/ domingo 10 de octubre de 2021

Un camino hacia Dios

  • «Primeros pasos en su opción» Moisés Lira Serafín
  • Art. 773

Cuando Dios elige y llama a alguien a vivir y a realizar una vocación, lo hace desde siempre y para siempre, encomendándole una misión, así lo narra la Hna. Carmen Contreras, Misionera de la Caridad de María Inmaculada, en la biografía Un camino hacia el Padre. Así aconteció con Moisés que, a muy tierna edad dio pruebas de lo que Dios tenía deparado para él. Cada vez que veía celebrar la misa al señor cura Hernández - quien lo tomó a su cargo una vez que su papá se volvió a casar - la bella imagen del sacerdocio se plasmaba más en su corazón infantil, llenándose de gozo y de una esmerada atención al observarlo frente al altar con actitud reverente y al escuchar sus fervorosos sermones.

No fue sólo esto lo que hablaba de la vocación de Moisés cuando era pequeño, sino también sus iniciales prácticas en el apostolado el que realizaba a su manera, dando breves lecciones de la Doctrina Cristiana a la tía del señor cura y a sus dos sirvientas, quienes lo escuchaban muy atentas, demostrándole bondad y afecto como a su querido apóstol. La piedad y el incipiente celo apostólico de Moisés, de corazón sencillo y nada malicioso, eran características dignas de admirarse por quienes vivían a su alrededor.

Se podría decir que otro de los apostolados de Moisés en su infancia y adolescencia, fue el de acolitar en las misas. Este apostolado le ayudó en gran manera a cultivar su vocación, pues le daba la oportunidad de recibir a Jesús en la comunión todos los días y al mismo tiempo crecía su amor por El al tratarlo en diálogo amoroso en la intimidad de su corazón y en el sagrario.

Las mediaciones en el proceso vocacional son necesarias, por eso para Moisés la madre Victoria Ortega religiosa Josefina fue una persona de gran valor para él, fue quien lo orientó la vez que se salió del curato porque le habían llamado la atención por no haber regado las platnas. Ella le ayudó a descubrir los caminos del Señor en su vida a través de la acogida cariñosa, la reflexión, la exhortación, el apoyo moral, espiritual y material. A tal grado fue este apoyo que al enterarse por el mismo Moisés, de que no podría pagar sus estudios en el Seminario, le consiguió una bienhechora, la Srita. Petra Munive, a quien cariñosamente llamaba Petrita, ella era tía del P. Sedeño, un sacerdote del oratorio con fama de santidad, quien también sería una gran motivación para confirmar y reafirmar su vocación, gracias a estas ayudas, pudo realizar su ideal de ser sacerdote para siempre.

El Venerable Siervo de Dios padre Moisés Lira, el Apóstol de la Bondad, se encuentra en proceso de canonización, en proceso de ser reconocido por la Iglesia como santo, encomiéndate a su intercesión. Comunica los favores recibidos a: Oficina de la causa de beatificación y canonización Moisés Lira Serafín, M.Sp.S., tel: 444 813 2309; e-mail: causamoisesliraserafin@gmail.com

  • «Primeros pasos en su opción» Moisés Lira Serafín
  • Art. 773

Cuando Dios elige y llama a alguien a vivir y a realizar una vocación, lo hace desde siempre y para siempre, encomendándole una misión, así lo narra la Hna. Carmen Contreras, Misionera de la Caridad de María Inmaculada, en la biografía Un camino hacia el Padre. Así aconteció con Moisés que, a muy tierna edad dio pruebas de lo que Dios tenía deparado para él. Cada vez que veía celebrar la misa al señor cura Hernández - quien lo tomó a su cargo una vez que su papá se volvió a casar - la bella imagen del sacerdocio se plasmaba más en su corazón infantil, llenándose de gozo y de una esmerada atención al observarlo frente al altar con actitud reverente y al escuchar sus fervorosos sermones.

No fue sólo esto lo que hablaba de la vocación de Moisés cuando era pequeño, sino también sus iniciales prácticas en el apostolado el que realizaba a su manera, dando breves lecciones de la Doctrina Cristiana a la tía del señor cura y a sus dos sirvientas, quienes lo escuchaban muy atentas, demostrándole bondad y afecto como a su querido apóstol. La piedad y el incipiente celo apostólico de Moisés, de corazón sencillo y nada malicioso, eran características dignas de admirarse por quienes vivían a su alrededor.

Se podría decir que otro de los apostolados de Moisés en su infancia y adolescencia, fue el de acolitar en las misas. Este apostolado le ayudó en gran manera a cultivar su vocación, pues le daba la oportunidad de recibir a Jesús en la comunión todos los días y al mismo tiempo crecía su amor por El al tratarlo en diálogo amoroso en la intimidad de su corazón y en el sagrario.

Las mediaciones en el proceso vocacional son necesarias, por eso para Moisés la madre Victoria Ortega religiosa Josefina fue una persona de gran valor para él, fue quien lo orientó la vez que se salió del curato porque le habían llamado la atención por no haber regado las platnas. Ella le ayudó a descubrir los caminos del Señor en su vida a través de la acogida cariñosa, la reflexión, la exhortación, el apoyo moral, espiritual y material. A tal grado fue este apoyo que al enterarse por el mismo Moisés, de que no podría pagar sus estudios en el Seminario, le consiguió una bienhechora, la Srita. Petra Munive, a quien cariñosamente llamaba Petrita, ella era tía del P. Sedeño, un sacerdote del oratorio con fama de santidad, quien también sería una gran motivación para confirmar y reafirmar su vocación, gracias a estas ayudas, pudo realizar su ideal de ser sacerdote para siempre.

El Venerable Siervo de Dios padre Moisés Lira, el Apóstol de la Bondad, se encuentra en proceso de canonización, en proceso de ser reconocido por la Iglesia como santo, encomiéndate a su intercesión. Comunica los favores recibidos a: Oficina de la causa de beatificación y canonización Moisés Lira Serafín, M.Sp.S., tel: 444 813 2309; e-mail: causamoisesliraserafin@gmail.com