/ viernes 2 de febrero de 2024

Entorno Empresarial | El mobbing o acoso laboral


En primer lugar, cabe recordar aunque las situaciones que mencionaremos en este espacio, pueden ser indicios de acoso laboral, por si solo puede ser o no acoso laboral, pero normalmente, un hecho aislado y esporádico no suele ser constitutivo de acoso laboral.

El mobbing o acoso laboral es una práctica frecuente. Detectarlo a tiempo es crucial para ponerle freno y evitar sus secuelas psicológicas.

Se puede definir, como aquel comportamiento negativo que se produce dentro del entorno laboral entre compañeros, superiores o inferiores jerárquicos a causa del cual el afectado es objeto de acoso y ataque sistemático durante mucho tiempo, de modo directo o indirecto, por parte de una o más personas, afectando negativamente a su estado y poniendo en peligro su integridad.

Entre los factores que favorecen el acoso laboral, destaca los estilos de liderazgo inadecuados; por ejemplo, los conflictos interpersonales entre compañeros que los jefes no saben identificar y ante los que no intervienen de forma rápida.

También actúan como caldo de cultivo un mal clima laboral, la sobrecarga de trabajo y la indefinición de papeles o roles laborales, que lleva a que muchos trabajadores no sepan exactamente lo que tienen que hacer.

En resumen, el mobbing se produce especialmente en aquellos entornos en los que hay un mal estilo de liderazgo, una tolerancia de la violencia, una cultura empresarial que fomenta más la competitividad o los resultados que la salud y el bienestar de las persona.

Estas son algunas de las situaciones que constituyen señales de alerta del mobbing:

Es muy probable que exista acoso en el trabajo si el jefe o los compañeros ignoran a un trabajador de manera continuada, se niegan a hablarle o le responden con agresividad.

Menosprecio o sobrecarga de trabajo

También es común ejercer el abuso asignándole demasiadas tareas, casi imposibles de abarcar. Otras veces no se le asignan tareas para luego poder acusarle de no hacer nada.

También es posible que un trabajador sea obligado a realizar labores que no cuentan con las medidas de seguridad adecuadas.

Amenazas, tanto verbales como no verbales.

La ley de prevención de riesgos laborales obliga a prevenir e intervenir en todos los tipos de riesgos laborales, entre ellos los psicosociales, en los que se incluye el acoso psicológico en el trabajo.

Ante una situación de este tipo, existe un protocolo de actuación que deben cumplir las empresas.

En última instancia, hay que tener en cuenta que el Código Penal recoge el acoso laboral dentro de los delitos contra la integridad moral de las personas.

Es importante denunciar siempre estas conductas. Más de la mitad de los casos no se denuncian por miedo a las consecuencias dañinas en el trabajo y la carrera profesional.

Las empresas deben adoptar un protocolo de actuación que favorezca el bienestar emocional y generen entornos favorables, promoviendo una cultura de respeto a los derechos humanos, y así, desalentar la incidencia de conductas inapropiadas vinculadas a la violencia laboral, hostigamiento y acoso.


En primer lugar, cabe recordar aunque las situaciones que mencionaremos en este espacio, pueden ser indicios de acoso laboral, por si solo puede ser o no acoso laboral, pero normalmente, un hecho aislado y esporádico no suele ser constitutivo de acoso laboral.

El mobbing o acoso laboral es una práctica frecuente. Detectarlo a tiempo es crucial para ponerle freno y evitar sus secuelas psicológicas.

Se puede definir, como aquel comportamiento negativo que se produce dentro del entorno laboral entre compañeros, superiores o inferiores jerárquicos a causa del cual el afectado es objeto de acoso y ataque sistemático durante mucho tiempo, de modo directo o indirecto, por parte de una o más personas, afectando negativamente a su estado y poniendo en peligro su integridad.

Entre los factores que favorecen el acoso laboral, destaca los estilos de liderazgo inadecuados; por ejemplo, los conflictos interpersonales entre compañeros que los jefes no saben identificar y ante los que no intervienen de forma rápida.

También actúan como caldo de cultivo un mal clima laboral, la sobrecarga de trabajo y la indefinición de papeles o roles laborales, que lleva a que muchos trabajadores no sepan exactamente lo que tienen que hacer.

En resumen, el mobbing se produce especialmente en aquellos entornos en los que hay un mal estilo de liderazgo, una tolerancia de la violencia, una cultura empresarial que fomenta más la competitividad o los resultados que la salud y el bienestar de las persona.

Estas son algunas de las situaciones que constituyen señales de alerta del mobbing:

Es muy probable que exista acoso en el trabajo si el jefe o los compañeros ignoran a un trabajador de manera continuada, se niegan a hablarle o le responden con agresividad.

Menosprecio o sobrecarga de trabajo

También es común ejercer el abuso asignándole demasiadas tareas, casi imposibles de abarcar. Otras veces no se le asignan tareas para luego poder acusarle de no hacer nada.

También es posible que un trabajador sea obligado a realizar labores que no cuentan con las medidas de seguridad adecuadas.

Amenazas, tanto verbales como no verbales.

La ley de prevención de riesgos laborales obliga a prevenir e intervenir en todos los tipos de riesgos laborales, entre ellos los psicosociales, en los que se incluye el acoso psicológico en el trabajo.

Ante una situación de este tipo, existe un protocolo de actuación que deben cumplir las empresas.

En última instancia, hay que tener en cuenta que el Código Penal recoge el acoso laboral dentro de los delitos contra la integridad moral de las personas.

Es importante denunciar siempre estas conductas. Más de la mitad de los casos no se denuncian por miedo a las consecuencias dañinas en el trabajo y la carrera profesional.

Las empresas deben adoptar un protocolo de actuación que favorezca el bienestar emocional y generen entornos favorables, promoviendo una cultura de respeto a los derechos humanos, y así, desalentar la incidencia de conductas inapropiadas vinculadas a la violencia laboral, hostigamiento y acoso.