/ domingo 5 de mayo de 2024

Un camino hacia Dios | «En el colegio de los Jesuitas en Huejotzingo»

Moisés Lira Serafín, próximo beato

Moisés llegó con su papá a Huejotzingo en el año de 1906 y permaneció ahí hasta fines de 1908, o sea, de la edad de 12 a 15 años. Era monaguillo de la Parroquia y estudiaba en la escuela con su padre que era maestro en el Colegio de los Jesuitas», así se lee en una hoja manuscrita del Venerable padre Félix de Jesús Rougier en el expediente de Moisés Lira Serafín.

El Sr. Emilio Núñez, de Puebla, narró: «Fui condiscípulo de Moisés en Huejotzingo. En el Colegio Católico de los jesuitas. Había además la Escuela de Gobierno para hombres, pero el Colegio era más estricto. Don Pedro tenía una vara larga con la que señalaba en el pizarrón y en los mapas fijados en la pared. Con ella ordenaba también: Pase al pizarrón a escribir, y como Moisés era listo para escribir, lo hacía pasar como a los demás. Era buen alumno y listo. En los recreos no nos ponían a jugar. El maestro nos llevaba como soldados para que aprendiéramos la milicia. El papá, que era el profesor, daba las órdenes también con el clarín en el recreo y con él coordinaba a todos los muchachos. A menudo era Moisés el Clarín con el cual nos gobernaba a distancia, como de una calle».

De los tres hijos varones que tenía don Pedro, escribe el padre Félix, sólo el más pequeño, «Moisés, vivía en el Curato con el Sr. Cura Hernández y su tía. Don Pedro se había vuelto a casar», y vivía aparte.

El Sr. Cura organizó la vida de Moisés en cuanto este llegó a Huejotzingo. Le asignó acolitar las Misas, regar las macetas del Curato, ir a la escuela y hacer sus tareas. También lo llevaba con él a los ranchos y a los pueblos en el ejercicio de su ministerio sacerdotal. Además, a veces lo mandaba también con algún recado para la Madre Directora del Colegio de las niñas.

En aquel tiempo, no eran mixtos ni las escuelas ni los colegios. El colegio para niñas María Goretti, ubicado a un costado de la Parroquia, cierra uno de los ángulos del cuadrilátero que forma el zócalo de Huejotzingo, que es una amplia explanada con frondosos y grandes árboles frente a la Parroquia. «Doña Petra Munive, persona de suficientes recursos económicos, piadosa y muy caritativa había traído a Huejotzingo a las Religiosas Josefinas para dicho Colegio y ella y la Superiora se ponían de acuerdo para las obras de caridad; se interesaba la Madre por las necesidades del prójimo y Doña Petrita colaboraba con sus recursos económicos», se lee en hoja manuscrita por el padre Félix.

En los tiempos en que Moisés estaba en Huejotzingo, la Superiora de la Comunidad y Directora del Colegio de las niñas, era la M. Victoria Ortega, mujer de mucha responsabilidad, de mucho carácter. El Jefe Político del lugar, Don Manuel Márquez, hablando de ella la nombraba la Madre Pistola, pero tenía un corazón lleno de bondad», escribe el padre Félix en expediente de Moisés Lira Serafín.

Moisés Lira Serafín, próximo beato

Moisés llegó con su papá a Huejotzingo en el año de 1906 y permaneció ahí hasta fines de 1908, o sea, de la edad de 12 a 15 años. Era monaguillo de la Parroquia y estudiaba en la escuela con su padre que era maestro en el Colegio de los Jesuitas», así se lee en una hoja manuscrita del Venerable padre Félix de Jesús Rougier en el expediente de Moisés Lira Serafín.

El Sr. Emilio Núñez, de Puebla, narró: «Fui condiscípulo de Moisés en Huejotzingo. En el Colegio Católico de los jesuitas. Había además la Escuela de Gobierno para hombres, pero el Colegio era más estricto. Don Pedro tenía una vara larga con la que señalaba en el pizarrón y en los mapas fijados en la pared. Con ella ordenaba también: Pase al pizarrón a escribir, y como Moisés era listo para escribir, lo hacía pasar como a los demás. Era buen alumno y listo. En los recreos no nos ponían a jugar. El maestro nos llevaba como soldados para que aprendiéramos la milicia. El papá, que era el profesor, daba las órdenes también con el clarín en el recreo y con él coordinaba a todos los muchachos. A menudo era Moisés el Clarín con el cual nos gobernaba a distancia, como de una calle».

De los tres hijos varones que tenía don Pedro, escribe el padre Félix, sólo el más pequeño, «Moisés, vivía en el Curato con el Sr. Cura Hernández y su tía. Don Pedro se había vuelto a casar», y vivía aparte.

El Sr. Cura organizó la vida de Moisés en cuanto este llegó a Huejotzingo. Le asignó acolitar las Misas, regar las macetas del Curato, ir a la escuela y hacer sus tareas. También lo llevaba con él a los ranchos y a los pueblos en el ejercicio de su ministerio sacerdotal. Además, a veces lo mandaba también con algún recado para la Madre Directora del Colegio de las niñas.

En aquel tiempo, no eran mixtos ni las escuelas ni los colegios. El colegio para niñas María Goretti, ubicado a un costado de la Parroquia, cierra uno de los ángulos del cuadrilátero que forma el zócalo de Huejotzingo, que es una amplia explanada con frondosos y grandes árboles frente a la Parroquia. «Doña Petra Munive, persona de suficientes recursos económicos, piadosa y muy caritativa había traído a Huejotzingo a las Religiosas Josefinas para dicho Colegio y ella y la Superiora se ponían de acuerdo para las obras de caridad; se interesaba la Madre por las necesidades del prójimo y Doña Petrita colaboraba con sus recursos económicos», se lee en hoja manuscrita por el padre Félix.

En los tiempos en que Moisés estaba en Huejotzingo, la Superiora de la Comunidad y Directora del Colegio de las niñas, era la M. Victoria Ortega, mujer de mucha responsabilidad, de mucho carácter. El Jefe Político del lugar, Don Manuel Márquez, hablando de ella la nombraba la Madre Pistola, pero tenía un corazón lleno de bondad», escribe el padre Félix en expediente de Moisés Lira Serafín.