Creador de un innovador proyecto de reciclaje dentro del penal de La Pila, don Martín es un ejemplo de los procesos de reinserción social que les brinda el actual gobierno a las Personas Privadas de su Libertad, a unos meses de ser libre y regresar con su familia, su deseo es emprender y fabricar en mayor medida las escobas de plástico PET de su invención, y con el apoyo del gobierno impulsar su pequeña empresa.
Esposo y padre de familia, don Martín Guadalupe es ejemplo de efectividad de los procesos de reinserción social que el Gobierno del Cambio implementa, tiene un gran reconocimiento como habitante del Centro Penitenciario Estatal de la capital, en la Delegación de La Pila, luego de ser el creador e impulsor del proyecto de reciclaje de plástico PET, del cual destaca la escoba ecológica.
Desde su ingreso al Penal, Don Martín buscó aceptar su situación jurídica y “las cosas de la vida”, al incorporarse a la población penitenciaria, el abogado asignado a su caso fue omiso en su defensa, según relata. Le emociona saber que aunque le restan 7 años de sentencia, podría salir libre en menos de un año por su conducta de ejemplo y superación, lo que significa que pronto recuperaría su libertad y regresará a su hogar, donde lo esperan su esposa, hija y hermanas.
Hoy, tiene con su nombre la creación de una idea emprendedora que hasta ahora ha sido exitosa. Con la reutilización de miles de botellas de plástico, ha consolidado el proyecto de escobas y cepillos ecológicos, sillones y mesas hechas con botellas, lo cual con el apoyo de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana del Estado, a través de la Dirección General de Prevención y Reinserción Social, ha fabricando en una nave al interior del Centro Penitenciario escobas para que sean comercializadas a empresas, instituciones y negocios.
Con la ayuda que encontró de las autoridades estatales, convirtió su estancia en una oportunidad para fortalecerse en lo laboral y personal, dando un mensaje de superación y trabajo al resto de Personas Privadas de la Libertad (PPL) y aprovechando las herramientas para ser un sustento de su familia desde adentro.
Haciendo un regreso al pasado, afirma que la escoba ecológica nació de una situación común: había perdido su herramienta para realizar labores de faena, y decidió inventarse una escoba “única, que nadie tuviera”. Empezó a trabajarla de manera práctica requiriendo hasta dos meses para acabar una, hasta que supo que era una buena propuesta para venderla derivado de los programas de auto empleo que se les brindan como PPl´s.
Actualmente, da oportunidad de trabajo renumerado a 17 de sus compañeros; la escoba se distribuye en diversos municipios de San Luis Potosí, con el apoyo de empresas que tienen convenio con Gobierno del Estado y del programa de promoción “Artesanías Penitenciarias”: “mi propósito cuando salga de aquí, es poner a funcionar mi propia empresa y ofrecerles trabajo a más personas que salgan al cumplir sus sentencias”.