/ domingo 25 de noviembre de 2018

La realidad no se cambia con solo cerrar los ojos

La pereza humana, lejos de ponerse a actuar, prefiere cerrar los ojos

Es preferible ver bien alrededor, para así poder cambiar la situación

Negarse a ver la realidad, no hace que cambie la situación

Por P. Chava

Hay realidades que no quisiéramos ver; porque nos lastima su verdad. Porque hay situaciones, que no siempre nos son favorables. Y ante lo adverso, cerramos los ojos para no verlo. Como si así, se pudiera cambiarla realidad.

Pero, la realidad es la misma, aunque no la veas; y seguirá afectando, aún con los ojos cerrados.

Negarse a ver la realidad, no hace que cambie la situación. Es preferible ver bien alrededor, para así poder cambiar la situación. No hay que olvidar, que el hombre es el artífice de su propio destino.

Pero, la pereza humana, lejos de ponerse a actuar, prefiere cerrar los ojos. Nuestra vida puede ser mejor, pero si no estamos dispuestos a cambiarla, seguirá como siempre. Y nosotros, tan solo viviremos de lamentaciones; sin voluntad para cambiar el destino.

Es preferible tener luz en la mirada, para ver con claridad la vida. Pero nos falta decisión para cambiar el mundo que nos rodea.

No hay que olvidar, que no venimos al mundo para vivir dormidos; Dios nos llama a estar en vigilia, es decir, a vivir con los ojos abiertos, para no dejar que nos envuelvan las tinieblas.

No hay que negar la verdad, ésta, no pierde su realidad por el hecho de ser negada; la verdad va a estar ahí, se niegue o se acepte. Y lo que importa, no es la manera como nos encontremos ante la vida. Lo que importa es la voluntad, para cambiar el mundo que nos rodea.



La pereza humana, lejos de ponerse a actuar, prefiere cerrar los ojos

Es preferible ver bien alrededor, para así poder cambiar la situación

Negarse a ver la realidad, no hace que cambie la situación

Por P. Chava

Hay realidades que no quisiéramos ver; porque nos lastima su verdad. Porque hay situaciones, que no siempre nos son favorables. Y ante lo adverso, cerramos los ojos para no verlo. Como si así, se pudiera cambiarla realidad.

Pero, la realidad es la misma, aunque no la veas; y seguirá afectando, aún con los ojos cerrados.

Negarse a ver la realidad, no hace que cambie la situación. Es preferible ver bien alrededor, para así poder cambiar la situación. No hay que olvidar, que el hombre es el artífice de su propio destino.

Pero, la pereza humana, lejos de ponerse a actuar, prefiere cerrar los ojos. Nuestra vida puede ser mejor, pero si no estamos dispuestos a cambiarla, seguirá como siempre. Y nosotros, tan solo viviremos de lamentaciones; sin voluntad para cambiar el destino.

Es preferible tener luz en la mirada, para ver con claridad la vida. Pero nos falta decisión para cambiar el mundo que nos rodea.

No hay que olvidar, que no venimos al mundo para vivir dormidos; Dios nos llama a estar en vigilia, es decir, a vivir con los ojos abiertos, para no dejar que nos envuelvan las tinieblas.

No hay que negar la verdad, ésta, no pierde su realidad por el hecho de ser negada; la verdad va a estar ahí, se niegue o se acepte. Y lo que importa, no es la manera como nos encontremos ante la vida. Lo que importa es la voluntad, para cambiar el mundo que nos rodea.