/ viernes 29 de mayo de 2020

Nuestra fe hará la diferencia

Nuestra fe hará la diferencia en la vida de otros

2 Crónicas 30:17-20

En lo personal algo que me anima a seguir adelante en mi vida como cristiano, es el hecho de que Dios promete que nada de lo que hacemos para Él, es en vano (1 Cor.15:58ª) de ahí que hace tiempo aprendí de la Biblia, que aún nuestra fe puede hacer la diferencia en la vida de otros.

Hace unos meses vino un familiar a la casa de mi mamá, y cuando me vió, me dijo algo que llamó mi atención, y que además, yo creo con todo mi corazón (especialmente a la luz de lo que hoy quiero compartir) ; él dijo: “Tu eres el resultado de las oraciones de mi mamá”, (que viene siendo mi tía abuela. )

Siendo yo niño, cuando ella venía a San Luis Potosí, nos invitaba a la iglesia, siempre fue muy amable y atenta con nosotros al igual que el resto de su familia; con el tiempo me enteré de que inclusive su esposo y dos de sus hijos son pastores.

Al comienzo de mi vida, especialmente en mi adolescencia, poco o ningún interés tenía por las cosas de Dios, con el tiempo el Señor obró en mi mente y corazón, hoy por su gracia y para su gloria, tengo 30 años que recibí a Cristo como mi Salvador y tengo 19 años sirviendo a Dios, especialmente en la Escuela Maranata que es un ministerio de nuestra iglesia.

Hoy en día, No tengo ninguna duda que las oraciones de mi tía tuvieron mucho qué ver; y pasajes como el que encontramos en 2 Crónicas 30:17 al 20 confirman que esto es verdad, pues nuestra fe puede hacer la diferencia en la vida de otros.

En este pasaje, encontramos gente que estaba a punto de participar de la pascua, pero no estaba santificada, no se habían purificado, y comenzaron el rito, no conforme a lo establecido; pero la biblia nos dice:más Ezequías oró por ellos diciendo: “Jehová, que es bueno, sea propicio a todo aquel que ha preparado su corazón para buscar a Dios, a Jehová el Dios de sus padres, aunque no esté purificado según los ritos de purificación del santuario.”

Sin que nadie se lo pidiera, el rey intercedió por toda esa gente, que sí bien es cierto, tenían un corazón preparado para buscar a Dios, todavía no cumplían con la purificación, todavía existía el riesgo de que aún sus sacrificios no fuesen agradables y aceptables delante del Señor, pero el versículo 20, dice algo que me asombra y reta mi vida; “y oyó Jehová a Ezequías, y sanó al pueblo.”

Qué increíble que la fe de este hombre hizo la diferencia en la vida de muchos, ya que después de que Dios escuchó su oración, todo lo que el pueblo llevó a cabo, fue algo que a Dios agradó. Sí, había muchos que tenían un corazón dispuesto, pero todavía no cumplían el requisito divino para que esto fuera recibido por el Señor, ¿qué hizo la diferencia? La fe de un hombre que oro por los demás, y pidió a Dios que fuera propicio y finalmente Jehová sano al pueblo. Amén.

Sé que en todo lo que estamos viviendo, hay gente que no tiene fe, que aun están esperando que termine la cuarentena para seguir su vida de rebeldía, de pecado, de maldad; sin tomar en cuenta a Dios para nada, pero es ahí es donde nuestra fe puede hacer la diferencia en la vida de otros.

Sigamos haciendo nuestra parte, orando y rogando porque Dios siga teniendo misericordia, que paren los contagios, las muertes,que Dios sane al pueblo, que la economía se recupere y que todo esto nos lleve a buscar más a Dios de tal manera que muchos conozcan a Cristo como su único y suficiente Salvador ,porque ciertamente, nuestra fe hará la diferencia en la vida de otros. ¡Amén!

Nuestra fe hará la diferencia en la vida de otros

2 Crónicas 30:17-20

En lo personal algo que me anima a seguir adelante en mi vida como cristiano, es el hecho de que Dios promete que nada de lo que hacemos para Él, es en vano (1 Cor.15:58ª) de ahí que hace tiempo aprendí de la Biblia, que aún nuestra fe puede hacer la diferencia en la vida de otros.

Hace unos meses vino un familiar a la casa de mi mamá, y cuando me vió, me dijo algo que llamó mi atención, y que además, yo creo con todo mi corazón (especialmente a la luz de lo que hoy quiero compartir) ; él dijo: “Tu eres el resultado de las oraciones de mi mamá”, (que viene siendo mi tía abuela. )

Siendo yo niño, cuando ella venía a San Luis Potosí, nos invitaba a la iglesia, siempre fue muy amable y atenta con nosotros al igual que el resto de su familia; con el tiempo me enteré de que inclusive su esposo y dos de sus hijos son pastores.

Al comienzo de mi vida, especialmente en mi adolescencia, poco o ningún interés tenía por las cosas de Dios, con el tiempo el Señor obró en mi mente y corazón, hoy por su gracia y para su gloria, tengo 30 años que recibí a Cristo como mi Salvador y tengo 19 años sirviendo a Dios, especialmente en la Escuela Maranata que es un ministerio de nuestra iglesia.

Hoy en día, No tengo ninguna duda que las oraciones de mi tía tuvieron mucho qué ver; y pasajes como el que encontramos en 2 Crónicas 30:17 al 20 confirman que esto es verdad, pues nuestra fe puede hacer la diferencia en la vida de otros.

En este pasaje, encontramos gente que estaba a punto de participar de la pascua, pero no estaba santificada, no se habían purificado, y comenzaron el rito, no conforme a lo establecido; pero la biblia nos dice:más Ezequías oró por ellos diciendo: “Jehová, que es bueno, sea propicio a todo aquel que ha preparado su corazón para buscar a Dios, a Jehová el Dios de sus padres, aunque no esté purificado según los ritos de purificación del santuario.”

Sin que nadie se lo pidiera, el rey intercedió por toda esa gente, que sí bien es cierto, tenían un corazón preparado para buscar a Dios, todavía no cumplían con la purificación, todavía existía el riesgo de que aún sus sacrificios no fuesen agradables y aceptables delante del Señor, pero el versículo 20, dice algo que me asombra y reta mi vida; “y oyó Jehová a Ezequías, y sanó al pueblo.”

Qué increíble que la fe de este hombre hizo la diferencia en la vida de muchos, ya que después de que Dios escuchó su oración, todo lo que el pueblo llevó a cabo, fue algo que a Dios agradó. Sí, había muchos que tenían un corazón dispuesto, pero todavía no cumplían el requisito divino para que esto fuera recibido por el Señor, ¿qué hizo la diferencia? La fe de un hombre que oro por los demás, y pidió a Dios que fuera propicio y finalmente Jehová sano al pueblo. Amén.

Sé que en todo lo que estamos viviendo, hay gente que no tiene fe, que aun están esperando que termine la cuarentena para seguir su vida de rebeldía, de pecado, de maldad; sin tomar en cuenta a Dios para nada, pero es ahí es donde nuestra fe puede hacer la diferencia en la vida de otros.

Sigamos haciendo nuestra parte, orando y rogando porque Dios siga teniendo misericordia, que paren los contagios, las muertes,que Dios sane al pueblo, que la economía se recupere y que todo esto nos lleve a buscar más a Dios de tal manera que muchos conozcan a Cristo como su único y suficiente Salvador ,porque ciertamente, nuestra fe hará la diferencia en la vida de otros. ¡Amén!