/ viernes 27 de julio de 2018

México y su lucha libre

“La arena estaba de bote en bote, la gente loca de la emoción, en el ring luchaban los cuatro rudos ídolos de los afición”


Uno de los fenómenos culturales más importantes de nuestro país es sin duda la lucha libre mexicana. Esta combinación de deporte y teatro es considerada ahora patrimonio cultural de México desde el pasado 21 de julio, algo intangible a nivel deportivo y cultural en nuestro país.


La lucha en nuestro país va más allá de un espectáculo en escena, es la transformación y apropiación de un deporte que no es más que la mezcla entre folklor, religión, clase social y la lucha interna entre el bien y el mal.


En nuestro país, la lucha ya era un deporte que se practicaba en los pueblos prehispánicos y mesoamericanos, sin embargo, este movimiento llega a nuestro territorio como una exhibición internacional a mediados del siglo XIX. En 1863, un hombre mexicano de estatura media llamado Enrique Ugartechea juega un papel relevante en la lucha internacional, su peculiar manera de luchar y el reconocimiento que obtuvo en compañías de artistas algunas de ellas ambulantes, le dio el impulso y el prestigio que sentarían las bases de la lucha libre mexicana como hoy la conocemos.


Pero ¿que es la lucha libre mexicana? Es un constante conflicto entre el bien y el mal, es decir, este deporte mexicano se define como la rivalidad entre rudos contra técnicos. Los primeros, son aquellos luchadores que representan el engaño, el logro de objetivos a costa de mentiras y cualquier otro tipo de artimañas, lo opuesto a los técnicos, los cuales personifican las reglas y la toma correcta de decisiones.


En 1933, Salvador Lutteroth González fundaba la empresa de lucha libre mexicana, éste se convirtió en el padre de la lucha libre mexicana. Cabe señalar que Lutteroth también se encargó de la remodelación de la arena México, lugar donde se celebran las luchas actualmente en la Ciudad de México. En el transcurso de los años 70`s la lucha mexicana atravesaba su época dorada, luchadores como El Santo, Blue Demon, Huracán Ramírez, La Parka, Octagón, Mil Máscaras, El Cavernario, Dos Caras, etc., escribieron y redefinieron lo que la lucha es hoy en nuestro país.


Me llena de orgullo reconocer que en nuestro país también tenemos súper héroes y villanos que visten capa y máscara para no ser reconocidos, y que además son una representación del mexicano mismo, en su actuar, en su pensar pero sobre todo en su sentir. Estos héroes quienes cada fin de semana buscan aceptación y reconocimiento social son hechos en México para todo el mundo.


Columnista en Jefe: Ariadna Rincón.


“La arena estaba de bote en bote, la gente loca de la emoción, en el ring luchaban los cuatro rudos ídolos de los afición”


Uno de los fenómenos culturales más importantes de nuestro país es sin duda la lucha libre mexicana. Esta combinación de deporte y teatro es considerada ahora patrimonio cultural de México desde el pasado 21 de julio, algo intangible a nivel deportivo y cultural en nuestro país.


La lucha en nuestro país va más allá de un espectáculo en escena, es la transformación y apropiación de un deporte que no es más que la mezcla entre folklor, religión, clase social y la lucha interna entre el bien y el mal.


En nuestro país, la lucha ya era un deporte que se practicaba en los pueblos prehispánicos y mesoamericanos, sin embargo, este movimiento llega a nuestro territorio como una exhibición internacional a mediados del siglo XIX. En 1863, un hombre mexicano de estatura media llamado Enrique Ugartechea juega un papel relevante en la lucha internacional, su peculiar manera de luchar y el reconocimiento que obtuvo en compañías de artistas algunas de ellas ambulantes, le dio el impulso y el prestigio que sentarían las bases de la lucha libre mexicana como hoy la conocemos.


Pero ¿que es la lucha libre mexicana? Es un constante conflicto entre el bien y el mal, es decir, este deporte mexicano se define como la rivalidad entre rudos contra técnicos. Los primeros, son aquellos luchadores que representan el engaño, el logro de objetivos a costa de mentiras y cualquier otro tipo de artimañas, lo opuesto a los técnicos, los cuales personifican las reglas y la toma correcta de decisiones.


En 1933, Salvador Lutteroth González fundaba la empresa de lucha libre mexicana, éste se convirtió en el padre de la lucha libre mexicana. Cabe señalar que Lutteroth también se encargó de la remodelación de la arena México, lugar donde se celebran las luchas actualmente en la Ciudad de México. En el transcurso de los años 70`s la lucha mexicana atravesaba su época dorada, luchadores como El Santo, Blue Demon, Huracán Ramírez, La Parka, Octagón, Mil Máscaras, El Cavernario, Dos Caras, etc., escribieron y redefinieron lo que la lucha es hoy en nuestro país.


Me llena de orgullo reconocer que en nuestro país también tenemos súper héroes y villanos que visten capa y máscara para no ser reconocidos, y que además son una representación del mexicano mismo, en su actuar, en su pensar pero sobre todo en su sentir. Estos héroes quienes cada fin de semana buscan aceptación y reconocimiento social son hechos en México para todo el mundo.


Columnista en Jefe: Ariadna Rincón.


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