A sólo unos días de finalizar el mes de septiembre, panaderías de la entidad se alistan para vender el ya tradicional Pan de Muerto. Con carteles en los que se enuncian las frases “Ya hay pan de muerto” y “Lleve su pan de muerto antes de que se acabe, o que la muerte nos alcance”, panaderos ya ofrecen este singular alimento que hace honor a la celebración mexicana del Día de Muertos, la cual se realiza cada 1 y 2 de noviembre.
No obstante, a pesar de que falta más de un mes para celebrar esta tradicional fecha, panaderías y panaderos mencionan que desde hace algunas semanas han tenido clientela solicitando este dulce manjar horneado.
“Ya tenemos bastante ofertándolo y nos ha ido bien. No lo hemos mercadeado tanto en los aparadores de la panadería porque es poco lo que hacemos, pero aún así llega gente pidiéndolo. Por eso ahora ya nos animaremos a hornear más cantidad, porque se acerca la fecha donde más se vende, aunque falte un mes sí hay gente que lo compra”, refirió la señora Juana del Carmen empleada de la panadería Carol.
De igual forma don Raúl Sánchez, panadero de más de 20 años de profesión comentó que desde que inició la pandemia por Covid-19, se ha estado vendiendo este pan en varios negocios debido a la burla constante que hace el mexicano promedio sobre la muerte. “Ya tiene meses vendiéndose. Desde julio ya hay panaderías que lo ofrecen, hasta lo anuncian con carteles que se burlan del Covid-19 para que la gente lo compre. Las personas lo agarraron a broma y lo mercadean de forma chusca, ya ve cómo somos los mexicanos para el mitote, así somos y agarramos a broma todo, hasta la muerte”.
Un gusto sencillo
“Este tipo de pan no es costoso, tiene un precio accesible y se vende mucho, por su sabor y tamaño. Pero ahora sí ya viene la época en la que todos desean adquirirlo. Para nosotros los potosinos siempre han sido importantes las tradiciones, y siempre habrá quién quiera comprar un panecito de muerto para ponerlo en un altar o degustar en familia con cafecito”.
Don Raúl compartió que para hornear un buen pan, su preparación tiene que ser exacta y este alimento no es la excepción. “Los panaderos que no tienen mucha experiencia se ponen nerviosos porque este pan requiere ciertos ingredientes y detalles para cocinarlo. Sobre todo su forma y características tan distintivas, hay quienes le ponen azúcar, otros los barnizan con huevo y le esparcen ajonjolí”.
Además agregó que el pan que se vende más en la capital es el que está repleto de azúcar, “Para preparar la masa del pan se necesita levadura, harina, sal, huevos, leche condensada y vainilla. Se incorpora todo en un batidor para mezclar, hay que amasar y después dejar reposar. Luego hay que volver a amasar y darle la forma de pan de muerto, que es redonda y en su tope se le ponen unas formas que simulan huesos. Posterior a ello se pone a hornear y ya está”.
Este panadero recalcó que este tipo de pan data de la época de la colonia, y que hace cientos de años, solo era maíz tostado con miel lo que se comía. “Todo eso cambió con el tiempo, ¿cómo lo sé?, porque un buen panadero sabe lo que hornea. Aquí en San Luis Potosí se realiza de la forma más común que es la redonda, pero en otros estados se elabora de forma distinta, sigue siendo pan dulce pero su preparación y vista es otra”.
“Por ejemplo en Ciudad de México a veces es de masa de hojaldre o de yema de huevo con canela. En otros lados como en la Costa Chica, les dan forma humanoide y la preparación de la masa es diferente, por ejemplo en algunas localidades de la Huasteca son unos monitos con brazos cruzados y en forma de cruz”.
Cabe señalar que el pan de muerto también lleva esencia de flor de azahar, según indican porque evoca el recuerdo de los difuntos. Su centro simboliza el cráneo del fallecido, y las tiras en la parte superior tratan de emular los huesos que conforman el esqueleto humano. Los sabores varían según el toque de cada panadero, pues los hay de naranja , de vainilla, canela y hasta rellenos de crema de cacao.
El Pan de muerto, se sabe, es parte de un banquete mortuorio que forma parte de la celebración en honor a los santos difuntos, se pueden comer a cualquier hora del día o bien disponerlo como ofrenda hacia un familiar fallecido.
Este pan en otros lugares lleva otro nombre como “almas de azúcar”, “bodoques”, “cajitas”, “rosca de la vida”, “angelitos, “golletes” y “despeinadas”. También los hacen de diversas formas como peces, perros, personas, triángulos, roscas, mariposas, conejos y rectangulares.
El precio varía según el tamaño, la pieza más pequeña suele costar los 6 pesos, pero los hay hasta los 60 0 100 pesos, debido a su preparación gourmet.
Muchas formas
En Costa Chica, les dan forma humanoide, en localidades de la Huasteca son unos monitos con brazos cruzados y en forma de cruz