/ domingo 13 de septiembre de 2020

Artículo Dominical

Para no dañar, hay que taparse la boca

Por Pbro. Lic. Salvador González Vásquez

A lo largo de estos días, nos han pedido el uso del cubrebocas. Pero no sólo hoy, sino que siempre hay que tener cuidado, para no abrir la boca con tanta facilidad.

El taparse la boca, también es una virtud. Y en ésto, hay que trabajar toda la vida. Es necesario pensar lo que se va a decir. Porque la boca, es uno de los miembros con los que debemos tener cuidado.

No solo dañamos al esparcir el virus; también hacemos daño, a la hora de hablar. Porque hay palabras que causan daños irreversibles.

Algunos dicen, que en la boca hay muchos microbios; y que por eso, hay que mantenerla tapada, para no extender el mal.

Pero en el corazón, también hay sentimientos negativos y malas intenciones. Y éstas, también salen de la boca.

Alguna vez, Jesús les dijo a sus discípulos: “Lo que sale de la boca del hombre, eso es lo que contamina al hombre. Porque de dentro del corazón de los hombres, salen las intenciones malas…”.(Mc.7,20-21).

El uso del tapaboca, nos recuerda la necesidad de ser prudentes, y mantener la boca cerrada; hay que cuidar lo que decimos. Porque las palabras, también contaminan el ambiente.

El ver a alguien con cubrebocas, nos hace pensar, que hemos hablado en exceso; y ahora es tiempo de guardar silencio.

Que esta temporada de “cubrebocas”, nos ayude a pensar en lo que decimos; y que estos días de prueba, sean para meditar y fortalecer el espíritu.

Hoy, es día de encontrarse con uno mismo; y de ahí, también entrar en contacto con Dios.

Para no dañar, hay que taparse la boca

Por Pbro. Lic. Salvador González Vásquez

A lo largo de estos días, nos han pedido el uso del cubrebocas. Pero no sólo hoy, sino que siempre hay que tener cuidado, para no abrir la boca con tanta facilidad.

El taparse la boca, también es una virtud. Y en ésto, hay que trabajar toda la vida. Es necesario pensar lo que se va a decir. Porque la boca, es uno de los miembros con los que debemos tener cuidado.

No solo dañamos al esparcir el virus; también hacemos daño, a la hora de hablar. Porque hay palabras que causan daños irreversibles.

Algunos dicen, que en la boca hay muchos microbios; y que por eso, hay que mantenerla tapada, para no extender el mal.

Pero en el corazón, también hay sentimientos negativos y malas intenciones. Y éstas, también salen de la boca.

Alguna vez, Jesús les dijo a sus discípulos: “Lo que sale de la boca del hombre, eso es lo que contamina al hombre. Porque de dentro del corazón de los hombres, salen las intenciones malas…”.(Mc.7,20-21).

El uso del tapaboca, nos recuerda la necesidad de ser prudentes, y mantener la boca cerrada; hay que cuidar lo que decimos. Porque las palabras, también contaminan el ambiente.

El ver a alguien con cubrebocas, nos hace pensar, que hemos hablado en exceso; y ahora es tiempo de guardar silencio.

Que esta temporada de “cubrebocas”, nos ayude a pensar en lo que decimos; y que estos días de prueba, sean para meditar y fortalecer el espíritu.

Hoy, es día de encontrarse con uno mismo; y de ahí, también entrar en contacto con Dios.