/ miércoles 7 de julio de 2021

Eureka


Edgar Morín, el filósofo de la era actual

Mañana, ocho de julio, el gran pensador Edgar Morín, celebra sus 100 años de vida, con la profundidad y lucidez de sus reflexiones. Su importancia, desde mi perspectiva, muy similar a los grandes filósofos griegos como Aristóteles, Platón y Sócrates. Sus años caracterizados por una amplia producción de conocimiento, francés de nacimiento; pero, con un pensamiento global.

En esta época reciente, ante el conocimiento histórico y sociológico de los sucesos locales y mundiales, Edgar Morín afirma que:

“El riesgo de contagio nos recuerda nuestra propia humanidad, nuestra condición de seres profundamente sociales, inseparables los unos de los otros”.

Dentro de sus mayores aportaciones está el llamado “Derecho a la complejidad” para cada ser humano; relacionado con los saberes básicos para la educación, tanto en la escuela, como en la familia, con los amigos, por los medios masivos.

El filósofo ha sido y es guía en la Unesco y en muchos de los sistemas educativos de los países más desarrollados, aquí les compartiré de manera muy resumida sus saberes.

En el primer saber menciona “Las cegueras del conocimiento: el error y la ilusión”, no se debe permanecer ciego ante el conocimiento humano, sus disposiciones, sus imperfecciones, sus dificultades, sus tendencias tanto al error como a la ilusión.

Luego considera “Los principios de un conocimiento pertinente”, la necesidad de promover un saber capaz de abordar problemas globales y fundamentales para inscribir allí conocimientos parciales y locales.

En el tercer saber se ubica: “Enseñar la condición humana”, el ser humano es a la vez físico, biológico, cultural, social e histórico.

La unidad compleja de la naturaleza humana está completamente desintegrada en la educación a través de las disciplinas e imposibilita aprender lo que significa ser “humano”.

En el cuarto considera “Enseñar la identidad terrenal”, el destino planetario del género humano.

El quinto saber, tan importante y pertinente: “Enfrentar las incertidumbres”, significa enseñar principios y estrategias para afrontar los riesgos, lo inesperado, lo incierto y modificar su desarrollo en virtud de las informaciones adquiridas en el camino.

Como el gran Edgar Morín lo especifica: “… es necesario aprender a navegar en un océano de incertidumbres a través de archipiélagos de certezas”.

El sexto saber: el de “Enseñar la comprensión”, muy pertinente hoy en día, la necesidad de estudiar la incomprensión desde sus raíces, sus modalidades y sus efectos, una de las bases más seguras para la educación por la paz.

Y finalmente el séptimo saber: “La ética del género humano”, ésta no se podría enseñar con lecciones de moral, debe formarse en las mentes a partir de la conciencia de que el humano es al mismo tiempo individuo, parte de una sociedad, integrante de una especie, se lleva en cada ser humano esta triple realidad.

Hay mucho para decir y vivir de Edgar Morín, filósofo y sociólogo, grande del siglo XX y XXI, ha comprendido el pasado, vivido un presente de 100 años y visualizado las necesidades para el futuro.

Ojalá que en San Luis Potosí la apuesta educativa del próximo sexenio se fundamente en estos saberes.

Seguimos en comunicación.

E-mail:

lizyuaslp@gmail.com

Instagram:

@lizynavarrozamora

Edgar Morín, filósofo y sociólogo, grande del siglo XX y XXI, ha comprendido el pasado, vivido un presente de 100 años y visualizado las necesidades para el futuro.


Edgar Morín, el filósofo de la era actual

Mañana, ocho de julio, el gran pensador Edgar Morín, celebra sus 100 años de vida, con la profundidad y lucidez de sus reflexiones. Su importancia, desde mi perspectiva, muy similar a los grandes filósofos griegos como Aristóteles, Platón y Sócrates. Sus años caracterizados por una amplia producción de conocimiento, francés de nacimiento; pero, con un pensamiento global.

En esta época reciente, ante el conocimiento histórico y sociológico de los sucesos locales y mundiales, Edgar Morín afirma que:

“El riesgo de contagio nos recuerda nuestra propia humanidad, nuestra condición de seres profundamente sociales, inseparables los unos de los otros”.

Dentro de sus mayores aportaciones está el llamado “Derecho a la complejidad” para cada ser humano; relacionado con los saberes básicos para la educación, tanto en la escuela, como en la familia, con los amigos, por los medios masivos.

El filósofo ha sido y es guía en la Unesco y en muchos de los sistemas educativos de los países más desarrollados, aquí les compartiré de manera muy resumida sus saberes.

En el primer saber menciona “Las cegueras del conocimiento: el error y la ilusión”, no se debe permanecer ciego ante el conocimiento humano, sus disposiciones, sus imperfecciones, sus dificultades, sus tendencias tanto al error como a la ilusión.

Luego considera “Los principios de un conocimiento pertinente”, la necesidad de promover un saber capaz de abordar problemas globales y fundamentales para inscribir allí conocimientos parciales y locales.

En el tercer saber se ubica: “Enseñar la condición humana”, el ser humano es a la vez físico, biológico, cultural, social e histórico.

La unidad compleja de la naturaleza humana está completamente desintegrada en la educación a través de las disciplinas e imposibilita aprender lo que significa ser “humano”.

En el cuarto considera “Enseñar la identidad terrenal”, el destino planetario del género humano.

El quinto saber, tan importante y pertinente: “Enfrentar las incertidumbres”, significa enseñar principios y estrategias para afrontar los riesgos, lo inesperado, lo incierto y modificar su desarrollo en virtud de las informaciones adquiridas en el camino.

Como el gran Edgar Morín lo especifica: “… es necesario aprender a navegar en un océano de incertidumbres a través de archipiélagos de certezas”.

El sexto saber: el de “Enseñar la comprensión”, muy pertinente hoy en día, la necesidad de estudiar la incomprensión desde sus raíces, sus modalidades y sus efectos, una de las bases más seguras para la educación por la paz.

Y finalmente el séptimo saber: “La ética del género humano”, ésta no se podría enseñar con lecciones de moral, debe formarse en las mentes a partir de la conciencia de que el humano es al mismo tiempo individuo, parte de una sociedad, integrante de una especie, se lleva en cada ser humano esta triple realidad.

Hay mucho para decir y vivir de Edgar Morín, filósofo y sociólogo, grande del siglo XX y XXI, ha comprendido el pasado, vivido un presente de 100 años y visualizado las necesidades para el futuro.

Ojalá que en San Luis Potosí la apuesta educativa del próximo sexenio se fundamente en estos saberes.

Seguimos en comunicación.

E-mail:

lizyuaslp@gmail.com

Instagram:

@lizynavarrozamora

Edgar Morín, filósofo y sociólogo, grande del siglo XX y XXI, ha comprendido el pasado, vivido un presente de 100 años y visualizado las necesidades para el futuro.