/ domingo 6 de junio de 2021

Un camino hacia Dios

«El primogénito», Moisés Lira Serafín

Art. 755

Miguel Bañuelos Díaz

Las palabras de Jesús siguen teniendo la actualidad de aquellos momentos en los cuales se pronunciaron ante los atentos primeros discípulos. Este contexto también tiene una directa relación en cuanto que como el Padre Moisés Lira Serafín acudió a las indicaciones del futuro fundador de los Misioneros del Espíritu Santo y siguió en todo lo que se le decía.

Jurídicamente y como religioso que vivió realmente la vida de Misionero del Espíritu Santo fue el padre Moisés Lira, le correspondería por derecho ser el Primogénito y no a Monseñor Ibarra. De hecho, a Monseñor Ibarra le permitieron por autorización de Roma ser el representante y hacer válida la iniciación de la Congregación de los Misioneros del Espíritu Santo, y tiempo después, por concesión especial, pronunciar los votos como Religioso de la Cruz (así se conocía a los Misioneros del Espíritu Santos antes de su fundación), pero, según el P. José Guzmán: “Cómo podía haber sido el Señor Ibarra Misionero del Espíritu Santo cuando ni siquiera estaba dado el Decreto de la Fundación de la Congregación?, Sí, “en un sentido muy espiritual”, de manera privada y mística, no canónica, que sólo a los religiosos estaba permitido, Él seguía su responsabilidad pastoral en su Diócesis.

El “primero” fue el padre Moisés, afirma el P. José Guzmán, M.Sp.S., aunque Mons. Ibarra tenía las indicaciones de la Santa Sede para fortalecer el inicio canónico de dicha Congregación, pero de fuera hacia adentro y el Padre Moisés Lira Serafín con el Padre Félix de Jesús Rougier prepararon las condiciones necesarias para que se aplicaran cuando se diera la orden de fundar a los pies y bajo el manto maternal de la Virgen Morena, el 25 de diciembre de 1914.

Teniendo como contexto social la Revolución Mexicana y más aún la Persecución Religiosa mandada por el presidente Calles, sin embargo, así realizaron la fundación y con ello la vida de comunidad con los actos acordados. Para ello al Hno. Moisés (en ese entonces) se le asignó una campanita para que tocara e indicara el principio y fin de las actividades del Reglamento interno, siendo muy constante aunque había ocasiones en que sólo estaba él, llamaba a los actos comunitarios y se hacía presente con toda puntualidad.

Comenzaron su vida religiosa en una pobreza inmensa, no disponían de nada. Un cajón con un periódico encima fue la mesa del comedor y el primer día comieron tortillas y chicharrones.

Encomiéndate a la intercesión del Venerable Siervo de Dios padre Moisés Lira, Comunica los favores recibidos a: Oficina de la causa de beatificación y canonización Moisés Lira Serafín, M.Sp.S., tel: 444 813 2309; e-mail: causamoisesliraserafin@gmail.com

«El primogénito», Moisés Lira Serafín

Art. 755

Miguel Bañuelos Díaz

Las palabras de Jesús siguen teniendo la actualidad de aquellos momentos en los cuales se pronunciaron ante los atentos primeros discípulos. Este contexto también tiene una directa relación en cuanto que como el Padre Moisés Lira Serafín acudió a las indicaciones del futuro fundador de los Misioneros del Espíritu Santo y siguió en todo lo que se le decía.

Jurídicamente y como religioso que vivió realmente la vida de Misionero del Espíritu Santo fue el padre Moisés Lira, le correspondería por derecho ser el Primogénito y no a Monseñor Ibarra. De hecho, a Monseñor Ibarra le permitieron por autorización de Roma ser el representante y hacer válida la iniciación de la Congregación de los Misioneros del Espíritu Santo, y tiempo después, por concesión especial, pronunciar los votos como Religioso de la Cruz (así se conocía a los Misioneros del Espíritu Santos antes de su fundación), pero, según el P. José Guzmán: “Cómo podía haber sido el Señor Ibarra Misionero del Espíritu Santo cuando ni siquiera estaba dado el Decreto de la Fundación de la Congregación?, Sí, “en un sentido muy espiritual”, de manera privada y mística, no canónica, que sólo a los religiosos estaba permitido, Él seguía su responsabilidad pastoral en su Diócesis.

El “primero” fue el padre Moisés, afirma el P. José Guzmán, M.Sp.S., aunque Mons. Ibarra tenía las indicaciones de la Santa Sede para fortalecer el inicio canónico de dicha Congregación, pero de fuera hacia adentro y el Padre Moisés Lira Serafín con el Padre Félix de Jesús Rougier prepararon las condiciones necesarias para que se aplicaran cuando se diera la orden de fundar a los pies y bajo el manto maternal de la Virgen Morena, el 25 de diciembre de 1914.

Teniendo como contexto social la Revolución Mexicana y más aún la Persecución Religiosa mandada por el presidente Calles, sin embargo, así realizaron la fundación y con ello la vida de comunidad con los actos acordados. Para ello al Hno. Moisés (en ese entonces) se le asignó una campanita para que tocara e indicara el principio y fin de las actividades del Reglamento interno, siendo muy constante aunque había ocasiones en que sólo estaba él, llamaba a los actos comunitarios y se hacía presente con toda puntualidad.

Comenzaron su vida religiosa en una pobreza inmensa, no disponían de nada. Un cajón con un periódico encima fue la mesa del comedor y el primer día comieron tortillas y chicharrones.

Encomiéndate a la intercesión del Venerable Siervo de Dios padre Moisés Lira, Comunica los favores recibidos a: Oficina de la causa de beatificación y canonización Moisés Lira Serafín, M.Sp.S., tel: 444 813 2309; e-mail: causamoisesliraserafin@gmail.com