/ viernes 12 de febrero de 2021

Entorno Empresarial

Inversión y empleo

Los incentivos gubernamentales para invertir en proyectos productivos y rentables han sido limitados, lo que originó el desplome en la generación de empleos y que se mantenga estancada la economía mexicana.

Desafortunadamente las cifras indican que los empleos que se generan se concentran en los niveles salariales más bajos, agudizando la precariedad del mercado laboral y con bajo impacto en la dinámica del consumo.

La necesidad de incrementar la inversión se deriva de un hecho, el desarrollo social y económico del país depende de la salud de su mercado laboral. Sin empleo formal bien remunerado no se puede construir con Bienestar.

México requiere condiciones favorables para que la inversión productiva pueda compensar el retroceso observado durante esta recesión.

No se puede soslayar que la precarización del mercado laboral inhibe el fortalecimiento del mercado interno, ningún país puede aspirar al desarrollo sin contar con solidas capacidades productivas que se traduzcan en un vigoroso consumo privado. Para lograrlo se requiere revertir la precarización del mercado laboral.

Así, elevar la inversión productiva, pública y privada, es fundamental para construir un ciclo positivo en favor del desarrollo de México. Sin más inversión no hay posibilidad de lograrlo.

Las cifras muestran la magnitud de la recesión económica, y sus efectos adversos sobre el mercado laboral y las familias.

La caída en la población ocupada y la Población Económicamente Activa en su conjunto exhiben las restricciones que la sociedad y economía mexicana han enfrentado y refleja las limitaciones que las familias tienen para obtener un ingreso económico decoroso y con ello solventar sus necesidades diarias.

La afectación en los micronegocios ha tenido una connotación social ya que constituye la principal fuente de ingreso para las familias mexicanas.

Si bien su esencia es de economía informal, su debilitamiento muestra que en esta ocasión no representan la válvula de escape que tradicionalmente habían constituido en otras crisis.

Derivado de lo anterior se refuerza la necesidad de contar con un Programa de fortalecimiento de la inversión productiva nacional y extranjera que se encuentre enfocada en la creación de empleo formal.

La economía mexicana deberá incrementar sus niveles de inversión productiva para poder revertir la precarización de su mercado laboral

Inversión y empleo

Los incentivos gubernamentales para invertir en proyectos productivos y rentables han sido limitados, lo que originó el desplome en la generación de empleos y que se mantenga estancada la economía mexicana.

Desafortunadamente las cifras indican que los empleos que se generan se concentran en los niveles salariales más bajos, agudizando la precariedad del mercado laboral y con bajo impacto en la dinámica del consumo.

La necesidad de incrementar la inversión se deriva de un hecho, el desarrollo social y económico del país depende de la salud de su mercado laboral. Sin empleo formal bien remunerado no se puede construir con Bienestar.

México requiere condiciones favorables para que la inversión productiva pueda compensar el retroceso observado durante esta recesión.

No se puede soslayar que la precarización del mercado laboral inhibe el fortalecimiento del mercado interno, ningún país puede aspirar al desarrollo sin contar con solidas capacidades productivas que se traduzcan en un vigoroso consumo privado. Para lograrlo se requiere revertir la precarización del mercado laboral.

Así, elevar la inversión productiva, pública y privada, es fundamental para construir un ciclo positivo en favor del desarrollo de México. Sin más inversión no hay posibilidad de lograrlo.

Las cifras muestran la magnitud de la recesión económica, y sus efectos adversos sobre el mercado laboral y las familias.

La caída en la población ocupada y la Población Económicamente Activa en su conjunto exhiben las restricciones que la sociedad y economía mexicana han enfrentado y refleja las limitaciones que las familias tienen para obtener un ingreso económico decoroso y con ello solventar sus necesidades diarias.

La afectación en los micronegocios ha tenido una connotación social ya que constituye la principal fuente de ingreso para las familias mexicanas.

Si bien su esencia es de economía informal, su debilitamiento muestra que en esta ocasión no representan la válvula de escape que tradicionalmente habían constituido en otras crisis.

Derivado de lo anterior se refuerza la necesidad de contar con un Programa de fortalecimiento de la inversión productiva nacional y extranjera que se encuentre enfocada en la creación de empleo formal.

La economía mexicana deberá incrementar sus niveles de inversión productiva para poder revertir la precarización de su mercado laboral