/ domingo 8 de agosto de 2021

La pobreza de AMLO en San Luis Potosí



La fallida política social del Gobierno Federal es hoy ya un fracaso oficial. El anuncio hecho por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) sobre la Medición de la Pobreza en México que correspondiente al periodo 2018 – 2020 arrojó un incremento garrafal en el número de pobres, más de 3 millones de mexicanos, y una caída estrepitosa en la atención a las carencias que afectan a millones de personas en nuestro país.

El aumento en las cifras oficiales puso de manifiesto el fracaso del sistema asistencialista de otorgar dinero sin reglas claras de a quién se les entrega, además; dejó de garantizarse el acceso a los servicios de salud pues con la desaparición del Seguro Popular y la creación del INSABI ya no hay garantías de una cobertura médica básica, qué decir de la atención de enfermedades mayores como el cáncer o las enfermedades de tipo renal. Mención aparte merece el nulo apoyo a la generación de empleo formal que representaban los proyectos de emprendedores, la 4T eliminó el INADEM así como el Fondo que los financiaba, y olvidó que si el campo no produce, México no come, y erróneamente eliminó programas como el de Atención a Jornaleros Agrícolas.

Tan pronto se publicó el resultado del CONEVAL, de inmediato fue rechazado oficialmente por el Presidente López Obrador y su aparato contestatario llamado MORENA, negando las cifras con la ya conocida frase de “yo tengo otros datos” y con la salida a medios de los dirigentes estatales del partido del presidente que acusan de “golpeteo político a la 4T, sin argumentos, sin datos duros, ni resultados. Lo único cierto es que hoy hay más mexicanos que viven en situación de pobreza y pobreza extrema.

Pero; ¿qué pasó en San Luis Potosí con la medición de CONEVAL?, ¿el gobierno que está por concluir Juan Manuel Carreras fue arrastrado por el efecto nacional del fracaso de López Obrador y la pandemia del COVID?

La respuesta es no. Desde el inicio de su sexenio Juan Manuel Carreras López y su gabinete de combate a la pobreza generaron estrategias que hicieron avanzar al estado en el abatimiento de carencias sociales. Casi bandera blanca en cobertura de electrificación; la implementación del programa para una alimentación Sana, Variada y Suficiente que apoyaba a comedores instalados en escuelas ubicadas en comunidades indígenas de la entidad; la creación de comedores comunitarios en zonas de atención prioritaria; y una fuerte inversión, en coordinación con los ayuntamientos, en proyectos de calidad y espacios de la vivienda.

Para el 2020, cuando llegó la pandemia, su principal reto fue cuidar e incentivar el empleo formal como una medida que llevó a la par de la procuración de mantener un índice bajo de contagios en la entidad.

A diferencia de los resultados nacionales, la pobreza en San Luis Potosí sólo creció 0.7 %, la pobreza moderada disminuyó un 1.3% y la pobreza extrema subió 2.1%, por lo que incluso nuestra entidad mejoró dos escalas pues pasó de ocupar el lugar 19 a la posición 17 del país.

La carencia que más afectó en los números de la administración estatal es en materia de la salud y es que más allá de la situación mediática que resultan los escándalos de Mónica Rangel, la realidad es que la desaparición del Seguro Popular tiene hoy en jaque a los potosinos pues no se cuenta con una garantía de acceso a los servicios de salud, pues mientras que en 2018 había una cobertura de 49.2% de potosinos con acceso al Seguro Popular, en el 2020, el INSABI sólo mal atiende a 35.3% de potosinos, es decir, una disminución de 13.9% que en tiempos de pandemia deja a la deriva y a su suerte a miles de ciudadanos.

Así garantizó el acceso a la seguridad social, el ingreso formal y mantuvo la productividad del estado, y apoyó a pequeños emprendedores para abrir negocios locales que mantuvieran la principal regla económica, que el dinero circule. Se dice fácil pero la coordinación con cámaras empresariales, sindicatos, ayuntamientos y sociedad civil, en tiempos electorales, no es una práctica sencilla, la entidad no está en crisis, el golpe pandémicodeja un precedente de que puede hacerse más sin los programas asistencialistas.

Lo que sí podemos concluir es que los pobres que hoy aumentaron en San Luis Potosí, son los pobres de AMLO, aquellos potosinos que por falta de políticas económicas que promuevan el empleo formal y el apoyo al campo, hoy carecen del acceso a un ingreso fijo, a seguridad social, a educación de calidad y a una alimentación nutritiva. El asistencialismo de sus programas sociales fracasaron y el dinero del pueblo se le va entre las manos.



