/ viernes 22 de febrero de 2019

Entorno Empresarial

EL NEGOCIO DE LOS ME GUSTA O LIKES

Las empresas al igual que las personas usan las redes sociales para destacar, sobre los demás.

Este afán le puso precio a la popularidad. Conseguir seguidores se convirtió en un negocio millonario que plantea muchas dudas.

Likes en Instagram, estrellas en las tiendas virtuales, escuchas de podcasts, retuits en Twitter.

Estas son acciones cotidianas que los internautas realizan a diario y que son muy importantes para compañías y, especialmente, para marcar tendencias.

Un negocio legal, pero para muchos expertos inmoral. Detrás de estos 'me gusta' no están personas, sino cientos de smartphones conectados.

Las granjas son pequeños lugares tecnológicos dedicados a inflar el número de reacciones en perfiles sociales y otros espacios de internet.

Detrás de esta actividad pueden manipular el resultado de unas votaciones, limpiar la imagen de un empresario corrupto, darle popularidad a un producto con opiniones falsas o incluso propagar códigos informáticos maliciosos.

Estos servicios se contratan a través de la web y se pueden encontrar fácilmente en buscadores y redes sociales.

Una vez se adquiere el paquete de servicios especificado, se procede a añadir el nombre de la cuenta o la URL de la publicación que se pretende promover, se ejecuta la campaña y se promete tener resultados en menos de tres días.

Ahora, la próxima vez que vea un perfil colmado de likes pregúntese cuál es el origen de los mismos.

Para las redes sociales este fenómeno tiende a ser más negativo que positivo debido a la pérdida de credibilidad que puede llegar a tener.

Y, aunque las redes sociales poseen políticas para castigar este tipo de comportamientos, e incluso herramientas para detectar los bots o también conocidos como Usuarios Fantasmas, el fenómeno sigue creciendo y la demanda aumentando.

Hay políticas respecto al tema en las redes sociales, todos intentan aplicar medidas para detectar estos bots. Si notan que la cuenta solo reenvía pero no genera información, detectan que puede ser un bot. Usualmente la gente que crea estos perfiles falsos empieza a generar contenidos así sean copiados.

En internet se pueden simular contenidos, crear tendencias y hasta comprar millones de seguidores. Con un poco de dinero y los links correctos, se pueden incluso opacar los comentarios del oponente político.

EL NEGOCIO DE LOS ME GUSTA O LIKES

Las empresas al igual que las personas usan las redes sociales para destacar, sobre los demás.

Este afán le puso precio a la popularidad. Conseguir seguidores se convirtió en un negocio millonario que plantea muchas dudas.

Likes en Instagram, estrellas en las tiendas virtuales, escuchas de podcasts, retuits en Twitter.

Estas son acciones cotidianas que los internautas realizan a diario y que son muy importantes para compañías y, especialmente, para marcar tendencias.

Un negocio legal, pero para muchos expertos inmoral. Detrás de estos 'me gusta' no están personas, sino cientos de smartphones conectados.

Las granjas son pequeños lugares tecnológicos dedicados a inflar el número de reacciones en perfiles sociales y otros espacios de internet.

Detrás de esta actividad pueden manipular el resultado de unas votaciones, limpiar la imagen de un empresario corrupto, darle popularidad a un producto con opiniones falsas o incluso propagar códigos informáticos maliciosos.

Estos servicios se contratan a través de la web y se pueden encontrar fácilmente en buscadores y redes sociales.

Una vez se adquiere el paquete de servicios especificado, se procede a añadir el nombre de la cuenta o la URL de la publicación que se pretende promover, se ejecuta la campaña y se promete tener resultados en menos de tres días.

Ahora, la próxima vez que vea un perfil colmado de likes pregúntese cuál es el origen de los mismos.

Para las redes sociales este fenómeno tiende a ser más negativo que positivo debido a la pérdida de credibilidad que puede llegar a tener.

Y, aunque las redes sociales poseen políticas para castigar este tipo de comportamientos, e incluso herramientas para detectar los bots o también conocidos como Usuarios Fantasmas, el fenómeno sigue creciendo y la demanda aumentando.

Hay políticas respecto al tema en las redes sociales, todos intentan aplicar medidas para detectar estos bots. Si notan que la cuenta solo reenvía pero no genera información, detectan que puede ser un bot. Usualmente la gente que crea estos perfiles falsos empieza a generar contenidos así sean copiados.

En internet se pueden simular contenidos, crear tendencias y hasta comprar millones de seguidores. Con un poco de dinero y los links correctos, se pueden incluso opacar los comentarios del oponente político.