/ domingo 19 de febrero de 2023

Un camino hacia Dios | «Conducirnos con humildad por la vida»

Moisés Lira Serafín Art. 843

Los mexicanos hoy vivimos momentos muy complejos en los distintos ámbitos, cada día nos impacta la economía, los precios más altos y los salarios iguales, la inseguridad en indicadores altos, las discrepancias políticas el circo de cada día, y el ciudadano de a pie siempre en desventaja, sin embargo, la fe y la esperanza de que los tiempos cambiarán es la fortaleza de la gente, porque no baja el ánimo siempre para adelante con humildad y sencillez, legado que hoy nos comparte el padre Moisés Lira Serafín.

«Al padre Moisés Nuestro Señor lo hizo pequeño, expresa el padre José Guzmán. Lo confirma su heroicidad al vivir la virtud de la humildad, «considero que para él era como la reina de las virtudes», dice una de sus dirigidas. El fondo de su espiritualidad fue la Infancia Espiritual y por consiguiente era humilde, no de esa humildad ordinaria, sino de esa humildad de pequeñez, que no se funda en grandes consideraciones, sino que sencillamente, así como un niño no se siente capaz de nada, así él en lo espiritual.

Tuvo una profunda convicción de su pequeñez y miseria y por lo mismo no se fiaba de sí mismo, ese era el fundamento para esperarlo todo de Dios, poderoso y bueno en quien se refugiaba como hijo pequeño, enfatiza el padre José Guzmán.

Conducirse por la vida con humildad hace trascender a la gente, y es la oportunidad que nos da de hacer algo por nosotros y por los demás, construir cimientos sólidos para que la familia esté fuerte y pueda contribuir para una mejor sociedad. El apóstol de la bondad era una persona que revelaba grandísima humildad, con una sonrisa que inspiraba una grande confianza.

Comenta el padre Salvador Martínez: «Era admirable su franqueza, su sentido de la verdad, no cabe duda que esas almas que son así, deben tener un gran espíritu de humildad. No emprendía nada sin pedir consejo y oía con humildad el parecer de los demás, de sus hermanos en religión y aun de sus hijas».

«Sufrió los menosprecios, las calumnias y críticas en silencio, sin disculparse, abandonado a la acción de Dios. No buscó la estima y el aprecio de los demás, ni se preocupaba de lo que pensaran de él. En las contradicciones callaba o cedía prudentemente; era celoso de que se conservara la paz».

Que distinto sería si se pidieran consejos antes de actuar, como lo hacía el padre Moisés, seríamos más cercanos porque la humildad se mostraría a flor de piel, a veces la condición humana nos rebasa y cometemos errores que tienen un alto costo.

Era enemigo de políticas, de querer aparecer o aparentar. Con sencillez aceptaba el lugar que le dieran. Con esta misma sencillez, trataba a las personas de la clase alta que lo buscaban en la dirección espiritual y no se gloriaba de ello. Venerable Moisés Lira Serafín, un hombre del pasado hoy vivo en el presente, nos invita a ser sencillos y humildes, por nuestra familia y por la mejor conducción de nuestra sociedad.

Moisés Lira Serafín Art. 843

Los mexicanos hoy vivimos momentos muy complejos en los distintos ámbitos, cada día nos impacta la economía, los precios más altos y los salarios iguales, la inseguridad en indicadores altos, las discrepancias políticas el circo de cada día, y el ciudadano de a pie siempre en desventaja, sin embargo, la fe y la esperanza de que los tiempos cambiarán es la fortaleza de la gente, porque no baja el ánimo siempre para adelante con humildad y sencillez, legado que hoy nos comparte el padre Moisés Lira Serafín.

«Al padre Moisés Nuestro Señor lo hizo pequeño, expresa el padre José Guzmán. Lo confirma su heroicidad al vivir la virtud de la humildad, «considero que para él era como la reina de las virtudes», dice una de sus dirigidas. El fondo de su espiritualidad fue la Infancia Espiritual y por consiguiente era humilde, no de esa humildad ordinaria, sino de esa humildad de pequeñez, que no se funda en grandes consideraciones, sino que sencillamente, así como un niño no se siente capaz de nada, así él en lo espiritual.

Tuvo una profunda convicción de su pequeñez y miseria y por lo mismo no se fiaba de sí mismo, ese era el fundamento para esperarlo todo de Dios, poderoso y bueno en quien se refugiaba como hijo pequeño, enfatiza el padre José Guzmán.

Conducirse por la vida con humildad hace trascender a la gente, y es la oportunidad que nos da de hacer algo por nosotros y por los demás, construir cimientos sólidos para que la familia esté fuerte y pueda contribuir para una mejor sociedad. El apóstol de la bondad era una persona que revelaba grandísima humildad, con una sonrisa que inspiraba una grande confianza.

Comenta el padre Salvador Martínez: «Era admirable su franqueza, su sentido de la verdad, no cabe duda que esas almas que son así, deben tener un gran espíritu de humildad. No emprendía nada sin pedir consejo y oía con humildad el parecer de los demás, de sus hermanos en religión y aun de sus hijas».

«Sufrió los menosprecios, las calumnias y críticas en silencio, sin disculparse, abandonado a la acción de Dios. No buscó la estima y el aprecio de los demás, ni se preocupaba de lo que pensaran de él. En las contradicciones callaba o cedía prudentemente; era celoso de que se conservara la paz».

Que distinto sería si se pidieran consejos antes de actuar, como lo hacía el padre Moisés, seríamos más cercanos porque la humildad se mostraría a flor de piel, a veces la condición humana nos rebasa y cometemos errores que tienen un alto costo.

Era enemigo de políticas, de querer aparecer o aparentar. Con sencillez aceptaba el lugar que le dieran. Con esta misma sencillez, trataba a las personas de la clase alta que lo buscaban en la dirección espiritual y no se gloriaba de ello. Venerable Moisés Lira Serafín, un hombre del pasado hoy vivo en el presente, nos invita a ser sencillos y humildes, por nuestra familia y por la mejor conducción de nuestra sociedad.