Muere un grande de la fotografía, Don Eugenio Martínez

Falleció la mañana de este viernes a los 70 años de edad, su pasión siempre fueron las artes visuales como fotógrafo en distintos medios impresos

Patricia Calvillo | El Sol de San Luis

  · viernes 20 de diciembre de 2019

Eugenio Martínez Dolores “Cabecitas”, fotógrafo multipremiado de El Sol de San Luis | Foto por Norma Rivera

Eugenio Martínez Dolores “Cabecitas”, fotógrafo multipremiado de El Sol de San Luis, falleció hoy 20 de diciembre, víctima de Insuficiencia Cardiaca, el que se convirtiera en cazador de fotografías desde los 20 años de edad, hoy deja un profundo dolor entre sus familiares y amigos; hoy su casa, Organización Editorial Mexicana, OEM, le rinde honores a quien por 35 años dedicó su esfuerzo al periodismo gráfico.

Eugenio Martínez Dolores, nació el 16 de septiembre de 1949, en el municipio huasteco de Tanlajás, a sus 20 años de edad comenzó la vida laboral en Ciudad Valles, pero a los 21 se trasladó hacia esta capital potosina en donde comenzó a laborar en medios de comunicación como El Heraldo, aunque duró poco tiempo ahí, para establecerse formalmente en El Sol de San Luis, Esto y ABC Radio.

Eugenio Mtz en Diciembre 2014 en la fiesta de Aniversario 62 de El Sol de San Luis

El amor hacia el arte y la técnica, le nació debido a que gustaba de observar las cosas a su alrededor, tenerlas presentes en todo momento, según narran sus propios hijos: Marco Antonio, Carlos Eduardo, Jorge Luis, Víctor Eugenio, Isabel y Santiago.

A este grande de la fotografía se le conocía por su buen humor, su sonrisa sincera, su semblante callado y sin aspavientos, siempre vestido de chaleco para las duras batallas reporteriles donde cargaba rollos, pilas y los aditamentos necesarios para su inseparable réflex de la marca Cannon.

Eugenio Mtz en Diciembre de 2015 en la fiesta del Aniversario 63 de El Sol de San Luis

Sus compañeros de trabajo, hoy recuerdan el mote que le impusieron de “Cabecitas”, el cual se le brindó debido a que cuando comenzó a tomar sus primeras fotos cortaba las cabezas de los funcionarios.

Fue reconocido en todos los ámbitos, el político, económico, educativo, eclesiástico, de salud, y hasta en el social y de espectáculos, en donde era comúnmente requerido para captar las imágenes de las reuniones sociales más importantes del acontecer potosino, pero también era solicitado para captar a alcaldes, gobernadores y presidentes.

Le tocó evolucionar de la fotografía de blanco y negro a la de color y luego a la digital, nunca le tuvo miedo a la modernidad, captaba las imágenes más precisas y las que todos querían.

El 13 de julio de 2018, El Sol de San Luis, le preparó una ceremonia con todos sus compañeros de trabajo para reconocer sus 35 años en esta casa editora, ahí dijo que “lo primero que uno tiene que hacer es mirar la realidad, pues la realidad no es horizontal, vertical, ni cuadrada, lo que uno hace como fotógrafo es editar parte de la realidad”.

Juan José, Norma Rivera y Eugenio Martínez

Una de las anécdotas que sus hijos tienen de él, es que cada domingo, fielmente les decía “ya me voy a Catedral, voy a visitar a mi amigo Chilinsky”, refiriéndose a Monseñor Don Arturo Antonio Simansky Ramírez, con quien guardaba una fraterna amistad.

Le sobreviven sus hijos y su fiel y abnegada esposa, la señora María Eugenia Torres Rodríguez, quienes esperan a amigos y familiares desde este viernes en la agencia funeraria “Memorial del Consuelo”, ubicada en la Avenida Dalias 1259, segunda Privada de Dalias y este sábado 21 de diciembre en la iglesia de Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote, conocida como “La Estrella” en Ricardo B. Anaya, en punto de las 15:00 horas; y de ahí se sepultará en Arboledas del Consuelo.

Don Eugenio y sus compañeros de El Sol

El personal que labora en El Sol de San Luis, Esto del Centro y ABC Radio, nos despedimos con el corazón apachurrado, la mirada hacia abajo y los ojos llorosos, pero contentos a sabiendas de que ya está con Dios Nuestro Señor, desde donde estamos seguros ya carga su también querida cámara Pentax y hasta una guitarra –que era uno de sus placeres que disfrutaba- para hacer lo que siempre supo hacer, ser feliz.