/ viernes 10 de mayo de 2024

Entorno Empresarial | Ahora sin luz

López Obrador prometió austeridad y eliminar la corrupción, pero no cumplió. Al analizar su administración con base en evidencia, encontramos que, en lugar de reducir gastos y corrupción, aumentó la opacidad, se gastó más y acabo con lo0s guardaditos del país y, además, desmanteló las capacidades del Estado además de endeudarse más que otros sexenios.

Su enfoque en la lealtad sobre la competencia resultó en una administración ineficiente y un poder discrecional excesivo, donde la austeridad republicana y el combate a la corrupción han sido solo un discurso.

La calidad de los servicios públicos empeoró y los ciudadanos hoy cuentan con un gobierno menos capaz y profesional.

A cinco meses de que concluya el sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador, el daño ya está consumado y costará trabajo recuperar la institucionalidad y eficacia burocrática del Gobierno.

México un país petrolero y del que se prometió autosuficiencia de combustibles para el 2024, fue un engaño, y tanta inversión cuando los automóviles se perfilan para ser eléctricos, creo que el futuro esta al revés en este país.

Los datos se han interpuesto de nueva cuenta a las promesas del presidente.

Hace algunos meses, en México se activó el estado de emergencia en la red eléctrica pues la demanda estuvo a punto de superar las reservas de electricidad en México.

Días después el gobierno federal, a través del Sistema Eléctrico Nacional aseguró que el país cuenta con suficiente capacidad para atender la demanda de casi 50 millones de clientes. Y esta semana se apagaron las luces.

El rezago en la infraestructura eléctrica de México provoca saturación en las redes de transmisión. La decisión del Gobierno de no implementar asociaciones público-privadas freno el crecimiento de la infraestructura eléctrica.

La iniciativa eléctrica del gobierno desmantela el mercado de certificados de energías limpias e ignora los compromisos asumidos por el país. Por lo tanto, dicha reforma retrasa de manera importante a México en su transición energética, lo que trajo las consecuencias vividas.

Es como si usted tiene focos led y paneles solares en su casa y el gobierno decide prohibirlos y regresar a los focos incandescentes de antes.

Tal como están las cosas, con sus reformas, la luz sería más cara, más contaminante y provocaría apagones masivos.

Debe haber certidumbre a las inversiones que generan empleos, la contrarreforma del gobierno, en cambio, ahuyenta las inversiones y apuesta a las energías contaminantes.

Esperamos apertura y disposición por parte del Gobierno entrante.

La reforma eléctrica del gobierno tiene que replantearse a fuerza en favor de las energías limpias y más baratas, protección a la salud, cuidado del medio ambiente y propiciar las inversiones productivas del sector, porque tal como está la propuesta actual generaría un altísimo costo económico, ambiental y social para los mexicanos.

Y si no se hace tendremos que importar energía eléctrica a costos superiores, ya nada más eso nos falta.

López Obrador prometió austeridad y eliminar la corrupción, pero no cumplió. Al analizar su administración con base en evidencia, encontramos que, en lugar de reducir gastos y corrupción, aumentó la opacidad, se gastó más y acabo con lo0s guardaditos del país y, además, desmanteló las capacidades del Estado además de endeudarse más que otros sexenios.

Su enfoque en la lealtad sobre la competencia resultó en una administración ineficiente y un poder discrecional excesivo, donde la austeridad republicana y el combate a la corrupción han sido solo un discurso.

La calidad de los servicios públicos empeoró y los ciudadanos hoy cuentan con un gobierno menos capaz y profesional.

A cinco meses de que concluya el sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador, el daño ya está consumado y costará trabajo recuperar la institucionalidad y eficacia burocrática del Gobierno.

México un país petrolero y del que se prometió autosuficiencia de combustibles para el 2024, fue un engaño, y tanta inversión cuando los automóviles se perfilan para ser eléctricos, creo que el futuro esta al revés en este país.

Los datos se han interpuesto de nueva cuenta a las promesas del presidente.

Hace algunos meses, en México se activó el estado de emergencia en la red eléctrica pues la demanda estuvo a punto de superar las reservas de electricidad en México.

Días después el gobierno federal, a través del Sistema Eléctrico Nacional aseguró que el país cuenta con suficiente capacidad para atender la demanda de casi 50 millones de clientes. Y esta semana se apagaron las luces.

El rezago en la infraestructura eléctrica de México provoca saturación en las redes de transmisión. La decisión del Gobierno de no implementar asociaciones público-privadas freno el crecimiento de la infraestructura eléctrica.

La iniciativa eléctrica del gobierno desmantela el mercado de certificados de energías limpias e ignora los compromisos asumidos por el país. Por lo tanto, dicha reforma retrasa de manera importante a México en su transición energética, lo que trajo las consecuencias vividas.

Es como si usted tiene focos led y paneles solares en su casa y el gobierno decide prohibirlos y regresar a los focos incandescentes de antes.

Tal como están las cosas, con sus reformas, la luz sería más cara, más contaminante y provocaría apagones masivos.

Debe haber certidumbre a las inversiones que generan empleos, la contrarreforma del gobierno, en cambio, ahuyenta las inversiones y apuesta a las energías contaminantes.

Esperamos apertura y disposición por parte del Gobierno entrante.

La reforma eléctrica del gobierno tiene que replantearse a fuerza en favor de las energías limpias y más baratas, protección a la salud, cuidado del medio ambiente y propiciar las inversiones productivas del sector, porque tal como está la propuesta actual generaría un altísimo costo económico, ambiental y social para los mexicanos.

Y si no se hace tendremos que importar energía eléctrica a costos superiores, ya nada más eso nos falta.