/ jueves 18 de enero de 2024

¡Cristo es la Respuesta! | El Corazón Compasivo de Jesús: Un Llamado a la Acción

Por Víctor Hugo Guel González

Mateo 9:35–38. Recorría Jesús todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos. Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies.

Este pasaje nos presenta una visión clara y real de los hechos, el corazón y el mandato de Jesús. Este pasaje no sólo revela las acciones visibles de Cristo, sino también la esencia misma de su ser, manifestando un amor compasivo que nos invita a meditar y actuar.

1. Los Hechos de Jesús (Mateo 9:35):

El evangelista comienza destacando los viajes de Jesús. Él no limitó su presencia a un lugar, sino que recorrió incansablemente todas las ciudades y aldeas. Su misión fue enseñar en las sinagogas, proclamando el evangelio del reino, sanar cada enfermedad y dolencia. La atención completa de Jesús, abordando las necesidades físicas, espirituales y emocionales, refleja su comprensión y compasión por la humanidad.

2. El Corazón Compasivo de Jesús (Mateo 9:36):

En el versículo 36, vemos el corazón de Jesús en acción. Al contemplar las multitudes, su compasión se despierta. No es una compasión superficial o lástima; es amor en acción. Jesús ve a la gente como ovejas sin pastor, desamparadas y dispersas. Esta ilustración resalta la falta de dirección espiritual y esperanza en sus vidas. La compasión de Jesús no es pasiva; está impulsada hacia la acción.

3. El Mandato de Jesús (Mateo 9:37-38):

Jesús, reconociendo la abrumadora necesidad, presenta un mandato claro. La mies es mucha, pero los obreros son pocos. Nos invita con urgencia a ser conscientes de esta realidad. No nos pide solo que observemos, sino que roguemos al Señor de la mies que envíe obreros para la cosecha. Este llamado a la oración no es un mero ritual; es un compromiso con la obra del Reino de Dios.

El mandato de Jesús no termina en la oración; se extiende a la acción. En el capítulo 10 de Mateo, vemos cómo Cristo envía a sus discípulos a predicar y les da autoridad para sanar. Esto indica que el llamado es también para nosotros. Somos llamados no solo a orar, sino a ser congruentes a nuestras oraciones. Necesitamos ser obreros diligentes en tener compasión, sembrar y cosechar ya que el trabajo es mucho.

En resumen, Mateo 9:35-38 nos presenta a un Jesús activo, compasivo y comprometido con la redención de la humanidad. Este pasaje no es solo un relato histórico, sino un llamado urgente a imitar y seguir sus pasos. La mies es mucha, las necesidades son evidentes, y el llamado de Jesús es claro. La compasión de Jesús debe convertirse en nuestra compasión, y nuestras oraciones deben traducirse en acciones concretas para ser obreros dispuestos y fieles en su cosecha.

Iglesia Bíblica Bautista de San Luis Potosí.

Calle Nube #560, colonia Garita de Jalisco

Por Víctor Hugo Guel González

Mateo 9:35–38. Recorría Jesús todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos. Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies.

Este pasaje nos presenta una visión clara y real de los hechos, el corazón y el mandato de Jesús. Este pasaje no sólo revela las acciones visibles de Cristo, sino también la esencia misma de su ser, manifestando un amor compasivo que nos invita a meditar y actuar.

1. Los Hechos de Jesús (Mateo 9:35):

El evangelista comienza destacando los viajes de Jesús. Él no limitó su presencia a un lugar, sino que recorrió incansablemente todas las ciudades y aldeas. Su misión fue enseñar en las sinagogas, proclamando el evangelio del reino, sanar cada enfermedad y dolencia. La atención completa de Jesús, abordando las necesidades físicas, espirituales y emocionales, refleja su comprensión y compasión por la humanidad.

2. El Corazón Compasivo de Jesús (Mateo 9:36):

En el versículo 36, vemos el corazón de Jesús en acción. Al contemplar las multitudes, su compasión se despierta. No es una compasión superficial o lástima; es amor en acción. Jesús ve a la gente como ovejas sin pastor, desamparadas y dispersas. Esta ilustración resalta la falta de dirección espiritual y esperanza en sus vidas. La compasión de Jesús no es pasiva; está impulsada hacia la acción.

3. El Mandato de Jesús (Mateo 9:37-38):

Jesús, reconociendo la abrumadora necesidad, presenta un mandato claro. La mies es mucha, pero los obreros son pocos. Nos invita con urgencia a ser conscientes de esta realidad. No nos pide solo que observemos, sino que roguemos al Señor de la mies que envíe obreros para la cosecha. Este llamado a la oración no es un mero ritual; es un compromiso con la obra del Reino de Dios.

El mandato de Jesús no termina en la oración; se extiende a la acción. En el capítulo 10 de Mateo, vemos cómo Cristo envía a sus discípulos a predicar y les da autoridad para sanar. Esto indica que el llamado es también para nosotros. Somos llamados no solo a orar, sino a ser congruentes a nuestras oraciones. Necesitamos ser obreros diligentes en tener compasión, sembrar y cosechar ya que el trabajo es mucho.

En resumen, Mateo 9:35-38 nos presenta a un Jesús activo, compasivo y comprometido con la redención de la humanidad. Este pasaje no es solo un relato histórico, sino un llamado urgente a imitar y seguir sus pasos. La mies es mucha, las necesidades son evidentes, y el llamado de Jesús es claro. La compasión de Jesús debe convertirse en nuestra compasión, y nuestras oraciones deben traducirse en acciones concretas para ser obreros dispuestos y fieles en su cosecha.

Iglesia Bíblica Bautista de San Luis Potosí.

Calle Nube #560, colonia Garita de Jalisco