Fieles devotos acudieron a celebrar a la Patrona de las causas imposibles, de los hoteleros, chefs, cocineras, amas de casa, sirvientas, lavanderas y casas de huéspedes: Santa Marta, por haber recibido a Jesucristo en su casa y atenderle y por haber vencido al maligno, por lo que también se le representa con un dragón a sus pies.
La Parroquia de la Compañía abrió sus puertas para recibir a los devotos de Santa Marta de Betania, hermana de María y de Lázaro, los tres grandes amigos de Jesús, quienes tuvieron la dicha de hospedarlo en su casa. El Párroco , Pbro. LCC Jorge Aurelio Ramírez Torres, presidió la Misa solemne de la Festividad, acompañado del Vicario Parroquial, Pbro. Carlos Aguilar Jiménez.
El P. Jorge Aurelio indicó que es muy importante que en cada flor o veladora que llevemos a Santa Marta, tengamos el firme compromiso de cuidar y proteger la Vida, ya que todos nos debemos comprometer como fieles seguidores de Ella, a trabajar arduamente en defensa de la vida, el compromiso de cuidarla es atendiendo bien a un enfermo, bañarlo con amor, cuidar bien a un niño y darle buen ejemplo, liberarnos de los vicios del alcoholismo, la drogadicción la violencia, el tabaquismo, entre otros vicios como la pereza, que nos apartan de los planes salvíficos del Señor.
El P. Carlos Aguilar indicó que su ejemplo nos debe impulsar a vivir sus virtudes en todo momento de nuestra vida, pues fue una mujer diligente, de fe perseverante, activa, trabajadora, incansable.
Incluso cuando muere su hermano Lázaro “le reclama” al Maestro y le dice: “Si hubieras estado aquí mi hermano no hubiera muerto”, y es Ella es la primera que recibe el gran mensaje de Jesús, el más grande en toda la historia de la Iglesia: “Yo soy la Resurrección y la Vida, el que cree no morirá”, y es a ella misma quien el Maestro le dijo: “Marta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas cosas; y hay necesidad de una sola, María ha elegido la mejor parte, la de estar conmigo y escuchar mi Palabra”. (Lc. 10, 41-42).
Al igual que Santa Marta, recibamos al Señor, que Él se quede hospedado en nuestro corazón a través de los Sacramentos que nos dan su gracia y lancemos plegarias como ella lo hizo a su Maestro.
Fue así como cientos de fieles, en orden, y cumpliendo con todas las medidas de salubridad, fueron pasando a ver a Santa Marta para dejarle flores y veladoras, y le pidieron con profundo fervor les auxilie en sus necesidades más urgentes.
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