/ domingo 11 de noviembre de 2018

Educación y Sindicalismo

ES ALGO QUE MENCIONA UN LIBRO

Quisiese que no fuera cierto el olor que despide lo que estaba muerto.

Vaya con dedicatoria a las cincuenta secciones sindicales magisteriales del país, en especial las de San Luis.

Es el texto más completo que he leído como obra política descriptiva sobre un personaje que sacudió la vida y obra de cuatro presidentes y de decenas de gobernadores, miles de presidentes municipales y más de un millón de maestros de todos los niveles educativos y que hoy reclama como suyo el poderío que por una estupidez judicial había perdido. “Los socios de Elba Esther” en sus 320 páginas y sus anexos hace bailotear la existencia vivencial de una mujer llegada de la nada convertida en cómplice, títere, amante, dirigente, explotadora y falaz partícipe de la política magisterial. Ricardo Miguel Raphael de la Madrid (¿) describe los hechos con certedad y crudeza, pero esconde, acertadamente, el cogollo del hoyo.

HE LEÍDO DE cabo a rabo y viceversa el paginado total de la obra, que salió a la luz en noviembre del 2007 y que, marcado por mi costumbre, flecha arriba en la primera hoja en blanco 24-XII-07 a las 7:40 a.m. ¡en el WC!, comencé a leer. Marcado también con señales, flechas, puntos marginales, asteriscos, interrogaciones, admiraciones y anotaciones especiales, amén de una larga escrituración aparte que como guía de lectura rápida acostumbro hacer con todos mis libros. Es pues esta obra que hoy con el renacer tentativo de la FIERA MAGISTERIAL me sirve para reescribir mis anotaciones sobre alguien que conozco poco o mucho según sean los años que se toquen a lo largo de mis sesenta y cinco años en el magisterio.

FUIMOS PARTE LOS dos, al igual que miles de maestros de la época del vanguardismo magisterial, nacido, crecido, multiplicado y destruido bajo la férula de un Don Carlos que supo darle prosapia a San Luis y que hoy su memoria le llega a LA FIERA como un escupitajo de maldición. Si, ella acompaño al líder de Vanguardia Revolucionaria (lean mi libro) quien la saco de una etnia y la convirtió en “maestra” sindical y política además de ser su fidelísima servidora. Yo estuve con ella, ella estuvo conmigo y con los centenares de servidores especiales durante las dos campañas en San Luis Potosí; yo como responsable de la comisión de prensa y ella como enlace femenil y “apoyo estratégico”. La conozco en aquello tiempos y su nombre lo repetí en “LA GUADAÑA” y en otras columnas. Hoy, hay que remencionar lo que dice el libro de Raphael pero sin tomar partes totales para no infringir los derechos de autor.

PERMÍTASEME PUES INDICAR de mis apuntes, al igual que hago en cientos de libros leídos en mi azarosa existencia de lector y escritor, LO MÁS SOBRESALIENTE que Raphael de la Madrid Y YO dice y digo de quien quiere seguir explotando al magisterio: el principio de la sintomatología de caída la dio sin duda el encarcelamiento de Joaquín Hernández Galicia (la Quina); el siguiente sería Carlos y éste pactó la sucesión para entregarla a Elba Esther. So pena de prisión, Jonguitud acepta su dimisión y renuncia al mando del SNTE. No, Raphael no menciona lo que las secciones sindicales, acantonadas en Querétaro iban a hacer. Ahí reventó la noticia: el líder acabó.

….continúa….

Próxima.- ¿Elba Esther marihuana?



ES ALGO QUE MENCIONA UN LIBRO

Quisiese que no fuera cierto el olor que despide lo que estaba muerto.

Vaya con dedicatoria a las cincuenta secciones sindicales magisteriales del país, en especial las de San Luis.

Es el texto más completo que he leído como obra política descriptiva sobre un personaje que sacudió la vida y obra de cuatro presidentes y de decenas de gobernadores, miles de presidentes municipales y más de un millón de maestros de todos los niveles educativos y que hoy reclama como suyo el poderío que por una estupidez judicial había perdido. “Los socios de Elba Esther” en sus 320 páginas y sus anexos hace bailotear la existencia vivencial de una mujer llegada de la nada convertida en cómplice, títere, amante, dirigente, explotadora y falaz partícipe de la política magisterial. Ricardo Miguel Raphael de la Madrid (¿) describe los hechos con certedad y crudeza, pero esconde, acertadamente, el cogollo del hoyo.

HE LEÍDO DE cabo a rabo y viceversa el paginado total de la obra, que salió a la luz en noviembre del 2007 y que, marcado por mi costumbre, flecha arriba en la primera hoja en blanco 24-XII-07 a las 7:40 a.m. ¡en el WC!, comencé a leer. Marcado también con señales, flechas, puntos marginales, asteriscos, interrogaciones, admiraciones y anotaciones especiales, amén de una larga escrituración aparte que como guía de lectura rápida acostumbro hacer con todos mis libros. Es pues esta obra que hoy con el renacer tentativo de la FIERA MAGISTERIAL me sirve para reescribir mis anotaciones sobre alguien que conozco poco o mucho según sean los años que se toquen a lo largo de mis sesenta y cinco años en el magisterio.

FUIMOS PARTE LOS dos, al igual que miles de maestros de la época del vanguardismo magisterial, nacido, crecido, multiplicado y destruido bajo la férula de un Don Carlos que supo darle prosapia a San Luis y que hoy su memoria le llega a LA FIERA como un escupitajo de maldición. Si, ella acompaño al líder de Vanguardia Revolucionaria (lean mi libro) quien la saco de una etnia y la convirtió en “maestra” sindical y política además de ser su fidelísima servidora. Yo estuve con ella, ella estuvo conmigo y con los centenares de servidores especiales durante las dos campañas en San Luis Potosí; yo como responsable de la comisión de prensa y ella como enlace femenil y “apoyo estratégico”. La conozco en aquello tiempos y su nombre lo repetí en “LA GUADAÑA” y en otras columnas. Hoy, hay que remencionar lo que dice el libro de Raphael pero sin tomar partes totales para no infringir los derechos de autor.

PERMÍTASEME PUES INDICAR de mis apuntes, al igual que hago en cientos de libros leídos en mi azarosa existencia de lector y escritor, LO MÁS SOBRESALIENTE que Raphael de la Madrid Y YO dice y digo de quien quiere seguir explotando al magisterio: el principio de la sintomatología de caída la dio sin duda el encarcelamiento de Joaquín Hernández Galicia (la Quina); el siguiente sería Carlos y éste pactó la sucesión para entregarla a Elba Esther. So pena de prisión, Jonguitud acepta su dimisión y renuncia al mando del SNTE. No, Raphael no menciona lo que las secciones sindicales, acantonadas en Querétaro iban a hacer. Ahí reventó la noticia: el líder acabó.

….continúa….

Próxima.- ¿Elba Esther marihuana?