Pedro Antonio Infante Armendáriz de profesión veterinario, es propietario y conductor de la unidad de taxi 1091, y se ha convertido en un ícono potosino, porque sorprende a los pasajeros con su increíble juguetería ambulante, la que además sirve de adorno para su unidad de transporte, y de la que los pasajeros pueden disfrutar mientras son llevados a su destino.
En su taxi, expone toda clase de juguetes, sin lugar a dudas una idea original que no deja de sorprender a su clientela, y más aún cuando le preguntan por cada uno de los elementos que lleva en su unidad.
El taxi deja de ser más que un simple transporte para el público, porque se convierte en un vehículo de alquiler icónico, que rueda en las calles de esta ciudad con una sorprendente exposición de juguetes de todo tipo.
Don Pedro, relata que todo comenzó por su nieta Stefany Infante de apenas dos años, un 15 de diciembre de 2017, cuando ella empezó a decir que el taxi le pertenecía y fue que empezó a subir juguetitos de "juego kinder", de ahí fue que me surgió el gusto por coleccionarlos, y a la fecha cuenta su unidad con un total de aproximadamente 433 juguetes.
Todos los que han tenido la fortuna de ser pasajeros, han quedado fascinados, es toda una experiencia abordar la unidad, y los comentarios son positivos por tan peculiar gusto por coleccionar los cientos de pequeños juguetes.
También opinan favorablemente los usuarios por la higiene que mantiene en don Pedro en su unidad, sobre todo porque es importante que el interior del vehículo sea presentable e higiénico en estos tiempos de pandemia por el Covid-19.
Y entre otra de las curiosidades y atracciones que cuenta el taxi de Don Pedro es que en cada festejo como el Día de Muertos o el festejo a los niños acostumbra a dar dulces a los pequeños que tienen la fortuna de subirse a su unidad. Afortunadamente su unidad, con el paso del tiempo ha llegado a ganarse el cariño y cierta demanda por ser único en su presentación.
No cabe duda que Don Pedro Infante Armendáriz, ha sabido conquistar el corazón de muchos por encapsular a sus usuarios en un espacio donde lo lúdico y la curiosidad despierta esa alma de niños que aún habita en cada uno de sus pasajeros.