/ lunes 26 de febrero de 2024

Opinión | El amor en la era digital

En estos tiempos se experimenta un cambio radical en el modo en el que nos enamoramos y nos relacionamos. Datos de The Competitive Intelligence Unit (CIU) indican que, a febrero de 2023, casi 7 de cada 10 internautas en México iniciaron relaciones a través de internet, lo que marca un notable incremento respecto al año anterior.

Los dispositivos móviles y las herramientas digitales se han convertido en una extensión nuestra, no solo para comunicarnos y divertirnos, también para establecer conexiones románticas. El misterio de la época en las que nos escribíamos cartas ha terminado.

Vivimos en una sociedad donde la inmediatez y la falta de tiempo han transformado nuestras interacciones, nuestros amores y relaciones. Cada vez hay más personas que optan por buscar pareja a través de la red virtual, optan por tomar el destino en sus manos. Aplicaciones como Tinder, Meetic, incluso las redes sociales como Facebook, Instagram, Tik Tok, entre otras, han inundado el mercado del amor ofreciendo gran variedad de perfiles con los cuales chatear y, si se desea, concretar encuentros personales.

Las aplicaciones de citas son herramientas que facilitan el conocer perfiles, pero no garantizan encontrar el amor, de igual manera es importante estar conscientes de las amenazas latentes. Según el análisis de The CIU, los principales riesgos percibidos son perfiles falsos, actos delictivos, robo de identidad y ciberacoso

Estas aplicaciones versátiles, dependen en gran medida de nuestras expectativas y del uso que decidamos darles. Si ya en el amor muchas veces cometemos el error de poner nuestros ideales, expectativas en la imagen del otro, ciertamente las relaciones virtuales magnifican esta experiencia. Las conversaciones prolongadas pueden generar grandes expectativas, ya sea para una relación casual, estable o incluso una amistad.

La facilidad de comunicación que ofrece la pantalla del móvil y la computadora atrae a aquellos que se sienten solos, buscando refugio en el anonimato para conectarse. Otros se sumergen en múltiples conversaciones simultáneas o incluso en interacciones de corte más íntimo, buscando llenar un vacío emocional. Este fenómeno no solo abarca la soledad física, sino también la emocional y esto podría tener importantes consecuencias.

Y es que, las aplicaciones no son "buenas o malas" para encontrar pareja; su valor radica en el uso que les demos y en la calidad de las interacciones que establezcamos, así como de las previsiones que tomemos en cuenta al momento de usarlas.

Entre las medidas que deberíamos tomar ante el uso de aplicaciones están: evitar revelar información personal relevante en el perfil, ser selectivos con las fotos compartidas, evitar incluir imágenes de menores, ser conscientes del material que compartimos en línea y proteger nuestra privacidad como prioridad.

Se debe estar alerta ante perfiles falsos y posibles riesgos. Así mismo, aun tomando estas precauciones, dichas aplicaciones también presentan un lado que debemos alertar: la adicción. Al llegar al punto de una constante exposición a experiencias nuevas y la ilusión de ser deseado por múltiples personas en las plataformas online se puede generar una dependencia.

En definitiva, las aplicaciones de citas seguirán evolucionando, ofreciendo oportunidades y desafíos únicos, integrando inteligencia artificial mediante algoritmos más sofisticados para emparejar personas con intereses y valores similares. Hay que admitir que las aplicaciones de citas ofrecen una accesibilidad sin precedentes y la posibilidad de conectar con personas que de otra manera serían difíciles de conocer. El uso prudente y consciente de estas aplicaciones puede facilitar la conexión humana.

En estos tiempos se experimenta un cambio radical en el modo en el que nos enamoramos y nos relacionamos. Datos de The Competitive Intelligence Unit (CIU) indican que, a febrero de 2023, casi 7 de cada 10 internautas en México iniciaron relaciones a través de internet, lo que marca un notable incremento respecto al año anterior.

Los dispositivos móviles y las herramientas digitales se han convertido en una extensión nuestra, no solo para comunicarnos y divertirnos, también para establecer conexiones románticas. El misterio de la época en las que nos escribíamos cartas ha terminado.

Vivimos en una sociedad donde la inmediatez y la falta de tiempo han transformado nuestras interacciones, nuestros amores y relaciones. Cada vez hay más personas que optan por buscar pareja a través de la red virtual, optan por tomar el destino en sus manos. Aplicaciones como Tinder, Meetic, incluso las redes sociales como Facebook, Instagram, Tik Tok, entre otras, han inundado el mercado del amor ofreciendo gran variedad de perfiles con los cuales chatear y, si se desea, concretar encuentros personales.

Las aplicaciones de citas son herramientas que facilitan el conocer perfiles, pero no garantizan encontrar el amor, de igual manera es importante estar conscientes de las amenazas latentes. Según el análisis de The CIU, los principales riesgos percibidos son perfiles falsos, actos delictivos, robo de identidad y ciberacoso

Estas aplicaciones versátiles, dependen en gran medida de nuestras expectativas y del uso que decidamos darles. Si ya en el amor muchas veces cometemos el error de poner nuestros ideales, expectativas en la imagen del otro, ciertamente las relaciones virtuales magnifican esta experiencia. Las conversaciones prolongadas pueden generar grandes expectativas, ya sea para una relación casual, estable o incluso una amistad.

La facilidad de comunicación que ofrece la pantalla del móvil y la computadora atrae a aquellos que se sienten solos, buscando refugio en el anonimato para conectarse. Otros se sumergen en múltiples conversaciones simultáneas o incluso en interacciones de corte más íntimo, buscando llenar un vacío emocional. Este fenómeno no solo abarca la soledad física, sino también la emocional y esto podría tener importantes consecuencias.

Y es que, las aplicaciones no son "buenas o malas" para encontrar pareja; su valor radica en el uso que les demos y en la calidad de las interacciones que establezcamos, así como de las previsiones que tomemos en cuenta al momento de usarlas.

Entre las medidas que deberíamos tomar ante el uso de aplicaciones están: evitar revelar información personal relevante en el perfil, ser selectivos con las fotos compartidas, evitar incluir imágenes de menores, ser conscientes del material que compartimos en línea y proteger nuestra privacidad como prioridad.

Se debe estar alerta ante perfiles falsos y posibles riesgos. Así mismo, aun tomando estas precauciones, dichas aplicaciones también presentan un lado que debemos alertar: la adicción. Al llegar al punto de una constante exposición a experiencias nuevas y la ilusión de ser deseado por múltiples personas en las plataformas online se puede generar una dependencia.

En definitiva, las aplicaciones de citas seguirán evolucionando, ofreciendo oportunidades y desafíos únicos, integrando inteligencia artificial mediante algoritmos más sofisticados para emparejar personas con intereses y valores similares. Hay que admitir que las aplicaciones de citas ofrecen una accesibilidad sin precedentes y la posibilidad de conectar con personas que de otra manera serían difíciles de conocer. El uso prudente y consciente de estas aplicaciones puede facilitar la conexión humana.