Fin de año, un buen tiempo para reflexionar
Muchas personas en la época de fin de año practican una serie de rituales que supuestamente traen consigo paz, felicidad, prosperidad y tantos otros beneficios que solamente Dios puede ofrecer, y que lo ofrece gratuitamente por la misericordia infinita que nos concede en su Hijo Jesucristo. Lo irónico es que algunas personas confían más en los ritos que practican especialmente el ultimo día del año, lo único que genera estos ritos, es simplemente la extenuación de las emociones y los sentimientos; es decir, dan ligar una experiencia momentánea que despierta los deseos muchas veces egoísta (Materialistas, superficiales) de los seres humanos, pero que al final no pasa de ser una experiencia efímera, una obra muerta, sin sentido o poder alguno.
Amigos, los invito a que tomen un momento y piensen en lo realmente importante, no en lo que consiguieron este año o en lo que pueden llegar a conseguir el año que viene, y en lo mucho que fracasaron o lograron este año que pasó; lo realmente importante es tu salvación.
Este es un buen tiempo para reflexionar, un buen tiempo para reconocer lo pecadores que somos delante del Señor, para reconocer que dan su amor y su misericordia estamos perdidos, un buen tiempo para humillarnos delante de la presencia del Señor y pedirle perdón por nuestras iniquidades; además, es un buen tiempo para darle gracias por todas las bendiciones que inmerecidamente hemos recibido de su parte.
Esta época, es un buen tiempo para dejar atrás el odio, el resentimiento, la falta de perdón, porque no existe ni un solo justo que pueda decir que es bueno y que merece entrar en el reino de los cielos. La salvación de nuestras almas no es un tema ligero, no es un juego; es el propósito más importante, el hecho de sólo imaginar que podemos separarnos de Dios por toda la eternidad nos debería atemorizar. Mateo 4:17 dice “Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.”
Yo deseo que seas bendecido grandemente en este año nuevo que Dios te permite iniciar, pero por sobre todas las cosas, deseo con todo mi corazón que el regalo de la Salvación de tu alma se haga realidad en tu vida.
Que el Espíritu Santo quebrante nuestros corazones, cambie nuestras metas y nos haga cada día conforme la perfecta voluntad de nuestro Señor, que cada día podamos renunciar al pecado y vivir solo para agradar a nuestro Padre celestial. Le pido a Dios que el milagro de la crucifixión y de la resurrección se haga vivo y real cada día de nuestras vidas, en Cristo Jesús.
Iglesia Bíblica Bautista de San Luis Potosí
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