Vacaciones, ocio y atención plena.
Siempre tenemos el tiempo necesario para hacer lo verdaderamente importante en nuestra vida. Existe el tiempo de sembrar, el tiempo de descansar y el tiempo de cosechar. La naturaleza tiene tiempos con estaciones que nos recuerdan esto, hay momentos para guardarnos y ser introvertidos a los que el invierno nos invita. Mientras que el verano es el momento para salir y ser extrovertido.
De la misma forma nosotros tenemos a lo largo de la vida tiempos, que si sabemos provechar nos darán lo mejor. Tenemos un tiempo para trabajar intensamente, unos tiempos de descanso y otros tiempos donde llegan las gratificaciones de nuestro trabajo. Lo más importante es apreciar cada tiempo por lo que es, reconocerlo y vivirlo plenamente.
Cuando utilizamos la frase “no tengo tiempo” en realidad lo que queremos decir es “en este momento esto no es importante para mí, tengo otra prioridad para mi tiempo”. Y es algo válido de expresar. Cada uno de nosotros vivimos etapas diferentes y lo mejor es vivirlas plenamente y hacer tiempo para ellas. Esto es dar prioridad y enfocar nuestra energía física y mental en un proyecto, trabajo, descanso, o reuniones con amistades o familia. Encuentra cuál es tu etapa, enfoca una gran parte de tu energía ahí, dejando tiempo para cuidar de ti y de tus seres más cercanos.
En este momento de vacaciones de verano son una invitación a vivir una etapa de ocio, descanso, unión con familia y amigos, esto si tu etapa personal va acorde. Si es así para ti, disfruta el verano dejando espacios donde no sea necesario hacer nada, más que estar para ti y para los tuyos.
El ocio es una invitación a vivir las cosas desde otra perspectiva y otro ritmo sin prisas. Puedes aprovechar este momento para vivirlo con conciencia plena, observando cómo te sientes y permitiendo que las vacaciones se vuelvan una práctica de meditación constante. Tomando conciencia de la respiración, del cuerpo, de tus emociones, de tu mente.
El ocio es una práctica útil tanto para niños como para adultos que nos invita a dejar de hacer, que es el modo tradicional en el que estamos como sociedad y enfocarnos en el ser que somos.
Date permiso de observar quién soy, qué soy, cómo me siento con atención plena. De la misma forma puedes observar con atención plena a tus hijos. El observar de esta forma implica no tener juicios, solo aceptación. Así que en este verano te invito a que aproveches las vacaciones como una forma de meditación práctica y diaria, sin juicios mediante la aceptación, por medio de la observación consciente.
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