/ sábado 28 de marzo de 2020

Aprovechemos lo bueno

Estamos pasando por momentos cruciales, nos sentimos confundidos y sin respuesta, caos, miedo e incomprensión nos poseen en medio de un mundo de aparente calma que no necesariamente es voluntaria, todo paró y el ritmo se detuvo voluntariamente involuntario, dejamos de salir y nos cuidarnos como sociedad, resultando increíble seguir escuchando en las noticias que no se puede parar el país por la cantidad de pobres, realidad que debemos asumir como sociedad y gobierno, másnada ganamos en la rabieta irresponsable, en el desconsuelo, en el dolor o el llanto, son hechos inevitables que no dependen de nosotros aunque nos acaben afectando y sin embargo, la vida paró aunque el tiempo no pare y quisiéramos que caminara mas de prisa para volver a la normalidad, y me pregunto ¿Qué es la normalidad? Será esta la normalidad que olvidamos y acostumbrábamos a vivir en nuestra niñez las generaciones mayores, esa donde el trabajo, sin dejar de ser prioridad daba tiempo para vivir en familia, platicar en torno de una mesa de cocina,con vacaciones en casa de abuelos y parientes sin competir por ver quien viajaba más o conocía más países. Poco a poco nos atamos a lo superficial,silenciosamente perdimos valores intrínsecos en la sociedad, dejamos de asistir al templo, nos creímos invencibles y caímos en lo no prioritario hasta que este dichoso virus nos reubicócon todo y el caos que ha sembrado, llegó para revalorarnos como sociedadmostrando solidaridad entre nosotros, asi, mis jóvenes vecinos se ocupan de ir al súper y traer los víveres que necesitamos ayudándonos comunitariamente, en estas calles vacías escuchamos el canto de pájaros y el sonido del silencio gozando de esa paz interior que solo la calma da, sostenemos la mano de quienes amamos comprendiendo la importancia de no estar solos y gozamos nuestra soledad acompañados de amigos y familiares gracias a la tecnología, nos azora ver cómo crecen hora con hora las cifras de casos que contraen el virus y los decesos ocurridos señalandonuestra insignificancia y la importancia de respirar, nos asombra ver el aire limpio y saber que el cielo aun es azul y existen estrellas en el firmamento, saber que la salud es un bieny se logra con limpieza de mente, alma y cuerpoal enfocarnos en lo positivo a pesar de lo negativo que vivimos, sale sobrando preguntar por qué o para qué de lo sucedido, preguntemos qué hemos aprendido de esta larga jornada que no parece terminar y apenas empieza en este continente, aprender de las muertes inútiles por no escuchar los llamados, nuestra sociedad comprende a pesar que nuestras autoridades parecen no entender el aprendizajecon decisiones tardías. Como personas y país, difíciles vernos frente al espejo y reconocer que tenemos que hacer modificaciones en nuestro modo de ser, de actuar y pensar, hemos tenido experiencias anteriores que nos unieron pero no aprendimos, esto no es un castigo divino ni un sufrimiento ni complot de gobiernos, son experiencias que debemos atravesar y vivir en el camino del autodescubrimiento para aprender lo bueno de lo no positivo, mientras aprendemos, yo espero sus comentarios en angeldesofia@yahoo.com.mx Gracias.

Estamos pasando por momentos cruciales, nos sentimos confundidos y sin respuesta, caos, miedo e incomprensión nos poseen en medio de un mundo de aparente calma que no necesariamente es voluntaria, todo paró y el ritmo se detuvo voluntariamente involuntario, dejamos de salir y nos cuidarnos como sociedad, resultando increíble seguir escuchando en las noticias que no se puede parar el país por la cantidad de pobres, realidad que debemos asumir como sociedad y gobierno, másnada ganamos en la rabieta irresponsable, en el desconsuelo, en el dolor o el llanto, son hechos inevitables que no dependen de nosotros aunque nos acaben afectando y sin embargo, la vida paró aunque el tiempo no pare y quisiéramos que caminara mas de prisa para volver a la normalidad, y me pregunto ¿Qué es la normalidad? Será esta la normalidad que olvidamos y acostumbrábamos a vivir en nuestra niñez las generaciones mayores, esa donde el trabajo, sin dejar de ser prioridad daba tiempo para vivir en familia, platicar en torno de una mesa de cocina,con vacaciones en casa de abuelos y parientes sin competir por ver quien viajaba más o conocía más países. Poco a poco nos atamos a lo superficial,silenciosamente perdimos valores intrínsecos en la sociedad, dejamos de asistir al templo, nos creímos invencibles y caímos en lo no prioritario hasta que este dichoso virus nos reubicócon todo y el caos que ha sembrado, llegó para revalorarnos como sociedadmostrando solidaridad entre nosotros, asi, mis jóvenes vecinos se ocupan de ir al súper y traer los víveres que necesitamos ayudándonos comunitariamente, en estas calles vacías escuchamos el canto de pájaros y el sonido del silencio gozando de esa paz interior que solo la calma da, sostenemos la mano de quienes amamos comprendiendo la importancia de no estar solos y gozamos nuestra soledad acompañados de amigos y familiares gracias a la tecnología, nos azora ver cómo crecen hora con hora las cifras de casos que contraen el virus y los decesos ocurridos señalandonuestra insignificancia y la importancia de respirar, nos asombra ver el aire limpio y saber que el cielo aun es azul y existen estrellas en el firmamento, saber que la salud es un bieny se logra con limpieza de mente, alma y cuerpoal enfocarnos en lo positivo a pesar de lo negativo que vivimos, sale sobrando preguntar por qué o para qué de lo sucedido, preguntemos qué hemos aprendido de esta larga jornada que no parece terminar y apenas empieza en este continente, aprender de las muertes inútiles por no escuchar los llamados, nuestra sociedad comprende a pesar que nuestras autoridades parecen no entender el aprendizajecon decisiones tardías. Como personas y país, difíciles vernos frente al espejo y reconocer que tenemos que hacer modificaciones en nuestro modo de ser, de actuar y pensar, hemos tenido experiencias anteriores que nos unieron pero no aprendimos, esto no es un castigo divino ni un sufrimiento ni complot de gobiernos, son experiencias que debemos atravesar y vivir en el camino del autodescubrimiento para aprender lo bueno de lo no positivo, mientras aprendemos, yo espero sus comentarios en angeldesofia@yahoo.com.mx Gracias.