recordar que la sabiduría de Dios la necesitamos todo el tiempo, de lo contrario, nos espera el fracaso y la confusión.
Oh! Que Dios nos ayude a vivir con su sabiduría y así tener su bendición, su gracia y su favor.
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