/ viernes 26 de marzo de 2021

Entorno Empresarial

Economías de Pequeños Encargos o Gig Economy

Durante años, autoridades, políticos, economistas y expertos han lidiado con el auge de las economías del compartir representadas en empresas como Uber, Airbnb y otras tantas más, donde el crecimiento del trabajo temporal y la ruptura de la relación tradicional entre las empresas y sus trabajadores se convierte en realidad a escala mundial, todo como resultado de los acelerados avances tecnológicos.

En los próximos años seremos testigos de grandes transformaciones en el mercado laboral, pues más del 85% de las tareas aún no se han inventado.

Para el año 2030, muchos de los trabajos permanentes serán parte de nuestra historia, porque una gran proporción de las personas se convertirán en profesionales independientes, los que en definitiva darán forma a las economías de pequeños encargos (gig economy), cuyo entorno se caracteriza por posiciones laborales temporales y donde las empresas contratan trabajadores independientes para compromisos de corto plazo, en la cual el trabajo consiste fundamentalmente en tareas únicas.

En este contexto, 83% de las empresas señala que en los próximos años hará la transición a una fuerza laboral más “ágil” y así ser capaces de competir con inmediatez, personalización y calidad.

Es así como la economía de pequeños encargos hoy representa una descripción del estado del mercado moderno, donde los trabajadores en esta modalidad representan 34% de la fuerza de trabajo, y crecerá a 52% para el año 2021.

En esta era digital hiperconectada, la fuerza laboral se hace cada vez más móvil y el trabajo se puede hacer cada vez más desde cualquier lugar, por lo que el trabajo y la ubicación finalmente se desacoplan.

A medida que las instituciones y empresas responden a las fuerzas de la globalización y la innovación tecnológica, ellas deben ser lo suficientemente ágiles para enfrentar las cambiantes preferencias de los consumidores y conexumidores, competir con empresas más ágiles y gestionar recursos en función de la nueva demanda con liquidez estratégica y liquidez táctica.

Cae entonces el paradigma del trabajo/oficina que cada día se hace más inviable.

La desconexión del trabajo de la oficina, producto de la digitalización global, será uno de los factores claves en el aumento de la productividad a escala mundial en economías de pequeños encargos o gig economy.

Economías de Pequeños Encargos o Gig Economy

Durante años, autoridades, políticos, economistas y expertos han lidiado con el auge de las economías del compartir representadas en empresas como Uber, Airbnb y otras tantas más, donde el crecimiento del trabajo temporal y la ruptura de la relación tradicional entre las empresas y sus trabajadores se convierte en realidad a escala mundial, todo como resultado de los acelerados avances tecnológicos.

En los próximos años seremos testigos de grandes transformaciones en el mercado laboral, pues más del 85% de las tareas aún no se han inventado.

Para el año 2030, muchos de los trabajos permanentes serán parte de nuestra historia, porque una gran proporción de las personas se convertirán en profesionales independientes, los que en definitiva darán forma a las economías de pequeños encargos (gig economy), cuyo entorno se caracteriza por posiciones laborales temporales y donde las empresas contratan trabajadores independientes para compromisos de corto plazo, en la cual el trabajo consiste fundamentalmente en tareas únicas.

En este contexto, 83% de las empresas señala que en los próximos años hará la transición a una fuerza laboral más “ágil” y así ser capaces de competir con inmediatez, personalización y calidad.

Es así como la economía de pequeños encargos hoy representa una descripción del estado del mercado moderno, donde los trabajadores en esta modalidad representan 34% de la fuerza de trabajo, y crecerá a 52% para el año 2021.

En esta era digital hiperconectada, la fuerza laboral se hace cada vez más móvil y el trabajo se puede hacer cada vez más desde cualquier lugar, por lo que el trabajo y la ubicación finalmente se desacoplan.

A medida que las instituciones y empresas responden a las fuerzas de la globalización y la innovación tecnológica, ellas deben ser lo suficientemente ágiles para enfrentar las cambiantes preferencias de los consumidores y conexumidores, competir con empresas más ágiles y gestionar recursos en función de la nueva demanda con liquidez estratégica y liquidez táctica.

Cae entonces el paradigma del trabajo/oficina que cada día se hace más inviable.

La desconexión del trabajo de la oficina, producto de la digitalización global, será uno de los factores claves en el aumento de la productividad a escala mundial en economías de pequeños encargos o gig economy.