El tianguis " de las vías" pareció haber regresado no a la "nueva normalidad", sino a la normalidad de siempre. Una minoría de establecimientos atendió los protocolos sanitarios, y muy pocos compradores portaban al menos su cubrebocas.
Los mercaderes no respetaron siquiera el horario que el Ayuntamiento capitalino les especificó como parte de los protocolos, de 08:00 a 13:00 horas, y se extendieron a sus horarios habituales.
Y, por si fuera poco, el corredor comercial se inundó de vendedores ambulantes de cubrebocas; algunos mercaderes se quejaron de su presencia, pero los líderes poco pudieron hacer para desalojarlos.
Fueron contados los negocios que atendieron los protocolos, pero el tener una botella de gel antibacterial a la vista parecía ser el boleto para poder comercializar sin problema sus mercancías. Pocos fueron también los puestos donde se cumplió con la sana distancia, entre uno y otro.
Y casi nadie con cubrebocas, ni mercaderes ni clientes; muchas familias, con niños y adultos mayores sin protección, como si el Covid-19 no existiera, no al menos en el tradicional tianguis dominical.
Horas antes, desde la noche del sábado, la Unidad de Protección Civil del Ayuntamiento capitalino cumplió con la sanitización del corredor central de la avenida Hernán Cortés donde se instala el tianguis; esta vez no aparecieron los "túneles sanitizantes" ni se notó la presencia de la Policía Municipal.
Un domingo como cualquier otro en el tianguis "de las vías", como era y como seguirá siendo.