/ domingo 9 de enero de 2022

Nadie está solo contra el mundo


El mundo no siempre estará de nuestro lado, tal vez, porque así sucede, o porque nosotros así lo sentimos. Ya que el agobio, nos hace pensar que la vida gira en contra nuestra.

Y lo más terrible: es pensar que estamos solos, en la batalla contra el mundo.

Pero las cosas, no son tan graves como parecen, porque el hombre, es quien ha puesto de cabeza al mundo; y al pretender liberarse de Dios, se volvió un esclavo de sus propias pasiones.

Sartre, hablando en nombre de la libertad, llegó a decir que, o existen los hombres libres, y no existe Dios; o existe Dios, y no existen los hombres libres. Y él, optó por negar a Dios, en nombre de la libertad; aunque él, jamás pudo liberarse de la mirada dominante del hombre.

Para los existencialistas ateos nada está escrito; y cada día, hay que construir la vida. Y si para ellos, el hombre es libre, entonces, todo los días tendrá que rehacer su vida; sin contar con la ayuda de nadie, ni con la ayuda de Dios, en quien no cree.

Por desgracia, cuando el hombre sigue esa línea de pensamiento, acaba viviendo una vida tormentosa.

Porque si nada está escrito, entonces el hombre, tendrá que partir de cero; y sin Dios, tendrá que enfrentar el mundo por si solo, sin contar con alguien.

El existencialismo, termina cayendo en un egoísmo, donde cada quien es dueño de su propia verdad; para así terminar sintiéndose perdido.

Todos esos relativismos llevan al egoísmo, y por tanto a la soledad. Es por eso, que el hombre de hoy acaba sintiéndose solo; porque no hay verdad, ni creencia que lo vincule con alguien más.

Pero, para un creyente, la vida no es soledad. Porque, aquel que nos dio la vida, nunca nos ha dejado solos.

Dios, no nos arrojó a la existencia, para que solos tuviéramos que enfrentarla. Él, no nos deja batallando contra el mundo. Porque Dios, va siempre con nosotros.

Por tanto, no te sientas solo en la batalla contra el mundo. Dios nunca te abandona, mientras tú no abandones a Dios. El hombre de fe, nunca va a estar solo.


El mundo no siempre estará de nuestro lado, tal vez, porque así sucede, o porque nosotros así lo sentimos. Ya que el agobio, nos hace pensar que la vida gira en contra nuestra.

Y lo más terrible: es pensar que estamos solos, en la batalla contra el mundo.

Pero las cosas, no son tan graves como parecen, porque el hombre, es quien ha puesto de cabeza al mundo; y al pretender liberarse de Dios, se volvió un esclavo de sus propias pasiones.

Sartre, hablando en nombre de la libertad, llegó a decir que, o existen los hombres libres, y no existe Dios; o existe Dios, y no existen los hombres libres. Y él, optó por negar a Dios, en nombre de la libertad; aunque él, jamás pudo liberarse de la mirada dominante del hombre.

Para los existencialistas ateos nada está escrito; y cada día, hay que construir la vida. Y si para ellos, el hombre es libre, entonces, todo los días tendrá que rehacer su vida; sin contar con la ayuda de nadie, ni con la ayuda de Dios, en quien no cree.

Por desgracia, cuando el hombre sigue esa línea de pensamiento, acaba viviendo una vida tormentosa.

Porque si nada está escrito, entonces el hombre, tendrá que partir de cero; y sin Dios, tendrá que enfrentar el mundo por si solo, sin contar con alguien.

El existencialismo, termina cayendo en un egoísmo, donde cada quien es dueño de su propia verdad; para así terminar sintiéndose perdido.

Todos esos relativismos llevan al egoísmo, y por tanto a la soledad. Es por eso, que el hombre de hoy acaba sintiéndose solo; porque no hay verdad, ni creencia que lo vincule con alguien más.

Pero, para un creyente, la vida no es soledad. Porque, aquel que nos dio la vida, nunca nos ha dejado solos.

Dios, no nos arrojó a la existencia, para que solos tuviéramos que enfrentarla. Él, no nos deja batallando contra el mundo. Porque Dios, va siempre con nosotros.

Por tanto, no te sientas solo en la batalla contra el mundo. Dios nunca te abandona, mientras tú no abandones a Dios. El hombre de fe, nunca va a estar solo.