¡En el camino del Calvario!
DIOS CRISTO JESUS, hace unos 2,000 años, fue aclamado como sigue: “¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!
En efecto, lo anterior sucedió cuando Cristo, en su Camino del Calvario fue recibido a su entrada a Jerusalén por una muy numerosa multitud, que tendía en el camino sus mantos y ramas de árboles que cortaban, y proseguían aclamándolo: “Este es Jesús el Profeta, de Nazaret de Galilea”. Y entró Cristo al templo y echó fuera del mismo a vendedores, compradores y cambistas, diciéndoles: “Mi casa es casa de oración”. Y luego Jesús sanó a ciegos y cojos, que vinieron a El, lo cual indignó a los sacerdotes y los escribas, según el Evangelio de Mateo 21:1-17
Después, Jesús, continuó instruyendo a sus discípulos y a su pueblo, con diversas enseñanzas y parábolas. Y respondió, Cristo a sus oponentes escribas, fariseos, herodianos y saduceos sobre las incongruencias, contradicciones e hipocresías pecaminosas, de todos ellos, por no querer acercarse a Dios, según Mateo capítulos 22 y 23.
A continuación Cristo, efectuó el lamento sobre Jerusalén, concluyendo que: “Desde ahora no me veréis, hasta que digáis: Bendito el que viene en nombre del Señor”, según Mateo 23:37-39. Pero sabiendo Cristo que su Sacrificio ya estaba muy próximo, continuó enseñando a sus discípulos con diversos discursos y parábolas en los capítulos 24 y 25 del mismo evangelio.
Y luego Jesús les da a conocer a sus discípulos lo siguiente: “Sabéis que dentro de dos días se celebra la Pascua, y el Hijo del Hombre -Jesús- será entregado para ser crucificado”. Viniendo después el torbellino desenvuelto por los enemigos de Jesús, o sea, escribas, ancianos, sacerdotes y el propio Judas Iscariote, discípulo de Jesús, quien vendió a Cristo recibiendo de los sacerdotes el pago de 30 monedas de plata. Así el Camino de Cristo, estaba por concluir en el Cerro de la Calavera -el Calvario-.
Estimado Lector: en la proximidad de su Sacrificio, Cristo, Dios y Salvador te invita a hacer tuyo su Camino del Calvario con sólo decirle con valentía y reflexión “Jesús Señor mío y Dios mío, ¡SALVAME!, me arrepiento ante Ti de mis pecados, perdóname, y límpiame con tu Sangre Preciosa, creo en Ti y te recibo como Unico, Suficiente y Perfecto Salvador Personal”.
Si Dios permite continuaremos el viernes siguiente. Teléfono: 44- 48-15-39-73.