/ miércoles 10 de julio de 2024

¡Eureka! | Regulación de la Inteligencia Artificial

Estamos en el momento de la existencia casi absoluta de las mediaciones digitales, se pasó de la primera ola con la Inteligencia Artificial (IA) en Internet, en el año 2010, enfocada a las búsquedas, a la publicidad, al comercio electrónico y al estilo de vida; luego a la segunda, a la tercera, a la cuarta, y hoy vivimos en la quinta ola con la IA focalizada a la comprensión, procesado y generación del lenguaje natural a través de un aprendizaje autónomo.

Se ha reflexionado en torno a legislar en materia de la IA y de las mediaciones tecnológicas; sin embargo, este ámbito es muy incipiente, sobre todo en América Latina y en países como México. Como experta e investigadora científica del tema, considero pertinente y muy importante ponerlo en la agenda desde lo regional como San Luis Potosí, hasta lo nacional e internacional.

Uno de los referentes mundiales es el “Reglamento de Servicios Digitales (DSA)” de la Comisión Europea, implementado en el año 2024, el cual establece un marco legal para regular las actividades de las plataformas en línea y proteger los derechos de los usuarios en la Unión Europea.

Este reglamento impone obligaciones específicas a las plataformas digitales para prevenir la difusión de contenidos ilegales y mejorar la transparencia en la publicidad. Además, se centra en proteger a los menores y gestionar riesgos sistémicos como la desinformación, asegurando que los espacios actúen de manera responsable.

El impacto del DSA en el ecosistema digital europeo ha sido significativo, promoviendo un entorno en línea más seguro y justo. Las plataformas más grandes, que afectan a una gran parte de los consumidores, están ahora bajo una supervisión más estricta, lo que ha incrementado la rendición de cuentas y la transparencia en sus operaciones.

Este reglamento no solo protege a los usuarios, sino que también fomenta la innovación y la competitividad al establecer reglas claras y uniformes, y así promover lo que ya no se puede detener. Aprender y establecer los mejores contextos es una responsabilidad de las políticas públicas, de las empresas, de las instituciones y de los investigadores.

La implementación de medidas similares en México y en los espacios locales debe beneficiarse de las lecciones aprendidas en Europa, aunque es elemental ubicar los contextos locales y, a partir de allí, proponer. Es muy importante asegurar que se adopten medidas efectivas en contra de la desinformación y la protección de los derechos de los usuarios, tema esencial del cual seguiremos hablando.

Estoy en los siguientes espacios, correo: lizyuaslp@gmail.com; Instagram: @lizynavarrozamora; X: @LizyNavarro; Facebook: Lizy Navarro.

Estamos en el momento de la existencia casi absoluta de las mediaciones digitales, se pasó de la primera ola con la Inteligencia Artificial (IA) en Internet, en el año 2010, enfocada a las búsquedas, a la publicidad, al comercio electrónico y al estilo de vida; luego a la segunda, a la tercera, a la cuarta, y hoy vivimos en la quinta ola con la IA focalizada a la comprensión, procesado y generación del lenguaje natural a través de un aprendizaje autónomo.

Se ha reflexionado en torno a legislar en materia de la IA y de las mediaciones tecnológicas; sin embargo, este ámbito es muy incipiente, sobre todo en América Latina y en países como México. Como experta e investigadora científica del tema, considero pertinente y muy importante ponerlo en la agenda desde lo regional como San Luis Potosí, hasta lo nacional e internacional.

Uno de los referentes mundiales es el “Reglamento de Servicios Digitales (DSA)” de la Comisión Europea, implementado en el año 2024, el cual establece un marco legal para regular las actividades de las plataformas en línea y proteger los derechos de los usuarios en la Unión Europea.

Este reglamento impone obligaciones específicas a las plataformas digitales para prevenir la difusión de contenidos ilegales y mejorar la transparencia en la publicidad. Además, se centra en proteger a los menores y gestionar riesgos sistémicos como la desinformación, asegurando que los espacios actúen de manera responsable.

El impacto del DSA en el ecosistema digital europeo ha sido significativo, promoviendo un entorno en línea más seguro y justo. Las plataformas más grandes, que afectan a una gran parte de los consumidores, están ahora bajo una supervisión más estricta, lo que ha incrementado la rendición de cuentas y la transparencia en sus operaciones.

Este reglamento no solo protege a los usuarios, sino que también fomenta la innovación y la competitividad al establecer reglas claras y uniformes, y así promover lo que ya no se puede detener. Aprender y establecer los mejores contextos es una responsabilidad de las políticas públicas, de las empresas, de las instituciones y de los investigadores.

La implementación de medidas similares en México y en los espacios locales debe beneficiarse de las lecciones aprendidas en Europa, aunque es elemental ubicar los contextos locales y, a partir de allí, proponer. Es muy importante asegurar que se adopten medidas efectivas en contra de la desinformación y la protección de los derechos de los usuarios, tema esencial del cual seguiremos hablando.

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