/ domingo 23 de mayo de 2021

Artículo Dominical

Pidamos inspiración, para mejorar el pensamiento

El espíritu del hombre, necesita ser iluminado, porque el pensamiento es muy vulnerable y siempre está en riesgo de caer en confusión.

El pensar humano, está expuesto a la traición, y hasta a la traición de sí mismo.

Por eso, hay que iluminar, lo oscuro del pensamiento, porque no es fácil pensar con claridad.

Aunque para eso, es necesaria la ayuda del Espíritu, pero no de cualquier espíritu; necesitamos contar con el Espíritu de Dios, para que inspire, y nos ayude a tener pensamientos positivos.

El Espíritu Santo, es el más grande inspirador; porque siempre nos infunde su sabiduría, y así, será posible pensar en positivo.

Y para acertar, hay que invocar al Espíritu Divino. Ya que Él, acude en nuestra ayuda, para que tengamos un pensamiento saludable.

Ya lo dice el Sal.103: “Envía, Señor, Tu Espíritu a renovar la tierra”. Porque la naturaleza, es fruto del pensamiento de Dios, pero lo que hay en el mundo, es el resultado del pensamiento humano.

Un mal pensamiento, deforma el aspecto de nuestro mundo; pero, un pensar iluminado por Dios, ayuda a mejorar la faz de la tierra.

Por tanto, no dejemos de invocar al Espíritu Santo, para que nos ilumine; y así, podamos iluminar el universo.

Pidamos inspiración, para mejorar el pensamiento

El espíritu del hombre, necesita ser iluminado, porque el pensamiento es muy vulnerable y siempre está en riesgo de caer en confusión.

El pensar humano, está expuesto a la traición, y hasta a la traición de sí mismo.

Por eso, hay que iluminar, lo oscuro del pensamiento, porque no es fácil pensar con claridad.

Aunque para eso, es necesaria la ayuda del Espíritu, pero no de cualquier espíritu; necesitamos contar con el Espíritu de Dios, para que inspire, y nos ayude a tener pensamientos positivos.

El Espíritu Santo, es el más grande inspirador; porque siempre nos infunde su sabiduría, y así, será posible pensar en positivo.

Y para acertar, hay que invocar al Espíritu Divino. Ya que Él, acude en nuestra ayuda, para que tengamos un pensamiento saludable.

Ya lo dice el Sal.103: “Envía, Señor, Tu Espíritu a renovar la tierra”. Porque la naturaleza, es fruto del pensamiento de Dios, pero lo que hay en el mundo, es el resultado del pensamiento humano.

Un mal pensamiento, deforma el aspecto de nuestro mundo; pero, un pensar iluminado por Dios, ayuda a mejorar la faz de la tierra.

Por tanto, no dejemos de invocar al Espíritu Santo, para que nos ilumine; y así, podamos iluminar el universo.