/ sábado 11 de agosto de 2018

Yoga y Vida Saludable

El yoga de los ocho pasos


El yoga de los ocho pasos, que en sánscrito se le llamó Ashtanga fue desarrollado por Patanjali en el primer libro registrado de yoga hace más de dos mil años. El libro conocido como “Los Yoga Sûtras” de Patanjali presenta el Ashtanga del yoga clásico, más allá de un estilo de yoga, sino como un camino para lograr el último objetivo de yoga. Este libro se enfoca en la importancia de desarrollar las ocho partes del yoga, cómo se complementan y son importantes entre sí. La mayoría de las personas piensa en yoga como un sinónimo de posturas. Pero Pantanjali menciona las posturas, solamente como uno de los ocho pasos a desarrollar para lograr el trabajo de unión que buscamos con la práctica de yoga.

Los ocho pasos que Patanjali propone son yama, niyama, asana, pranayama, pratyahara, dharana, dhyani, samadhi. Las primeras dos: yama y niyama son las metas de un yogi en la vida diaria, de actuar con un código de ética al interactuar con lo que le rodea. El tercero es el más conocido, las posturas o asanas esta es la parte física y corporal que se comparte de forma tangible durante la clase de yoga con los maestros y alumnos. La práctica de la respiración, la importancia de inspirar y espirar conscientemente y tomar la energía para calmar tu mente, o poder recargar tu cuerpo; esto es pranayama.

El siguiente paso te invita a ir hacia tu interior, cerrar las ventanas de los sentidos, la vista, oído, olfato, gusto, tacto y mente. Cuando cierras estas ventanas dejas de recibir información del mundo exterior, lo que te permite ir hacia tu interior y conectar con algo más profundo. Este es el puente que te permitirá ir al siguiente paso dharana, la concentración, el tener la capacidad de concentrar tu atención en un punto de referencia te ayuda a excluir la información no relevante para tu desarrollo espiritual, durante tu práctica de concentración. La cual a su vez te permitirá llegar al siguiente paso que es la meditación, o dhyana, la meditación es una forma más elevada, y profunda de silencio exterior y concentración. Es una meditación de contemplación interior, buscando un estado diferente a la vigilia.

Dhyana es un estado de conciencia transpersonal que busca ir más allá de la persona, del individuo, sin disolverlo, incluyéndolo, busca que seas tu mismo y al mismo tiempo mucho más. Esto te puede llevar al samadhi o el fin último que es la unión meditativa, en la cual te sientes en armonía con el universo y con tu propio ser.

Estos son los ocho pasos o miembro del yoga clásico de Patanjali que te invitan a tener una práctica de yoga integral y de desarrollo humano.

El yoga de los ocho pasos


El yoga de los ocho pasos, que en sánscrito se le llamó Ashtanga fue desarrollado por Patanjali en el primer libro registrado de yoga hace más de dos mil años. El libro conocido como “Los Yoga Sûtras” de Patanjali presenta el Ashtanga del yoga clásico, más allá de un estilo de yoga, sino como un camino para lograr el último objetivo de yoga. Este libro se enfoca en la importancia de desarrollar las ocho partes del yoga, cómo se complementan y son importantes entre sí. La mayoría de las personas piensa en yoga como un sinónimo de posturas. Pero Pantanjali menciona las posturas, solamente como uno de los ocho pasos a desarrollar para lograr el trabajo de unión que buscamos con la práctica de yoga.

Los ocho pasos que Patanjali propone son yama, niyama, asana, pranayama, pratyahara, dharana, dhyani, samadhi. Las primeras dos: yama y niyama son las metas de un yogi en la vida diaria, de actuar con un código de ética al interactuar con lo que le rodea. El tercero es el más conocido, las posturas o asanas esta es la parte física y corporal que se comparte de forma tangible durante la clase de yoga con los maestros y alumnos. La práctica de la respiración, la importancia de inspirar y espirar conscientemente y tomar la energía para calmar tu mente, o poder recargar tu cuerpo; esto es pranayama.

El siguiente paso te invita a ir hacia tu interior, cerrar las ventanas de los sentidos, la vista, oído, olfato, gusto, tacto y mente. Cuando cierras estas ventanas dejas de recibir información del mundo exterior, lo que te permite ir hacia tu interior y conectar con algo más profundo. Este es el puente que te permitirá ir al siguiente paso dharana, la concentración, el tener la capacidad de concentrar tu atención en un punto de referencia te ayuda a excluir la información no relevante para tu desarrollo espiritual, durante tu práctica de concentración. La cual a su vez te permitirá llegar al siguiente paso que es la meditación, o dhyana, la meditación es una forma más elevada, y profunda de silencio exterior y concentración. Es una meditación de contemplación interior, buscando un estado diferente a la vigilia.

Dhyana es un estado de conciencia transpersonal que busca ir más allá de la persona, del individuo, sin disolverlo, incluyéndolo, busca que seas tu mismo y al mismo tiempo mucho más. Esto te puede llevar al samadhi o el fin último que es la unión meditativa, en la cual te sientes en armonía con el universo y con tu propio ser.

Estos son los ocho pasos o miembro del yoga clásico de Patanjali que te invitan a tener una práctica de yoga integral y de desarrollo humano.

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