/ domingo 20 de octubre de 2019

De aquí y de allá

Tras pasar una semana de viajes cortos, hoy viernes, regresaremos a casa para estar tranquilos en la serenidad de un lugar sin violencia, porque de que mi país se tiñe de rojo diariamente y esta semana especialmente se tiñó más, no me cabe duda, como no me cabe duda de que estamos en permanente “guerra civil”, ya que se caracteriza por ser una guerra y matanza entre hermanos a manos de gente a quien, un poco en tono sarcástico y otro poco, quiero pensar, en tono de inexperiencia, pues de no ser así, entonces si es para decir que Dios nos agarre confesados, nuestra máxima autoridad les pide se porten bien, matanza inútil con resultados inexplicables de estos enfrentamientos envueltos en misteriosas o ignorantes respuestas de lo sucedido por parte de quienes “velan” por nuestra seguridad, en fin tristeza y desconcierto entre los ciudadanos que cada día se sienten más temerosos de salir a la calle.

Y sin embargo, la vida sigue y la gente se acostumbra a todo, así que como mi realidad es que estos viajes a mi país se dieron por acontecimientos alegres les narraré que el primero fue a la emblemática ciudad de Puebla para asistir a las Bodas de Oro de mi personaje familiar favorito y quien diga que 50 años no es nada, se equívoca, y, en este mundo actual pocos lo logran, 50 años de vivir experiencias de juventud, nacimiento de hijos, bautizos, primeras comuniones y muchos festejos más; años de dudas, de entrega, de alientos y desalientos, de construir a nivel personal y espiritual una relación de dos a prueba de todo, de compartir, hacer y en ocasiones deshacer y rehacer el camino andado y por andar, de ver crecer a los hijos y aceptar la partida de uno de ellos permaneciendo incólumnes, tomados de la mano compartiendo todo para cambiar dolor por alegria a través de la aceptación y la fe. Así que, tras reencontrarme con mis hermanos nuevamente esa sensación de familia renace, sabiendo que el tronco común de nuestros padres y ancestros es sólido e increíblemente diferente en el carácter de cada hijo, cada uno devela su personalidad acorde a la forma y color del cristal con que hemos visto transcurrir nuestras vidas y aquí estamos en el hoy y en el siempre y así permaneceremos, con nuestras diferencias, unidos en y por el amor fraternal. Tres días de recuerdos, festejos y un cúmulo de alimentos que me hicieron jurar que regresando a casa me pondría a una “limpia” de organismo, pero... recordé que al día siguiente de nuestra llegada partiría a Sonora vía carretera para participar como espectadora en la Ópera de los Clovis, personajes que usted como yo se preguntará ?quienes son? Pues nada más y nada menos que aquellas personas que en la era de hielo cruzaron por el Estrecho de Bering para asentarse en nuestro continente poblándolo y tras larga travesía son probablemente nuestros ancestros y para sorpresa mía esta narrativa la plasmó con música el maestro Cahue originario de Veracruz a través de su talento, cuyo propósito es relatar la historia de forma atractiva, buscando que en el mundo actual tan confuso para nuestros jóvenes se involucren con los personajes de la historia a través de la música. Así que combinando ciencia, tecnología y arte sabemos como hipótesis que los Clovis fueron los primeros pobladores en entrar como cultura al Continente Americano basándose en evidencias encontradas por arqueólogos e investigadores del INHA y la universidad de Sonora y Arizona, quedando como testigos un amplio vestigio de piezas arqueológicas en el Museo Regional de la Universidad de Sonora lo que es prueba fehaciente que los CLOVIS vivieron en Sonora y fueron de los primeros cazadores de gigantes. A través de este esfuerzo hecho por el Rector de la Universidad de Sonora Enrique Velázquez Contreras quien unió esfuerzos con instituciones públicas como el INAH y Gobierno del Estado, la presentación de esta ópera nos confirma que la cultura nos lleva al cultivo del desarrollo del Espíritu en los humanos, considerando con certeza que tal vez, ésta, sea un medio para suavizar las situaciones que se viven en nuestro país, mientras usted como yo espera que nuestro mundo mejore, yo espero sus comentarios en ángel de sofia@yahoo.com.mx Agradeciendo su lectura


