A solo tres días de la ejecución del llamado “Tiburón” Medina frente a su negocio, ubicado en la calle Iztaccíhuatl de la colonia General I. Martínez, vecinos de la colonia prosiguen con su rutina diaria y vida normal.
Como si nada hubiera pasado, sin sellos de la Fiscalía General del Estado o avisos de clausura en el portón blanco, no hay señal que indique que ahí se perpetró el homicidio de el tristemente célebre “golpeador del joven del Subway”.
No hay moño negro o alguna una cruz que haya sido instalada en el edifico morado chillante, ubicado en el número 172 de la citada calle; tres veladoras y un vaso con agua en los escalones que dan acceso a la casa de tres niveles, para entrar bajo una flecha roja con la palabra gimnasio en inglés “GYM”.
Por fuera, los grandes ventanales del notoriamente improvisado tercer nivel dejan ver los costales de práctica, la palmera de proporciones considerables frente al edificio ondea con el viento y es testigo de cómo los vecinos -niñas, niños, madres y padres de familia- caminan indiferentes, sin siquiera voltear al lugar del crimen.
Una gruesa cadena asegura la reja en la calle solitaria que se convierte en privada, ya que la avenida Urbano Villalón se convierte en Sara Rivera y esta en Iztaccíhuatl, misma que concluye a unos cuantos pasos del gimnasio, con una construcción abandonada, vandalizada y quemada, junto a un terreno baldío de grandes proporciones en el que no hay paso para automóviles.
Este mismo lunes se reportó el asesinato ahí de Fernando Medina alias “el tiburón”, conocido por agredir a un menor de 15 años en agosto de 2023, en un establecimiento de comida rápida, en la capital potosina.
Un hecho que lo convirtió en tendencia, primero tras la difusión en redes sociales de la golpiza y ahora con su muerte, pues el sujeto sucumbió tras recibir cinco impactos de bala al bajar de su vehículo, frente a su gimnasio.
La Fiscalía ha anunciado que fue integrada la carpeta de investigación acerca de los hechos y los elementos operativos de la instancia investigadora llevan a cabo las labores de campo.
Los servicios periciales acudieron al sitio para realizar el procesamiento y análisis del área únicamente el día de los hechos, mientras la policía investigadora continúa con las diligencias correspondientes.
Estos hechos se presentaron siete meses y medio después de que se viralizara la agresión por la que el cinco de agosto fue detenido, para finalmente quedar libre hace apenas tres meses, el pasado 16 de diciembre.