/ lunes 9 de octubre de 2023

Opinión | NO LO JUSTIFIQUES, TAN SOLO TRATA DE ENTENDERLO

Hay actos que no pueden ser justificados; pero, es bueno tratar de comprender, al que los comete.

Pero, sucede, que cuando el acusado, es una persona querida, tratamos de justificar sus actos; y con una actitud así, se sigue cometiendo una injusticia.

Hay personas, que fueron víctimas de injusticias, pero eso, no les da el derecho de seguir haciendo daño a otras personas.

Se puede entender que alguien haga daño, porque también fue víctima; pero eso, no justifica sus delitos.

Lo que se hace mal, se tiene que enmendar.

Es bueno ser comprensivos con el delincuente. Ya que pudo haberse encontrado en una situación, que lo orillo a delinquir. Pero eso no significa, que tenga que aprobarse el mal cometido.

Dios siempre nos abraza con misericordia, a pesar de los males que hayamos hecho. Pero en esta vida, todo acto, trae consigo una consecuencia, ya sea para bien, o también para mal.

Por tanto, hay que comprender, al que cometió el mal. Pero nunca pensar: que es justo, lo que de suyo es una injusticia.

Pbro. Lic. Salvador Glez. Vásquez

Hay actos que no pueden ser justificados; pero, es bueno tratar de comprender, al que los comete.

Pero, sucede, que cuando el acusado, es una persona querida, tratamos de justificar sus actos; y con una actitud así, se sigue cometiendo una injusticia.

Hay personas, que fueron víctimas de injusticias, pero eso, no les da el derecho de seguir haciendo daño a otras personas.

Se puede entender que alguien haga daño, porque también fue víctima; pero eso, no justifica sus delitos.

Lo que se hace mal, se tiene que enmendar.

Es bueno ser comprensivos con el delincuente. Ya que pudo haberse encontrado en una situación, que lo orillo a delinquir. Pero eso no significa, que tenga que aprobarse el mal cometido.

Dios siempre nos abraza con misericordia, a pesar de los males que hayamos hecho. Pero en esta vida, todo acto, trae consigo una consecuencia, ya sea para bien, o también para mal.

Por tanto, hay que comprender, al que cometió el mal. Pero nunca pensar: que es justo, lo que de suyo es una injusticia.

Pbro. Lic. Salvador Glez. Vásquez