/ martes 26 de diciembre de 2023

Prisma | Tantra: La danza de la energía y el éxtasais

En un mundo donde la sexualidad suele ser malinterpretada y limitada a sus aspectos físicos y reproductivos, el Tantra emerge como un faro de luz, ofreciendo una perspectiva más rica y profunda. Originario de la India, esta filosofía milenaria nos invita a reevaluar nuestra relación con la sexualidad, transformándola en una puerta hacia la superconciencia y el equilibrio espiritual.

A diferencia de la visión occidental, donde la importancia del conocimiento sobre la sexualidad a menudo se centra en la parte biológica, prevención de enfermedades y embarazos no deseados…

El Tantra ve la sexualidad como un intercambio sagrado, un baile de almas que se encuentran en un plano superior a través de la elevación y circulación de la energía sexual.

Esta concepción contrasta profundamente con la información sexual contemporánea, influenciada en gran medida por la pornografía, que en vez de abordar la dimensión emocional y espiritual del sexo, lo que hace es crear estereotipos que rara vez se asemejan a la realidad.

El Tantra enseña que el éxtasis no es un momento fugaz de placer, sino un estado elevado que puede extenderse durante períodos prolongados.

Se trata de hacer circular la energía vital a través de prácticas como la respiración consciente y la visualización, transformando la intimidad en un ritual de amor, confianza, misticismo e integridad.

El erotismo y el juego son elementos clave en esta práctica, que renueva el cuerpo y sana el alma.

La filosofía tántrica también enfatiza el balance entre la energía masculina y femenina dentro de cada persona, promoviendo una dinámica de dar y recibir en armonía. Esta integración nos ayuda a reconectar con nuestra naturaleza más íntima: llevando nuestro ser desde el instinto animal, pasando por lo humano, y alcanzando lo divino.

Margot Anand, una reconocida maestra en el arte del Tantra, describe estas prácticas como un camino hacia la libertad espiritual, donde la energía sexual se convierte en una fuerza transformadora.

Por otro lado, David Deida, otro experto en el campo, enfatiza la importancia de la autenticidad y la presencia plena en las relaciones íntimas, viendo el sexo no solo como un acto físico, sino como una expresión de amor profundo y conexión.

El Tantra, en su esencia, es un viaje de descubrimiento, un camino que lleva de la mera sexualidad a una forma de superconciencia. Conecta nuestra individualidad con algo más grande, con el universo, con el todo. A través del Tantra, aprendemos que el éxtasis y la iluminación no son destinos lejanos, sino realidades que residen en nuestro interior, esperando ser despertadas y exploradas.

En la actualidad, donde la sexualidad se ve constantemente desvirtuada y trivializada, el Tantra nos ofrece una perspectiva refrescante y enriquecedora. Nos desafía a ver más allá de lo físico, a explorar las profundidades de nuestra alma y a descubrir que el verdadero éxtasis no está en el otro, sino en nuestro propio ser.

Este viaje tántrico, aunque antiguo en sus raíces, es muy relevante para nuestra sociedad moderna. Nos invita a cuestionar y expandir nuestras creencias sobre la sexualidad, el amor y la espiritualidad, ofreciendo un camino hacia una vida más equilibrada y plena.

En el Tantra, encontramos una fuente de sabiduría que nos enseña que la sexualidad, cuando se aborda con respeto, conciencia y amor, puede ser un vehículo poderoso para nuestro crecimiento, creatividad y despertar espiritual.

En un mundo donde la sexualidad suele ser malinterpretada y limitada a sus aspectos físicos y reproductivos, el Tantra emerge como un faro de luz, ofreciendo una perspectiva más rica y profunda. Originario de la India, esta filosofía milenaria nos invita a reevaluar nuestra relación con la sexualidad, transformándola en una puerta hacia la superconciencia y el equilibrio espiritual.

A diferencia de la visión occidental, donde la importancia del conocimiento sobre la sexualidad a menudo se centra en la parte biológica, prevención de enfermedades y embarazos no deseados…

El Tantra ve la sexualidad como un intercambio sagrado, un baile de almas que se encuentran en un plano superior a través de la elevación y circulación de la energía sexual.

Esta concepción contrasta profundamente con la información sexual contemporánea, influenciada en gran medida por la pornografía, que en vez de abordar la dimensión emocional y espiritual del sexo, lo que hace es crear estereotipos que rara vez se asemejan a la realidad.

El Tantra enseña que el éxtasis no es un momento fugaz de placer, sino un estado elevado que puede extenderse durante períodos prolongados.

Se trata de hacer circular la energía vital a través de prácticas como la respiración consciente y la visualización, transformando la intimidad en un ritual de amor, confianza, misticismo e integridad.

El erotismo y el juego son elementos clave en esta práctica, que renueva el cuerpo y sana el alma.

La filosofía tántrica también enfatiza el balance entre la energía masculina y femenina dentro de cada persona, promoviendo una dinámica de dar y recibir en armonía. Esta integración nos ayuda a reconectar con nuestra naturaleza más íntima: llevando nuestro ser desde el instinto animal, pasando por lo humano, y alcanzando lo divino.

Margot Anand, una reconocida maestra en el arte del Tantra, describe estas prácticas como un camino hacia la libertad espiritual, donde la energía sexual se convierte en una fuerza transformadora.

Por otro lado, David Deida, otro experto en el campo, enfatiza la importancia de la autenticidad y la presencia plena en las relaciones íntimas, viendo el sexo no solo como un acto físico, sino como una expresión de amor profundo y conexión.

El Tantra, en su esencia, es un viaje de descubrimiento, un camino que lleva de la mera sexualidad a una forma de superconciencia. Conecta nuestra individualidad con algo más grande, con el universo, con el todo. A través del Tantra, aprendemos que el éxtasis y la iluminación no son destinos lejanos, sino realidades que residen en nuestro interior, esperando ser despertadas y exploradas.

En la actualidad, donde la sexualidad se ve constantemente desvirtuada y trivializada, el Tantra nos ofrece una perspectiva refrescante y enriquecedora. Nos desafía a ver más allá de lo físico, a explorar las profundidades de nuestra alma y a descubrir que el verdadero éxtasis no está en el otro, sino en nuestro propio ser.

Este viaje tántrico, aunque antiguo en sus raíces, es muy relevante para nuestra sociedad moderna. Nos invita a cuestionar y expandir nuestras creencias sobre la sexualidad, el amor y la espiritualidad, ofreciendo un camino hacia una vida más equilibrada y plena.

En el Tantra, encontramos una fuente de sabiduría que nos enseña que la sexualidad, cuando se aborda con respeto, conciencia y amor, puede ser un vehículo poderoso para nuestro crecimiento, creatividad y despertar espiritual.