Selfies, abrazos, sonrisas, palmaditas, de todo recibió Ricardo Gallardo, por parte de sus fieles simpatizantes
- José Luis Urban saludó de mano a cada diputado y les pidió su apoyo
- Sombrillas blancas para quienes no alcanzaron la sombrita del toldo
Selfies, abrazos, sonrisas, palmaditas, de todo recibió Ricardo Gallardo, por parte de sus fieles simpatizantes
A las 13.02 horas, Ricardo Gallardo Cardona rindió protesta como gobernador constitucional de San Luis Potosí, ante un auditorio inédito, plural e inimaginable todavía hace unas semanas. Activistas, políticos de altos vuelos, poderosos empresarios, indígenas huastecos, artistas de jet set, pueblo gritón, mujeres empoderadas, todos estaban ahí.
Bajo el mismo toldo, desde Gerardo Fernández Noroña y “El Chiquilín”, hasta Carlos “El Chato” López Medina y “El Papuy” Fernando López Palau. Julión Alvarez e Itati Cantoral no lejos de los dueños del Partido Verde: Emilio González, Arturo Escobar y Manuel Velasco. La plana mayor del PT con su cubre bocas rojo y estrella amarilla.
La plancha de la plaza de Los Fundadores fue el escenario donde se montó el set para la sesión solemne del Congreso del Estado. Los diputados no aceptaron las sillas “tifany” y exigieron sus curules, para darle solemnidad al evento. Empezaron puntuales, tras sortear el tráfico y el acceso controlado al primer cuadro de la ciudad.
Hasta la sala lounge que se colocó atrás del escenario principal, para que los legisladores hicieran una pausa antes de la sesión, llegó el director de la Policía Estatal José Luis Urban, “El Pápago del Desierto” como le apodan sus amigos. Saludó de mano a cada diputada y diputado, se puso a sus órdenes y les pidió su apoyo.
“No nos dejen solos, esta tarea está bien dura y requerimos del respaldo de todos; muchas gracias de antemano”, les dijo el único integrante del nuevo gabinete que tuvo las atenciones no solamente con los legisladores sino con quien se encontraba a su paso.
Los acceso a la Plaza fueron controlados con arcos detectores de metales que pitaban y pitaban pero los policía estatales, recargados en las vallas de metal, ignoraban. Una persona colocaba gel en las manos a quien iba llegando y otra le tomaba la temperatura; esas fueron las medidas sanitarias exigidas por la autoridad.
El Hotel Panorama fue el centro de llegada de todos los invitados. Los gobernadores de Zacatecas e Hidalgo, los senadores Olga Sánchez Cordero y Ricardo Monreal Avila, fuertemente custodiados, más que El Julión y la Itati, que son artistas de verdad. La alcaldesa electa de Soledad, Leonor Noyola, también presumiendo equipo de seguridad, puro poli de Chole, con actitud de guarro “praim”.
Prevaleció el color verde, en los listones de los gafetes, en el logotipo institucional, en los calcetines y corbatas de algunos miembros del gabinete, en los vestidos elegantes de las invitadas, hasta en los chilaquiles con huevo que desayunaron senadores, diputados y dirigentes partidistas en el restaurante La Parroquia.
La plaza no estuvo saturada e intransitable como se esperaba y no porque hubiera falta de convocatoria, sino porque fue un evento muy controlado. Al pueblo de Soledad y otros municipios, que no les tocó la sombrita del toldo, le dieron sombrillas blancas para que se sintiera integrado. Pueblo es pueblo y además, con buena garganta para las porras y los vivas.
Ricardo “El Pollo” Gallardo no esperó a la comisión de cortesía de diputados que debió conducirlo al “pleno” ´para la toma de protesta. Entró, como los grandes rock star, por la parte posterior de la plaza, donde se ubica la estatua de San Luis Rey de Francia partiendo plaza, saludando a los más cercanos al pasillo.
Selfies, abrazos, sonrisas, palmaditas, de todo recibió por parte de sus fieles simpatizantes. Tardó poco más de veinte minutos en recorrer unos cuantos metros, hasta llegar a la zona VIP donde solamente fueron saludos de mano y algún choque de puños.
Subió al tapanco y saludó a cada legislador y legisladora. Al Juan Francisco Aguilar, diputado y dirigente del PAN, lo distinguió con un apretado abrazo, inesperado y con mensaje de fondo; parece que su lado conciliador está empezando a salir.
Cumplido el protocolo, Gallardo rindió protesta como gobernador constitucional, emocionado, con la mirada firme, los pies plantados con fuerza y la mandíbula apretada. Servir a su pueblo, para un político, debe –debería- ser el máximo logro.
Luego se abrazó con su amigo, su cuate, su compadre, José Luis Martínez “El Chiquis”, diputado y compañero de mil batallas. Frente con frente, se miraron fijamente y se les vió pasando saliva, la emoción no podía ocultarse. Misión cumplida.
Vinieron entonces las ceremonias con los pueblos originarios, que siempre aparecen en este tipo de eventos. Ya merecen estar del otro lado, tomando protesta de algún puesto importante y no sólo como invitados especiales.
“Maldita herencia”, repitió Ricardo Gallardo como queja de lo que le dejaron, pero eso, ya se desmenuzará después, con cifras, datos y pruebas; por lo pronto, todo fue para ir prendiendo el ambiente y advertir lo que viene para los que ya no están.
Miles de papelitos verdes y blancos tapizaron la plaza, con un gobernador feliz que seguía levantando su brazo derecho, mientras sus padres, hermanos, esposa e hijos, no ocultaban la felicidad y le aplaudían emocionados.
Las fotos, las felicitaciones y pasar al trabajo, eso fue lo que siguió en la toma de protesta del nuevo gobernador constitucional de San Luis.