Vive para salvar
Cristo Jesús nos invita en Hebreos 7:23-28 de la Biblia a conocerlo como el único Sacerdote quien por ser Dios es el único que nos puede salvar con sólo acercarnos a El.
En efecto, este Jesús que todo lo puede, todo lo sabe y está en todas partes, porque es el mismo Dios que nos ama como seres humanos, nos ofrece su salvación, porque ¡Vive para Salvarnos!, si arrepentidos de nuestros pecados lo recibimos como suficiente salvador personal, según Juan 3:16.
Este Cristo, por lo tanto, es nuestro Salvador, gracias a su sacrificio del Calvario, donde se ofreció a sí mismo una sola vez para siempre, de tal manera que ya no hay necesidad cada día de ofrecer sacrificios por los pecados como lo hacían los sacerdotes antiguos y aun otros actuales lo hacen, por estar sin efecto ley mosaica del sacerdocio humano; y, además, porque la palabra de Dios, como juramento posterior, dictada para los tiempos presentes, después del sacrificio de Jesús, nos da a este Señor como su Hijo divino y único Sacerdote, hecho perfecto para siempre, para que nos salve eternamente.
Cuán importante es, por ende, abrir la puerta de nuestro corazón espiritual a Cristo, porque en este Señor divino descansa aquel sacerdocio de Melquisedec, del que nos habla Dios en Hebreos 7:1-22, que permanece para siempre, bajo el poder de una vida indestructible, por ser divina, donde Jesús es constituido, además, como fiador del nuevo y mejor pacto de su sangre derramada, para limpiar de sus pecados a sus seguidores, que lo reciben arrepentidos como único salvador personal, a quienes también ubica en el Camino angosto y los lleva hacia la Puerta estrecha, que es El mismo, para introducirlos a la gloria celestial gozosa y eterna.
Estimado Lector: Cristo llama a la puerta de tu corazón espiritual, para que creas en El y te acerques a El, aceptando su muerte de cruz, porque si lo haces, “¡El vive para salvarte y darte vida eterna!", y te regala su Sacerdocio que no cambia jamás, y para ello sólo necesitas decirle: “Mi Señor Dios Cristo, ¡SALVAME!, me arrepiento ante Ti de mis pecados, perdóname y límpiame con tu sangre divina derramada en la cruz del Calvario, creo en Ti y te recibo como único, suficiente y perfecto salvador personal”.
Dios los bendiga. Y si El permite continuaremos el viernes siguiente Mi teléfono: 444- 815-39-73.