/ viernes 22 de abril de 2022

¡Con Cristo!

¡El Señor resucitó!

DIOS CRISTO JESÚS murió en la cruz del Calvario en aquel viernes terrorífico, pero resucitó al tercer día para beneplácito de sus seguidores, según Mateo 28:6 de la Biblia.

En efecto, luego de la crucifixión y muerte de Jesús, José de Arimatea, uno de sus seguidores, pidió a Pilato el cuerpo de Cristo, y concedida la petición, llevó a Jesús a un sepulcro nuevo labrado en una peña, haciendo luego, rodar una gran piedra sobre la puerta de entrada, la cual, incluso fue sellada por orden de Pilato, poniendo allí una guardia de soldados.

Aconteció después que, al tercer día, María Magdalena, María la madre de Jacobo, Salomé y otras mujeres, también seguidoras de Jesús, acudieron al sepulcro de Jesús, pero ya no lo encontraron, siendo informadas por un ángel del Señor descendido del Cielo, que Jesús había resucitado. Dichas mujeres, a continuación, al correr para dar la noticia a los discípulos, de pronto vieron en el camino a Jesús, quien les dijo: “¡Salve!”, y ellas abrazaron los pies de Cristo y le adoraron.

Luego Jesús fue con sus apóstoles, y conforme a su potestad divina les ordenó ir por todo el mundo para predicar su santo evangelio. Jesús, por lo tanto, llevó sobre su cuerpo precioso los pecados de sus creyentes de todos los tiempos para sufrir en lugar de éstos el castigo eterno que les correspondía condenados en el infierno, dando así, Dios Cristo, cumplimiento a su compromiso contraído con Dios Padre y Dios Espíritu Santo, para ser Salvador de sus creyentes conversos y salvos en El, perdonándoles, sus pecados, según Juan 3:16, con sus milagrosas Muerte y Resurrección, donde El transmite Vida Eterna a sus creyentes salvos, quienes al arrepentirse de sus pecados ante El, los perdona y limpia de toda maldad de inmediato y para siempre para que mueran y resuciten con El, es decir, para que vuelvan a nacer y vivir espiritualmente en Dios, según Juan 3:3, sin pecado.

Estimado Lector: Dios Cristo, te llama a estar en sus Gloriosas Muerte y Resurrección, si le dices con toda valentía y reflexión; “Jesús, Señor mío y Dios mío, ¡SALVAME!, me arrepiento ante Ti de mis pecados, perdóname, y límpiame con tu Sangre Divina derramada en la cruz del Calvario, creo en Ti y te recibo como Único, Suficiente y Perfecto Salvador Personal”.

Si Dios permite, continuaremos el viernes siguiente.

Teléfono: 44-48-15-39-73.

¡El Señor resucitó!

DIOS CRISTO JESÚS murió en la cruz del Calvario en aquel viernes terrorífico, pero resucitó al tercer día para beneplácito de sus seguidores, según Mateo 28:6 de la Biblia.

En efecto, luego de la crucifixión y muerte de Jesús, José de Arimatea, uno de sus seguidores, pidió a Pilato el cuerpo de Cristo, y concedida la petición, llevó a Jesús a un sepulcro nuevo labrado en una peña, haciendo luego, rodar una gran piedra sobre la puerta de entrada, la cual, incluso fue sellada por orden de Pilato, poniendo allí una guardia de soldados.

Aconteció después que, al tercer día, María Magdalena, María la madre de Jacobo, Salomé y otras mujeres, también seguidoras de Jesús, acudieron al sepulcro de Jesús, pero ya no lo encontraron, siendo informadas por un ángel del Señor descendido del Cielo, que Jesús había resucitado. Dichas mujeres, a continuación, al correr para dar la noticia a los discípulos, de pronto vieron en el camino a Jesús, quien les dijo: “¡Salve!”, y ellas abrazaron los pies de Cristo y le adoraron.

Luego Jesús fue con sus apóstoles, y conforme a su potestad divina les ordenó ir por todo el mundo para predicar su santo evangelio. Jesús, por lo tanto, llevó sobre su cuerpo precioso los pecados de sus creyentes de todos los tiempos para sufrir en lugar de éstos el castigo eterno que les correspondía condenados en el infierno, dando así, Dios Cristo, cumplimiento a su compromiso contraído con Dios Padre y Dios Espíritu Santo, para ser Salvador de sus creyentes conversos y salvos en El, perdonándoles, sus pecados, según Juan 3:16, con sus milagrosas Muerte y Resurrección, donde El transmite Vida Eterna a sus creyentes salvos, quienes al arrepentirse de sus pecados ante El, los perdona y limpia de toda maldad de inmediato y para siempre para que mueran y resuciten con El, es decir, para que vuelvan a nacer y vivir espiritualmente en Dios, según Juan 3:3, sin pecado.

Estimado Lector: Dios Cristo, te llama a estar en sus Gloriosas Muerte y Resurrección, si le dices con toda valentía y reflexión; “Jesús, Señor mío y Dios mío, ¡SALVAME!, me arrepiento ante Ti de mis pecados, perdóname, y límpiame con tu Sangre Divina derramada en la cruz del Calvario, creo en Ti y te recibo como Único, Suficiente y Perfecto Salvador Personal”.

Si Dios permite, continuaremos el viernes siguiente.

Teléfono: 44-48-15-39-73.

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