DIOS CRISTO JESÚS en Juan 11:25-27 de la Biblia nos da el siguiente mensaje: “Yo soy la Resurrección y la Vida; el que cree en mí aunque esté muerto vivirá. Y todo aquel que vive y cree en Mi, no morirá eternamente”
Esto dijo Cristo a Marta, (hermana de María Magdalena), a quien también le preguntó: “¿Crees esto?, y Marta le dijo: ¡Sí, Señor; yo he creído que Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo!”.
En efecto, Cristo hace unos 2,000 años, acudió a Betania, al enterarse de la muerte de su amigo Lázaro, hermano de Marta y María Magdalena, para presentar a éstas sus condolencias, y todos ellos y muchos judíos acudieron al lugar donde había sido sepultado Lázaro, cuatro días antes, que era una cueva y tenía una piedra que cubría la entrada, y estando Jesús profundamente conmovido ordenó quitar la piedra, y luego de orar ante Dios Padre, Jesús, clamando a gran voz ordenó: “¡Lázaro, ven fuera!”, y éste, salió de inmediato, aún con las manos atadas, los pies vendados, y el rostro envuelto en un sudario, ordenando Jesús desatarle y dejarle ir.
Lo expuesto es prueba palpable y contundente del Poder Omnipotente y Perfecto de Dios Cristo, al revivir o resucitar de la muerte a Lázaro, dándole nueva vida físicamente. Pero si nosotros, aquí ahora, queremos adentrarnos en el mensaje inicial dado por Cristo a Marta, y la contestación sincera de ésta iluminada por Dios Espíritu Santo, podemos hacer nuestra la Palabra de Dios que Permanece para Siempre, según 1 Pedro 1:25 e Isaías 40:8, porque el Mensaje de Jesucristo es también de Supremacía Espiritual, para aceptar que sólo El nos puede Resucitar de nuestra muerte espiritual que nos causa el pecado, y sólo El también nos puede dar Vida para Vivir en El y con El, para no morir eternamente en el castigo del infierno, según Juan 3:16.
Estimado Lector: Dios Cristo quiere regalarte su Resurrección y Vida, si con toda valentía, decisión y reflexión crees que solamente El puede salvarte, y aceptas decirle lo siguiente:
“Cristo, Señor mío y Dios mío, ¡SALVAME!, me arrepiento ante Ti de mis pecados, perdóname, y límpiame con tu Sangre Divina derramada en la cruz del Calvario, creo en Ti y te recibo como Único, Suficiente y Perfecto Salvador Personal”.
Si Dios permite continuaremos el viernes siguiente. Teléfono: 44-48-15-39-73.
