/ viernes 10 de enero de 2020

Entorno Empresarial

EFECTOS DEL CONFLICTO DE IRÁN Y ESTADOS UNIDOS

Ante la crisis entre E.U. e Irán, surge la pregunta de cuál será el efecto para el país.

Si pensáramos en México sólo como un país petrolero, podríamos decir que se beneficia.

Por el momento son 2.13 millones de dólares diarios adicionales. Esto sirve para apuntalar el tipo de cambio del peso frente al dólar, además de ayudar a la situación de Pemex y un apoyo para las finanzas públicas. Por cada dólar que sube el crudo, hay un incremento de 1.1 millones de dólares diarios en los ingresos para México.

La economía se ha diversificado hasta el punto en que un alza en los precios del petróleo también nos perjudica en la medida en que somos uno de los mayores importadores mundiales de productos derivados del petróleo, un promedio de 4,000 millones de dólares mensuales de importaciones de gasolina, diésel, gas natural y otros.

En el mediano plazo, y a menos que el Gobierno disponga lo contrario, podrían verse repuntes en los precios de los combustibles.

Somos un exportador de productos industriales y agrícolas que sufrirá en la cadena de logística.

Somos también uno de los siete países del mundo que recibe más turistas y no nos conviene la tensión bélica.

Somos un país que depende del comercio exterior y seremos afectados en la medida en que un choque militar reduce las perspectivas de crecimiento mundial.

Somos una nación que tiene alrededor de 12 millones de connacionales viviendo en Estados Unidos. La vida será más complicada para ellos, si nuestros vecinos entran en guerra. Ellos aportan más divisas que Petróleos Mexicanos a través de las remesas.

El tono en los mercados financieros mundiales se ha vuelto cauteloso, los futuros de acciones estadounidenses cayeron y las acciones asiáticas revirtieron ganancias, mientras que el petróleo se disparó junto con el yen y el oro.

Dada la posibilidad de que la tensión persista, un periodo prolongado de precios más altos del petróleo tiene que ser un riesgo.

Podría acabar con las esperanzas del mercado de un repunte de la economía global que aún está por emerger de la nube de la guerra comercial entre Estados Unidos y China. El sentimiento de riesgo debería seguir siendo frágil también porque los bancos centrales pueden ser lentos para responder o simplemente ya no tienen el arsenal para responder de manera adecuada.

EFECTOS DEL CONFLICTO DE IRÁN Y ESTADOS UNIDOS

Ante la crisis entre E.U. e Irán, surge la pregunta de cuál será el efecto para el país.

Si pensáramos en México sólo como un país petrolero, podríamos decir que se beneficia.

Por el momento son 2.13 millones de dólares diarios adicionales. Esto sirve para apuntalar el tipo de cambio del peso frente al dólar, además de ayudar a la situación de Pemex y un apoyo para las finanzas públicas. Por cada dólar que sube el crudo, hay un incremento de 1.1 millones de dólares diarios en los ingresos para México.

La economía se ha diversificado hasta el punto en que un alza en los precios del petróleo también nos perjudica en la medida en que somos uno de los mayores importadores mundiales de productos derivados del petróleo, un promedio de 4,000 millones de dólares mensuales de importaciones de gasolina, diésel, gas natural y otros.

En el mediano plazo, y a menos que el Gobierno disponga lo contrario, podrían verse repuntes en los precios de los combustibles.

Somos un exportador de productos industriales y agrícolas que sufrirá en la cadena de logística.

Somos también uno de los siete países del mundo que recibe más turistas y no nos conviene la tensión bélica.

Somos un país que depende del comercio exterior y seremos afectados en la medida en que un choque militar reduce las perspectivas de crecimiento mundial.

Somos una nación que tiene alrededor de 12 millones de connacionales viviendo en Estados Unidos. La vida será más complicada para ellos, si nuestros vecinos entran en guerra. Ellos aportan más divisas que Petróleos Mexicanos a través de las remesas.

El tono en los mercados financieros mundiales se ha vuelto cauteloso, los futuros de acciones estadounidenses cayeron y las acciones asiáticas revirtieron ganancias, mientras que el petróleo se disparó junto con el yen y el oro.

Dada la posibilidad de que la tensión persista, un periodo prolongado de precios más altos del petróleo tiene que ser un riesgo.

Podría acabar con las esperanzas del mercado de un repunte de la economía global que aún está por emerger de la nube de la guerra comercial entre Estados Unidos y China. El sentimiento de riesgo debería seguir siendo frágil también porque los bancos centrales pueden ser lentos para responder o simplemente ya no tienen el arsenal para responder de manera adecuada.