La cultura japonesa cada vez se apodera más de la atención de niños, jóvenes y adultos que están en búsqueda de artículos diferentes, de calidad y repletos de creatividad.
Así lo mencionó Carlos Enrique Cruz Martinez, de Friki World, quien desde hace algunos años se dedica a atender y vender artículos relacionados con esta nación insular.
Peculiar en sus manifestaciones artísticas, tanto en lo visual como en lo culinario, este joven explica que la venta de estos productos de origen asiático han ido en aumento y no solo es, se han posicionado en el mercado de manera considerable.
"Las ventas y el interés ha incrementado en los últimos años, las personas buscan consumir cosas diferentes, y lo proviene de Japón es de muy alta calidad", explicó.
Y en efecto, hay de todo, disfraces, piezas de colección, mangas de un sin fin de historias y categorías, productos gastronómicos y hasta bebidas.
De la clientela que más es asidua a consumir este tipo de mercancía, Carlos señala que varía, pero son los hombres jóvenes y adolescentes quienes más los consumen.
"Los productos más buscados van desde mangas de colección, personajes de anime en tercera dimensión y vestuario. Luego le sigue la comida tradicional de Japón como fideos o bebidas exóticas".
Los costos de estos artículos varía, pero no son del todo bajos, pues como se trata de mercancía extranjera que es muy difícil de conseguir.
"Los precios suelen ser un poco elevados, pero para quienes consumen este tipo de productos saben lo costoso que puede ser traerlos y poder venderlos aquí. Además muchas piezas son exclusivas o de colección y saben que hay que invertir en ello".
Sobre las ventas refirió Carlos, mantienen continuidad, es decir siempre hay al menos un artículo que se vende al día.
"Sobre todo porque nos encontramos en un punto de venta muy distintivo,aqui viene clientela que específicamente viene a buscar este tipo de productos".
Sin duda este tipo de negocios, hacen a cualquier amante de esta cultura viajar hasta el país nipón, ya sea con una pieza única o al degustar un sorbo de aquella bebida peculiar, como una puerta de entrada a Japón pero en el Centro Histórico de esta Ciudad.