Tras pasar una semana de viajes cortos, hoy viernes, regresaremos a casa para estar tranquilos en la serenidad de un lugar sin violencia, porque de que mi país se tiñe de rojo diariamente y esta semana especialmente se tiñó más, no me cabe duda, como no me cabe duda de que estamos en permanente “guerra civil”, ya que se caracteriza por ser una guerra y matanza entre hermanos a manos de gente a quien, un poco en tono sarcástico y otro poco, quiero pensar, en tono de inexperiencia, pues de no ser así, entonces si es para decir que Dios nos agarre confesados, nuestra máxima autoridad les pide se porten bien, matanza inútil con resultados inexplicables de estos enfrentamientos envueltos en misteriosas o ignorantes respuestas de lo sucedido por parte de quienes “velan” por nuestra seguridad, en fin tristeza y desconcierto entre los ciudadanos que cada día se sienten más temerosos de salir a la calle.

Y sin embargo, la vida sigue y la gente se acostumbra a todo, así que como mi realidad es que estos viajes a mi país se dieron por acontecimientos alegres les narraré que el primero fue a la emblemática ciudad de Puebla para asistir a las Bodas de Oro de mi personaje familiar favorito y quien diga que 50 años no es nada, se equívoca, y, en este mundo actual pocos lo logran, 50 años de vivir experiencias de juventud, nacimiento de hijos, bautizos, primeras comuniones y muchos festejos más; años de dudas, de entrega, de alientos y desalientos, de construir a nivel personal y espiritual una relación de dos a prueba de todo, de compartir, hacer y en ocasiones deshacer y rehacer el camino andado y por andar, de ver crecer a los hijos y aceptar la partida de uno de ellos permaneciendo incólumnes, tomados de la mano compartiendo todo para cambiar dolor por alegria a través de la aceptación y la fe. Así que, tras reencontrarme con mis hermanos nuevamente esa sensación de familia renace, sabiendo que el tronco común de nuestros padres y ancestros es sólido e increíblemente diferente en el carácter de cada hijo, cada uno devela su personalidad acorde a la forma y color del cristal con que hemos visto transcurrir nuestras vidas y aquí estamos en el hoy y en el siempre y así permaneceremos, con nuestras diferencias, unidos en y por el amor fraternal. Tres días de recuerdos, festejos y un cúmulo de alimentos que me hicieron jurar que regresando a casa me pondría a una “limpia” de organismo, pero... recordé que al día siguiente de nuestra llegada partiría a Sonora vía carretera para participar como espectadora en la Ópera de los Clovis, personajes que usted como yo se preguntará ?quienes son? Pues nada más y nada menos que aquellas personas que en la era de hielo cruzaron por el Estrecho de Bering para asentarse en nuestro continente poblándolo y tras larga travesía son probablemente nuestros ancestros y para sorpresa mía esta narrativa la plasmó con música el maestro Cahue originario de Veracruz a través de su talento, cuyo propósito es relatar la historia de forma atractiva, buscando que en el mundo actual tan confuso para nuestros jóvenes se involucren con los personajes de la historia a través de la música. Así que combinando ciencia, tecnología y arte sabemos como hipótesis que los Clovis fueron los primeros pobladores en entrar como cultura al Continente Americano basándose en evidencias encontradas por arqueólogos e investigadores del INHA y la universidad de Sonora y Arizona, quedando como testigos un amplio vestigio de piezas arqueológicas en el Museo Regional de la Universidad de Sonora lo que es prueba fehaciente que los CLOVIS vivieron en Sonora y fueron de los primeros cazadores de gigantes. A través de este esfuerzo hecho por el Rector de la Universidad de Sonora Enrique Velázquez Contreras quien unió esfuerzos con instituciones públicas como el INAH y Gobierno del Estado, la presentación de esta ópera nos confirma que la cultura nos lleva al cultivo del desarrollo del Espíritu en los humanos, considerando con certeza que tal vez, ésta, sea un medio para suavizar las situaciones que se viven en nuestro país, mientras usted como yo espera que nuestro mundo mejore, yo espero sus comentarios en ángel de sofia@yahoo.com.mx Agradeciendo su lectura