La fallida política social del Gobierno Federal es hoy ya un fracaso oficial. El anuncio hecho por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) sobre la Medición de la Pobreza en México que correspondiente al periodo 2018 – 2020 arrojó un incremento garrafal en el número de pobres, más de 3 millones de mexicanos, y una caída estrepitosa en la atención a las carencias que afectan a millones de personas en nuestro país.

El aumento en las cifras oficiales puso de manifiesto el fracaso del sistema asistencialista de otorgar dinero sin reglas claras de a quién se les entrega, además; dejó de garantizarse el acceso a los servicios de salud pues con la desaparición del Seguro Popular y la creación del INSABI ya no hay garantías de una cobertura médica básica, qué decir de la atención de enfermedades mayores como el cáncer o las enfermedades de tipo renal. Mención aparte merece el nulo apoyo a la generación de empleo formal que representaban los proyectos de emprendedores, la 4T eliminó el INADEM así como el Fondo que los financiaba, y olvidó que si el campo no produce, México no come, y erróneamente eliminó programas como el de Atención a Jornaleros Agrícolas.

Tan pronto se publicó el resultado del CONEVAL, de inmediato fue rechazado oficialmente por el Presidente López Obrador y su aparato contestatario llamado MORENA, negando las cifras con la ya conocida frase de “yo tengo otros datos” y con la salida a medios de los dirigentes estatales del partido del presidente que acusan de “golpeteo político a la 4T, sin argumentos, sin datos duros, ni resultados. Lo único cierto es que hoy hay más mexicanos que viven en situación de pobreza y pobreza extrema.

Pero; ¿qué pasó en San Luis Potosí con la medición de CONEVAL?, ¿el gobierno que está por concluir Juan Manuel Carreras fue arrastrado por el efecto nacional del fracaso de López Obrador y la pandemia del COVID?

La respuesta es no. Desde el inicio de su sexenio Juan Manuel Carreras López y su gabinete de combate a la pobreza generaron estrategias que hicieron avanzar al estado en el abatimiento de carencias sociales. Casi bandera blanca en cobertura de electrificación; la implementación del programa para una alimentación Sana, Variada y Suficiente que apoyaba a comedores instalados en escuelas ubicadas en comunidades indígenas de la entidad; la creación de comedores comunitarios en zonas de atención prioritaria; y una fuerte inversión, en coordinación con los ayuntamientos, en proyectos de calidad y espacios de la vivienda.

Para el 2020, cuando llegó la pandemia, su principal reto fue cuidar e incentivar el empleo formal como una medida que llevó a la par de la procuración de mantener un índice bajo de contagios en la entidad.

A diferencia de los resultados nacionales, la pobreza en San Luis Potosí sólo creció 0.7 %, la pobreza moderada disminuyó un 1.3% y la pobreza extrema subió 2.1%, por lo que incluso nuestra entidad mejoró dos escalas pues pasó de ocupar el lugar 19 a la posición 17 del país.

La carencia que más afectó en los números de la administración estatal es en materia de la salud y es que más allá de la situación mediática que resultan los escándalos de Mónica Rangel, la realidad es que la desaparición del Seguro Popular tiene hoy en jaque a los potosinos pues no se cuenta con una garantía de acceso a los servicios de salud, pues mientras que en 2018 había una cobertura de 49.2% de potosinos con acceso al Seguro Popular, en el 2020, el INSABI sólo mal atiende a 35.3% de potosinos, es decir, una disminución de 13.9% que en tiempos de pandemia deja a la deriva y a su suerte a miles de ciudadanos.

Así garantizó el acceso a la seguridad social, el ingreso formal y mantuvo la productividad del estado, y apoyó a pequeños emprendedores para abrir negocios locales que mantuvieran la principal regla económica, que el dinero circule. Se dice fácil pero la coordinación con cámaras empresariales, sindicatos, ayuntamientos y sociedad civil, en tiempos electorales, no es una práctica sencilla, la entidad no está en crisis, el golpe pandémicodeja un precedente de que puede hacerse más sin los programas asistencialistas.

Lo que sí podemos concluir es que los pobres que hoy aumentaron en San Luis Potosí, son los pobres de AMLO, aquellos potosinos que por falta de políticas económicas que promuevan el empleo formal y el apoyo al campo, hoy carecen del acceso a un ingreso fijo, a seguridad social, a educación de calidad y a una alimentación nutritiva. El asistencialismo de sus programas sociales fracasaron y el dinero del pueblo se le va entre las manos.